Logrando cierto distanciamiento, me resulta rara la palabra "inseguridad", para referirse a hechos de violencia, de delincuencia, etc.
¿Qué hay detrás de un nombre? Es largo de explicar, pero en definitiva el nombre le da forma a la cosa que nombra, retrospectivamente. Unifica lo disperso, lo no saturado, de toda cosa en sí.
Se me ocurre que esta palabreja doble, "(in)seguridad", oculta un reclamo mucho más extendido, y más profundo a la vez. Si tengo razón, se refiere (también) a la pérdida de (casi todas) las certezas de un clase, la llamada "media", que durante muchos años marcó el perfil cultural de un país, pero empezó a caer definitivamente en los setenta. Ya no hay seguridad de empleo, de vivienda, de salud paga, de estudios de buen nivel para los hijos, de vacaciones regulares.
"Que nos cuiden", reclamaba alguien el otro día, patéticamente explotado por los medios de comunicación. "Que nos conserven", parecía sonar. Pero un reclamo así, cuya satisfacción es radicalmente imposible, sólo puede caer en saco roto. No porque no haya sujeto en el "cuiden" (la famosa "ausencia" del Estado), sino porque no hay sujeto en el "nos": cuando una "madre" dijo que la marcha no era contra el gobierno, fue silbada. Ni entre ellos (nosotros) se ponen (nos ponemos) de acuerdo.
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