31.12.04

Mucho me temo que el último post del año dirá sólo esto.

30.12.04

Bandera

Nada más aburrido que anécdotas de la colimba. Ahí va otra. (Me la recordó ayer una escena de esa horrible película con Richard Gere y Debra Winger, Reto al destino.)
Una vez, en una formación para un acto patriótico-militar, me mandaron a izar la bandera, típica ocupación de petisos, que deslucen las gloriosas filas del ejército nacional, casi nunca vencido.
Yo no tenía instrucciones específicas, dicho sea en mi defensa, pero lo peor fue que experimenté una especie de déjà vu o experiencia extracorporal y se me cruzó la escena tantas veces repetidas de los años escolares, cuando izar la bandera era un mérito y, especialmente, había que coordinar con suma precisión la subida con la luenga duración de Aurora o alguna otra canción patria.
El tema es que en el cuartel es lo contrario: todo el regimiento está en posición de firmes, haciendo la venia, contracturado... y el izador tiene que apurarse como himno antes de un partido de fútbol. Debo haber tardado mucho más de lo habitual, porque el coronel, un militarote hosco y abotagado, me escupió entre dientes: “Apuresé, soldado.” Ahí sí, le di con todo en el último tramo, hasta clavar la bandera en lo alto del mástil. Pensé que me tocaba calabozo pero zafé, seguramente por piedad o por olvido. (Olvido, mío, es lo que me convendría, pero mi memoria es “como un vaciadero de basuras”).


28.12.04

"El Vaticano impone mucho respeto a la gente. Entre sus riquezas mundanas y sus listas de castigos eternos, el visitante se siente empequeñecido. Los castigos excesivos que prescribía la Iglesia y sus riquezas excesivas eran en realidad complementarios. Sin el infierno, esas riquezas hubieran parecido un robo" (John Berger, El tamaño de una bolsa, citado por Mario Wainfeld en Página de hoy).



27.12.04

En Infobae de hoy: "Alerta en la industria farmacéutica contra Michael Moore. Advierten a sus empleados que estén atentos si ven a un tipo desaliñado, con una gorra de béisbol. Temen que el polémico cineasta esté preparando un documental sobre el tema de los medicamemtos."

Y, si ven a un petisito riojano, con rastros de patillas y gato en la cabeza, y pinta de mono millonario, agárrense los bolsillos.

La tarde de verano

La tarde de verano es una frescura indecisa, gris, después de las lluvias.
Pero el jardín, ah, el jardín con la luz de las rosas, frágil y húmeda,
va dando la dulzura del tiempo, la secreta dulzura, irisada, del tiempo.

El momento dorado se abre y mira las flores.
Amigos, y los otros que no saben de la vida de los jardines, luego de las
lluvias,
ni de los sentimientos de las horas a través de las rosas,
ni menos de las relaciones del cielo último con las criaturas que se empinan
para recogerlo?

Amigos, y los otros, entre un agudo mundo de puñales?

