28.5.06

Flores para rehacer

Vi Broken Flowers.
¿Por qué, a propósito de Jarmusch, me viene a la mente el atroz lugar común del “buen gusto”? ¿Acaso porque que va a poner música que a mí me va a gustar...?
Bueno, respecto de la película en sí, muy buena. Es como el borrador, el esqueleto de una comedia “típica”, cuyo director ha logrado que no pase por el infame cedazo de los story editors a sueldo de los productores. Un prodigio de levedad aparente, superficial, con el ritmo justo, sin exceso de diálogos. De hecho, todo gira sobre la dificultad de Don Johnston para verbalizar lo que busca. Debe concentrarse en indicios, igual que el espectador. Acá nadie sabe nada (salvo la Madre), y eso es bueno, si uno es capaz de superar la neurosis de la falta de sentido (Barthes). El final no me sorprendió pero debo decir que me lo habían adelantado en una crítica; sin embargo, puede adivinarse, porque es totalmente coherente con el resto de la película.
Es un final que recuerda irónicamente a Platón, que en La República proponía que los hijos recién nacidos les fueran sacados a sus padres y criados por la comunidad; así, los seres humanos considerarían padres a todos los miembros de la generación anterior, e hijos a todos los de la posterior, y los amarían “por las dudas”. Parece que Aristóteles comentó, con escepticismo, que eso era poco factible: el amor es específico, no difuso.

1 comentario:

  1. Anónimo7:26 p.m.

    sutil tu "versión" de la película, a mí también me gustó mucho. Es tierna, además. Esa amistad entre el protagonista y el vecino me hacía acordar de un modo extraño a los dos amigos de "El último samurai" (de Jarmush también). Muchos films de Jarmush giran alrededor de la amistad y la diferencia, incluso ese final con los posibles "hijos" tiene que ver con eso, con sentirse cerca de todo humano que uno se cruza.

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