Juan L. Ortiz

24.12.04

El colectivo de las 5

Yo hacía el servicio militar en Campo de Mayo, pero cumplía horario de oficina (salvo cuando hacía guardias). Tenía que presentarme en el cuartel a las 7 de la mañana. Para eso, tomaba desde Villa Maipú hasta José León Suárez el colectivo 187 (una línea que no duraría mucho más de aquella época, años 1981-1982). Pasaba a las 5 en punto. El interno que me tocaba lo manejaba un chofer de bastante edad, quizás cercano a su jubilación. Por otra parte, los lunes tenía franco y nadie lo remplazaba, por lo cual ese día tenía que tomar el que pasaba a las 5 y media y, como comprobé que igual llegaba a horario, cambié permanentemente. Pero, mientras tanto, subí durante bastante tiempo al interno de las 5, que se llenaba de un montón de hombres de cierta edad. Yo notaba que cada uno de ellos subía en la misma parada todos los días y se sentaba en los mismos asientos. Conversaban entre sí, por supuesto, pero yo no les prestaba atención, entre otras cosas porque me dormía casi de inmediato, en el último asiento, y sólo me despertaba al llegar a la terminal. Ah, viajaba gratis, claro está, gracias al uniforme (que me permitía hacer lo mismo en los cines, gloriosamente, pero eso es otra historia). Un día, cuando subí al vehículo, siempre saludando pero con la intención de pasar de largo hacia mi ubicación habitual, el chofer (me acuerdo que tenía bigotes) me hizo una seña como para detenerme y hablarme en voz baja. Me dijo, entonces, que había un pasajero del colectivo, que subía después que yo, que durante años había ocupado el asiento del fondo, en el cual yo me dormía despreocupadamente. Y ahora, por supuesto, con mi presencia, yo había perturbado ese extraño orden, seguramente añoso. Me pedía, el chofer, si podía ocupar otro asiento, para dejarle al viejito que reconstruyera el ritual. Por supuesto, lo hice. Y comprobé que, en efecto, el pasajero ocupaba mi, o más bien su asiento, al fondo de todo. Y ―creo ahora, pero no estoy del todo seguro― que desde entonces las conversaciones entre los pasajeros se hicieron más animadas. No sé, en realidad, porque yo seguía durmiendo hasta José León Suárez.



22.12.04

Luche y no vuelve

Por favor, chicas y chicos: llevaos la mano izquierda al lugar correspondiente de vuestros cuerpos y mantenedla allí todo el tiempo que vuestras ocupaciones lo permitan, porque hoy vuelve el Hombre...



21.12.04

"Hay tres reglas para escribir ficción. Desgraciadamente, nadie sabe cuáles son" (W. Somerset Maugham).


20.12.04

Bancos

A la sucursal de un Banco que atendía mucha gente del campo solía acudir un chacarero que pedía ver su dinero depositado, para asegurarse de que aún estuviera allí. Los empleados no sabían como explicarle (ni se animaban) que eso no era posible, que su depósito era sólo un asiento contable, pero el dinero, físicamente, no estaba. Por fin, el gerente de la sucursal, condescendiente, se encargaba de acompañar al chacarero hasta la bóveda y le mostraba algunos fajos del dinero que allí había. El hombre se iba lo más tranquilo, sin advertir las sonrisitas sobradoras de los empleados y de algún cliente advertido.
Pero, en realidad, la gente que deposita su dinero en bancos, ¿es muy distinta de ese chacarero? ¿Acaso no cree (o prefiere creer), en un rincón irracional de su mente, que el dinero está allí para cuando quiera retirarlo? Por otro lado, ¿es saludable pensar (saber) lo contrario, que el resultado de nuestra voluntad o necesidad depende del encaje (10, 15, 20 por ciento) y, por supuesto, de la voluntad y la necesidad del resto (90, 85, 80 por ciento) de los otros ahorristas?


Grasa

Norberto Galasso no es santo de mi devoción, pero hoy en Página/12 suelta una frase muy ingeniosa respecto de la clase media. "Su reserva de grasa le permite no tener urgencia de transformación."


El link a la voz de JLB no funciona, ya sé. Quizás pueda solucionarlo. Si alguien quiere el balbuceante recitado, se lo puedo mandar (ojo, pesa más de 2 megas).
Gracias.

19.12.04

Memorias

(Vuelvo a la mala costumbre de transcribir notas de lectura, forzosamente superficiales, que me han valido más de un enemigo. Por suerte, en este caso, el autor está muerto.)

- Pedro Henríquez Ureña, Memorias. Diario, Buenos Aires, Academia Argentina de Letras, 1989. (Con prólogo y 705 notas de Enrique Zuleta Álvarez.)

Memorias escritas a los 25 años. Y seguidas por un Diario que llega hasta las puertas de la Revolución... y retrocede.
“Campo intelectual” mexicano de principios del siglo XX. Creación del Ateneo de la Juventud. Ojo: todo muy light. Idolatran a Justo Sierra. Importa más la extracción de clase que la adscripción política (por el momento); después de todo, todos son miembros de la misma oligarquía. Incluso Madero, claro. Denuestan más a los advenedizos. Pero la revolución se lleva puesto a más de uno. Por ejemplo, al general Bernardo Reyes, padre de Alfonso, que sonaba como sucesor de Porfirio pero éste lo envía a Europa para sacárselo de encima. Supongo que el asesinato de Madero fue un punto de inflexión (como, salvando las distancias, pasó acá con Dorrego. Algo así: “Eh, che que era uno de los nuestros”).
Vasos comunicantes entre los “partidos” (en realidad, fracciones o facciones), los diarios, las tertulias.
Comparar con Vasconcelos (Ulises criollo), maderista acérrimo, a quien se nombra de vez en cuando (y mucho más exhibicionista de lo personal). Y con Martín Luis Guzmán, cuyo padre muere defendiendo al porfirismo, pero él se va con Pancho Villa.
Muy pocas referencias personales, salvo cuando viven en Nueva York con una amante de Max y varias chicas “liberales”. Sin embargo, PHU nunca se enamora, parece. ¿Se casó alguna vez? "Síndrome Rodó."
Tema interesante: Centroamérica como destino de exilios cruzados. Según el ritmo de las dictaduras y los caudillismos, los dominicanos se van a Cuba, los portorriqueños (Hostos) se van a Santo Domingo, los nicaragüenses se van a Costa Rica, etc. Igual todos, tarde o temprano, terminan en México.
Lugar común repetido: la pobreza de la vida intelectual hispanoamericana; en santo Domingo, en Cuba, pero también en México, pese a las apariencias contrarias.
Catálogos de obras teatrales y musicales, de actores, actrices, autores y directores. Parece una pantalla ante la historia, que no entra. Igual que en ese viaje final al Popocatépetl, en pleno tembladeral revolucionario, como un refugio en la naturaleza que, siempre salvaje, lo es menos que la historia. Y es más “comprensible”.

Conjetural

"Poema conjetural", leído por su autor.
¿Llegará un día en que expresiones como “noche lateral” e “íntimo cuchillo” nos suenen ridículas, como tantas de Cortázar o de Neruda?
(Como sea, leer este poema siempre me produce una suerte de estremecimiento; para ser más claro aún: una emoción que no puedo controlar, aunque quisiera.)

17.12.04

Zurdos

"Estoy cansado de estos zurdos que no quieren reconocer una guerra que perdieron. Hay que mirar al futuro porque la naturaleza es sabia y nos puso los ojos adelante. Estoy cansado de estos zurdos que sólo nos quieren hacer mirar atrás" (del titular de la UCeDé porteña, el exsecretario de Defensa del gobierno menemista, Jorge Pereyra de Olazábal, durante una cena partidaria realizada en el Círculo Italiano; pirulo de tapa de Página/12 de hoy).


16.12.04

Todas las balas

In memoriam J. F. K.
de Jorge Luis Borges

Esta bala es antigua.
En 1897 la disparó contra el presidente del Uruguay un muchacho de Montevideo, Arredondo, que había pasado largo tiempo sin ver a nadie, para que lo supieran sin cómplice. Treinta años antes, el mismo proyectil mató a Lincoln, por obra criminal o mágica de un actor, a quien las palabras de Shakespeare habían convertido en Marco Bruto, asesino de César. Al promediar el siglo XVII la venganza la usó para dar muerte a Gustavo Adolfo de Suecia, en mitad de la pública hecatombe de una batalla.
Antes, la bala fue otras cosas, porque la transmigración pitagórica no sólo es propia de los hombres. Fue el cordón de seda que en el Oriente reciben los visires, fue la fusilería y las bayonetas que destrozaron a los defensores del Álamo, fue la cuchilla triangular que segó el cuello de una reina, fue los oscuros clavos que atravesaron la carne del Redentor y el leño de la Cruz, fue el veneno que el jefe cartaginés guardaba en una sortija de hierro, fue la serena copa que en un atardecer bebió Sócrates.
En el alba del tiempo fue la piedra que Caín lanzó contra Abel y será muchas cosas que hoy ni siquiera imaginamos y que podrán concluir con los hombres y con su prodigioso y frágil destino.

(Esto es lo que yo llamaría un bello "manifiesto posmoderno". Pensar que todas las balas son la misma exime de muchas cosas incómodas; entre ellas, la de tomar partido, esa antiguedad.)

Por fin algo bueno en Ñ: la entrevista a John Berger del último sábado.
"Hace un tiempo estaba en Florencia. Era en enero y hacía muchísimo frío. En un momento, casi solamente para entrar en calor, entré a un museo. De pronto me di cuenta de algo: cuando vemos algo o a alguien bello, la primera idea que nos surge es que es un placer mirar a esa persona o ese objeto. Y sin embargo no es así: el placer reside en ser mirado por esa persona. Si lo pensamos bien, cuando decimos 'ah, qué bello', en esa expresión está la esperanza o el deseo de ser mirado por ese objeto. Por eso la belleza compulsiva es tan desagradable. Hay un elemento del deseo del que no suele hablarse. Hay una relación entre el deseo y la herida: el deseo supone dar y también recibir. Supone un alejamiento —temporario, por supuesto— del dolor natural de vivir y ser lastimado. Esa es la trama secreta del deseo: alejarnos por un tiempo del dolor. Si esto es así, y creo que en algún punto lo es —entre paréntesis, creo que es algo que resulta más fácil de entender para alguien que proviene de su cultura que para un anglosajón—, entonces la belleza perfecta es al mismo tiempo algo que no se puede amar ni desear, porque en su perfección intacta, sin heridas, no existe la posibilidad de dar ni de recibir. Es como dice Andrea Dworkin (mira el texto, pero recita casi de memoria): 'no tengo paciencia con los invulnerables, con aquellos que no han sido tocados por un temporal, esos que nunca se han derrumbado. Grandes puntadas, desgarros mal cosidos, nada muy lindo. Entonces algo sale y reluce. Pero a los lustrosos, a esos no los soporto'."
(De paso, recomiendo fervientemente King.)


15.12.04

Fianza

Pregunta de respuesta totalmente obvia y, a la vez, imposible de probar: ¿quién puso el dinero para la fianza de uno de los asesinos de Cabezas?


CV

Es bueno recordarlo de vez en cuando: Santiago de Estrada, actual vicepresidente (macrista) de la Legislatura de Buenos Aires, fue funcionario durante la dictadura y durante el menemismo.

14.12.04

FUGA DE LA MUERTE
de Paul Celan

Negra leche del alba la bebemos de tarde
la bebemos a mediodía de mañana la bebemos de noche
bebemos y bebemos
cavamos la fosa en los aires no se yace allí estrecho
Vive un hombre en la casa que juega con las serpientes que escribe
que escribe al oscurecer a Alemania tu pelo de oro Margarete
lo escribe y sale de la casa y brillan las estrellas silba a sus mastines
silba a sus judíos hace cavar una fosa en la tierra
nos ordena tocad a danzar

Negra leche del alba te bebemos de noche
te bebemos de mañana a mediodía te bebemos de tarde
bebemos y bebemos
Vive un hombre en la casa que juega con las serpientes que escribe
que escribe al oscurecer a Alemania tu pelo de oro Margarete
Tu pelo de ceniza Sulamit cavamos una fosa en los aires no se yace allí estrecho

Gritad hincad los unos más hondo en la tierra los otros cantad y tocad
agarra el hierro del cinto lo blande son sus ojos azules
hincad los unos más hondo las palas los otros seguid tocando a danzar

Negra leche del alba te bebemos de noche
te bebemos de mañana a mediodía te bebemos de tarde
bebemos y bebemos
Vive un hombre en la casa tu pelo de oro Margaret
tu pelo ceniza Sulamit juega con las serpientes

Grita que suene más dulce la muerte la muerte es un Maestro Alemán
grita más oscuro el tañido de los violines así subiréis como humo en el aire
así tendréis una fosa en las nubes no se yace allí estrecho

Negra leche del alba te bebemos de noche
te bebemos a mediodía la muerte es un Maestro Alemán
te bebemos de tarde y mañana bebemos y bebemos
la muerte es un Maestro Alemán su ojo es azul
él te alcanza con bala de plomo su blanco eres tú
vive un hombre en la casa tu pelo de oro Margarete
azuza sus mastines a nosotros nos regala una fosa en el aire
juega con las serpientes y sueña la muerte es un Maestro Alemán

tu pelo de oro Margarete
tu pelo de ceniza Sulamit


(traducción de José Luis Reina Palazón)

Chivo

(Disculpe la muchachada posmoderna que me sigue, pero he de pasar un chivo psicobolche.)

Grupo de Cine Insurgente presenta:
CICLO DE CINE CUBANO E INSURGENTE
14, 22, 28 y 29 de diciembre - 19 horas RADIO NACIONAL (Maipú 555)
Organizado por: Programa "Siempre es lejos donde nunca vamos" de FM FARO 87.9 y GRUPO DE CINE INSURGENTE, con la colaboración de INDYMEDIA
(ENTRADA LIBRE Y GRATUITA)

Programación:

Martes 14 de diciembre:
MEMORIA, VACUNA CONTRA LA MUERTE
Dirección Colectiva: Grupo de Cine Insurgente.
POLVO ROJO
Dirección: Jesús Díaz.

Miércoles 22 de diciembre:
YAIPOTA ÑANDE IGÜI (Queremos nuestra tierra)
Dirección Colectiva: Grupo de Cine Insurgente.
CLANDESTINOS
Dirección: Fernando Pérez.

Martes 28 de diciembre:
POR UN NUEVO CINE EN UN NUEVO PAÍS
Dirección: Fernando Krichmar, Myriam Angueira
¡VAMPIROS EN LA HABANA!
Dirección: Juan Padrón.

Miércoles 29 de diciembre:
ASAMBLEA: OCUPAR ES RESISTIR
Dirección Colectiva: Grupo de Cine Insurgente
te documental esta realizado desde el interior de la asamblea y contado por sus
MEMORIAS DEL SUBDESARROLLO
Dirección: Tomás Gutiérrez Alea.

Grupo de Cine Insurgente
Tel: 4864-8736
E-mail: cinepiquetero@datafull.com

13.12.04

"La mitad de nuestra especie, la femenina, ha sido calificada a veces de modo paradojal porque el manejo intuitivo de su mente está más allá de la comprensión del 'entendimiento aritmético' de los hombres. El ideograma chino que significa 'lo misterioso', 'lo incognoscible' tiene dos partes, una que significa 'joven' y otra 'mujer', porque los encantos físicos y los delicados pensamientos del bello sexo están por encima de lo que puede explicar la tosca mentalidad masculina" (del Bushido).



11.12.04

Moreno/Ferrari

María Moreno es una buena escritora y una pensadora brillante, a veces demasiado. Su nota/reportaje sobre la muestra de León Ferrari, en el último suplemento Radar de Página/12, me parece, peca (¡qué verbo en este contexto!) de condescendiente y ambigua.
Un ejemplo: "Poco antes de inaugurar su muestra retrospectiva en el Centro Cultural Recoleta, León Ferrari recibió toda clase de cartas de amenaza de católicos ofendidos, incluida una foto de Hitler. Pero fueron muchas más las de adhesión de la inteligencia internacional, casi siempre atea y con la firma fácil para la protesta de solicitada o el apoyo a la corrección política. (...) León Ferrari parece disfrutar ante cada señal de que en la muestra habrá quilombo. Por supuesto, abjura de toda violencia pero, como siempre está tentado de incluir en sus exposiciones los gestos y las cartas de sus detractores, casi que espera que el enemigo se presente y colabore con su arte. León Ferrari es un mito viviente que convoca una aprobación unánime. -¿No te estás convirtiendo en algo demasiado sagrado para ser tan profano? (...)." Etc.
Un esfuerzo excesivo por no ser políticamente correcta. Foucaultiana como si estuviéramos en París, muy superados.
Me parece (repito) que, cuando hay dos bandos tan claros, no se puede estar en el medio. O se está con Ferrari (o con la doctora Gomperts, para el caso) o se está con las patotas de Cristo Rey.
Después nos juntamos en un café o en un seminario y analizamos la productividad discursiva del discurso religioso o la postura de Pasolini respecto del aborto y la paternidad responsable. Sea. Pero después. Como dijo alguna vez Piglia: "Primero hagamos la revolución y después hablemos de política."








9.12.04

Alimón (2)

El discurso "al alimón" (que mencioné en un post anterior) de Neruda y García Lorca, en homenaje a Rubén Darío, se puede leer acá.

3.12.04

La muchacha de San Rafael del Norte

Ya conocía yo a Blanca Aráuz, telegrafista del pueblo de San Rafael del Norte. Era una chica muy simpática, de diecinueve años de edad.
El frío de los llanos de Yacapuca es casi polar. Después de los tres referidos combates de ese lugar, me vi obligado, por el frío, a desocupar las posesiones de Yacapuca, reconcentrando a mis fuerzas en San Rafael del Norte. Desde allí desplegué nuevas actividades. Teníamos restablecida la comunicación telegráfica de los dos departamentos, a excepción de la propia ciudad de Jinotega.
En casa de Blanca me hospedaba con mi estado mayor. Allí mismo estaba instalada la oficina telegráfica. Largas horas del día y hasta de la noche permanecía yo frente a la mesa en que trabajaba Blanca. Mis conversaciones eran muchas por telégrafo, con las diferentes partes de los departamentos mencionados.
Así me enamoré de Blanca, y fue mi novia.
Blanca ya sabía de mi llegada y no quiso estar en la mesa del telégrafo. En su lugar trabajaba un hermano suyo que también es telegrafista. Entregué mi caballo a un asistente y pasé sin ayudantes a la sala creyendo encontrar en ella a Blanca. No estaba Blanca y salió a recibirme Lucila, una de sus hermanas. A ella misma le pregunté por Blanca. Me contestó que pasara al corredor a aceptar una cena que Blanca me preparaba.
La primera palabra de Blanca al verme fue un beso, diciéndome que Lucila había ofrecido a la Virgen de Mayo una misa de tropa el día que yo llegara sin novedad. Expresé a blanca mi gratitud por los buenos sentimientos de Lucila y le ofrecí que para el segundo día, a las 8 de la mañana, estaría mi Ejército listo para ir al templo a oír (la) misa ofrecida por ellas.
Enviamos a exponerle nuestro propósito al cura del pueblo y él aceptó gustoso celebrar la misa. El cura era un caballero de veintidós años de edad. Los gastos de la misa se hicieron por mi cuenta y el segundo día, a la hora fijada, mi Ejército oía misa respetuosamente. Durante las ceremonia de la misa hubo salvas de fusilería y ametralladoras. La misa estuvo regia. Yo estuve a oírla.
El siguiente día de celebrada la misa ordené ciertas movilizaciones y permanecí en la población como en tiempo de paz.
El día 18 de aquel mismo mes cumplí 32 años de edad, y ese mismo día contraje matrimonio con Blanca en el templo del mismo San Rafael del Norte.
A las dos de la mañana del 18 me dirigía al templo con Blanca y los padrinos, en medio de un acompañamiento familiar. Los habitantes del pueblo no sabían que nosotros nos casábamos. Solamente al jefe de día le había yo ordenado que no interviniera si miraba abrir las puertas de la iglesia en las primeras horas de la madrugada.
A la hora anotada, en que me dirigía la templo, el ambiente estaba frío y neblinoso. Cuando entramos a la iglesia la encontramos profusamente iluminada. Respiré el olor del incienso y de los lirios que ardían. El olor de las flores que adornaban el templo y los perfumes diferentes que llenaban el aire, me trajeron al recuerdo los días de mi infancia.
El cura me invitó a la confesión. Me confesé. Lo hice sinceramente. Los padrinos y nosotros nos postramos de rodillas ante el altar.
Blanca vestía con traje y velo blancos y corona de azahares.
Yo tenía mis armas al cinto. Mi vestido era uniforme de montar, tela de gabardina color café y botas altas de color oscuro. Seis de mis ayudantes me acompañaban en la iglesia.
Salimos del templo, y en la calle me sentía nuevo. Me parecía que iba caminando sobre el aire.
Al pie del atrio de la iglesia había diez bestias ensilladas. Eran del jefe de día y sus ayudantes. En la esquina de una calle ya había muchos muchachos de mi Ejército felicitándonos en nuestra pasada.
Cuando entrábamos a casa de Blanca se escucharon en todo el pueblo disparos de fusilería, pistolas y ametralladoras. Nadie me había pedido el consentimiento para ello, pero comprendí que era entusiasmo de mis muchachos y no podía decir nada. Por todas las calles se escuchaban entusiastas vivas y desde ese momento nos llegaron muchas felicitaciones.
No participé mi matrimonio con anterioridad al público, porque quisimos que fuera un acto de absoluta intimidad.
Dos días después de nuestro matrimonio abandoné a mi esposa y me interné en las selvas de Las Segovias, desde donde he permanecido defendiendo el honor de mi patria.

(De El pensamiento vivo de Sandino, prólogo, selección y notas de Sergio Ramírez, San José, Editorial Universitaria Centroamericana (EDUCA), 1976.)

Abortos

Ya que se está hablando últimamente sobre el aborto, de la manera espasmódica y banal que caracteriza a nuestros medios de comunicación y nuestros políticos, me vino a la mente una escena de La despedida, de Milan Kundera, que escenifica la utopía, el sueño ―en el fondo liberal― de nuestra progresía (en la que me incluyo), pero transformado en una pesadilla. (Sartre decía que la “cortina de hierro” era en realidad un espejo: lo “bueno” y lo “malo” de cada lado se reflejaban simétricamente.)
Transcurre en la Checoslovaquia socialista, por supuesto. La interrupción voluntaria del embarazo es administrada por el Estado, dentro de un sistema de salud pública cuasi perfecto. La protagonista decide abortar y, para ello, la ley prescribe que debe someterse a exámenes físicos y psicológicos “de apoyo”, en un hospital público, siempre acompañada por un varón responsable, que puede no ser el padre. En teoría, se trata de averiguar cuáles son sus problemas y ofrecerle otras soluciones para evitar esa salida traumática (la decisión final siempre es de ella). Pero, en realidad, tiene que enfrentarse a una especie de tribunal médico, cuya presidente es una funcionaria gorda, desagradable y estéril que, por envidia, la somete a un interrogatorio humillante. Toda la escena es atroz.
Es cierto que Kundera, maestro como narrador, es antisocialista, y quizás su mirada sea falaz en muchos aspectos (vivir en París es un buen recurso para olvidar los desastres del capitalismo); pero también es cierto que los sistemas están hechos con mujeres y hombres concretos, y esto es una rémora que la literatura, arte liberal por excelencia, sabe reflejar muy bien, demasiado bien.



Dos notas excelentes en Página/12 de hoy:

- Granovsky sobre Chile.
"Los chilenos viven una democracia incompleta. Todavía hay senadores designados y vitalicios. Cada arma designa a su comandante con autonomía funcional. El presidente no puede hacerlo. No es todavía, en Chile, el comandante en jefe de las fuerzas armadas. Cuando los conservadores argentinos elogian a Chile no suelen reparar en este punto. Más bien inventan un país en el que, presuntamente, no hay diferencias de proyecto social entre la Concertación, en el gobierno, y la oposición de derecha. Un país donde todos disfrutan su papel en la virtual isla exportadora, rinden homenaje a la disciplina fiscal y se tratan anteponiendo la palabra 'caballero'."

- Pavlovsky sobre la "estética de lo atroz".
"La miseria en el mundo –Africa–, ¿no tiene una estética de la desnutrición?
Los niños monstruosos, ¿no son 'bellos' a la vista?
Los bombardeos norteamericanos, ¿no son bellos, exquisitos, refinados y las muertes de los civiles indefensos no constituyen un fenómeno estético de vanguardia?
¿No se contratan seres vivos en estado de descomposición para ciertas obras de vanguardia para que posen la belleza y armonía de la exclusión?
La panza de los niños desnutridos con sus moscas multicolores alrededor, ¿no son bellas? Sus heridas y sus polifacéticas tonalidades, ¿no son bellas y hermosas?
Continuaba riendo a carcajadas de todo lo que leía y veía. Había algo de maravilloso en la desigualdad. ¿No se construye una estética de la desigualdad? Un equilibrio fascinante. Ya no podía detenerme de mi gran carcajada –que para ese entonces era incontrolable–. Pensé también a dónde iba tanta belleza diaria. ¿Dónde nos conducía? Al fin y al cabo, para Hitler, ¿el Holocausto no era también un fenómeno estético, la eliminación de lo feo y lo extraño para preservar la belleza del mundo ario?
Los niños comiendo en los basurales, ¿no constituyen una nueva estética de la repugnancia? Repugnancia y belleza en una nueva armonía polivalente."





2.12.04

Qué cosa. Parece que los que "defienden la vida" desde la "concepción", se olvidan de ella después del nacimiento.

Núcleo

Tal vez sea un error pensar que hay un núcleo interior propio al que nadie puede acceder, que nadie puede destruir; llamémoslo vocación, pasión, deseo, obsesión, “el palacio de la memoria”, incluso una enfermedad preciosa, cuidadosamente cultivada. Un refugio, un santuario en el que uno se oculta cuando todo está mal, en medio de un duelo o de un subte, tomando un examen o dándolo.
Recuerdo que Wilson, el protagonista de 1984, de George Orwell, creía eso, que ni en la situación más terrible iba a dejar de ser él mismo, iba a traicionarse, a traicionar su ser más profundo, ese núcleo. Pensaba que su deseo más constituyente era intocable. Pero, cuando, sabedores de su miedo más profundo, lo amenazan con torturarlo con las ratas (à la Pinochet), su yo se desmorona y hasta su deseo se transforma, y grita lo que nunca pensó que iba a gritar.
Será un error, pero ¿cómo vivir sin ese consuelo?


Chinos

En una reunión internacional, un político norteamericano le reprochó a uno de sus pares de la China comunista que no dejaran salir del país, libremente, a los ciudadanos. El político chino le respondió: "¿Quién dice que no dejamos salir? Mañana mismo, si usted quiere, le envío unos 20 millones a su ciudad."

León

Sobre la muestra de León Ferrari en el Centro Cultural Recoleta, en Página/12 de hoy.
Parece que el cardenal Bergoglio dijo: "Me apena que este evento sea realizado en un centro cultural que se sostiene con el dinero que el pueblo cristiano y personas de buena voluntad aportan con sus impuestos."
Ey, yo no soy cristiano y aporto al sostenimiento de la Iglesia católica (incluido el sueldo del señor cardenal).
¡Un esfuerzo más, porteños...!



1.12.04

Diez centavos

Vladimir Nabokov se juzgaba a sí mismo como un "minusválido social", un "pésimo casseur"; aborrecía las entrevistas, las conferencias, las reuniones mundanas. Una vez la revista Selecciones del Reader's Digest le planteó la siguiente pregunta: "¿Tiene el escritor una responsabilidad social?", y le ofreció 200 dólares por una respuesta de dos mil palabras. Nabokov respondió: "No. Me deben diez centavos".

(Del blog Guillermo Hotel.)
Perdón por el chiste misógino (diálogo de Mejor imposible, la película con Jack Nicholson).
Admiradora: ¿Cómo hace para crear esos personaje femeninos tan reales?
Jack Nicholson: Muy sencillo. Pienso en un hombre y le saco el raciocinio y la confiabilidad.