30.7.05

Cuentos del Rin/4

Wiesbaden

Una noche, mi anfitrión me lleva, impensadamente, a Wiesbaden. En su casino -me dicen- Dostoievsky perdió todo lo que tenía, y su mujer tuvo que pedir limosna en las calles de la ciudad. (Esto me hizo transitarlas con cierta unción.) La noche estaba bellísima y pude ver bastante, por ejemplo una calle con muchísimos bares y, cerca, una fuente de agua termal, que hay que pasarse por las manos, porque es curativa. A mí no me hizo especialmente bien, que yo sepa. Toda la ciudad está llena de fuentes y sale vapor de las alcantarillas, porque -me dicen- aguas termales recorren los subsuelos; le daba a la noche un aspecto algo fantasmal.
En realidad, fuimos allí con un propósito específico y algo extraño: saludar, para demostrarles solidaridad, a unos amigos de mi anfitrión, afganos, que tienen un bar allí. Unos días atrás, Bush había lanzado la guerra contra su pobre país, una guerra que ahora nadie recuerda.
Un cura y un editor argentino, algo despistado, en un bar de trampa, si no vi mal. Una rubia que alguna vez habría sido espectacular estaba sentada en la barra y charlaba con un par de muchachos. Había sólo dos o tres mesas, con parejas equívocas (una, con un perro de aguas).
Los dueños del bar eran exiliados de algún régimen anterior, no sé cuál; aún no tenían noticias de sus familiares, las comunicaciones se habían cortado. Uno de ellos habla un alemán perfecto -me dicen-, “sin acento”.

The Last Kubrick's Joke

Repasando Eyes Wide Shut, la última película de Stanley Kubrick, que siempre creí fallida o una gran broma... me doy cuenta de que quizás era ambas cosas. Es como uno de esos largos cuentos cómicos que sólo se justifican (apenas) al final, con el remate, la última línea. En este caso, la palabrita que dice Nicole Kidman, "fuck", que, por esas cosas de la vida y de la muerte y del arte, tan poco casuales, resulta ser la última palabra en la obra de Kubrick.

Cuentos de Frankfurt/2

Hay cisnes en el Main.
Saco la inevitable foto de uno que, consciente de que lo estoy enfocando, y quizás incluso de su belleza triste —en medio de un clima gris que la acentúa—, curva artísticamente el cuello.

Dilema

Propuesta: clonar urgentemente a Jennifer Connelly.
Posible refutación: ¿qué gracia tendría si hubiera muchas?

29.7.05

Cuentos del Rin/3

Johanissberg, el nombre del pueblito, significa algo así como “monte de (san) Juan”. También es el nombre del castillo que domina, precisamente desde el monte, un hermoso paisaje que desciende, por los viñedos, hacia el Rin.
Según me cuenta nuestro anfitrión, el Schloss ya fue vendido a un multimillonario, pero la última baronesa Von Metternich aún habita un ala del edificio, privilegio que cesará con su muerte, quizás próxima.
Mientras tanto, la muy anciana señora conduce un impecable, modernísimo BMW por las colinas y los valles del lugar, una y otra vez, quizás saludando amablemente a los pobladores, y escribe versos que publica en lujosas ediciones de autor.
Nuestro anfitrión, como sacerdote del pueblo, ha merecido un ejemplar dedicado, cuyas hojas recorro, sin entender.

Cuentos de Frankfurt/1

Durante mucho tiempo, mi ignorancia me mantenía convencido del lugar común de que los ingleses hablan un “inglés” más puro y, por lo tanto, más inteligible. No tenía en cuenta las miles de películas norteamericanas (y ahora series, gracias al cable) vistas. La experiencia en la Feria me enseñó, sabiamente, que es al revés, o a mí me resulta al revés: a los norteamericanos les entiendo casi todo y a los ingleses casi nada. La pronunciación de los primeros me parece cristalina, casi resaltan cada palabra para que yo trate de entenderlas; los ingleses, en cambio, hablan desde algún lugar situado entre su nuca y su nariz, y las palabras parecen deslizarse unas sobre otras, como para formar una palabra... alemana. ¿A esto se lo llama “nasal”? La denominación se queda corta.
Un ejemplo.
Helen es una inglesa delgada y nerviosa, que habla con un acento, sí, “nasal” y a una velocidad inmisericorde. Ante ella, dudo del famoso aserto de Hitchcock, a quien le gustaban las inglesas rubias, aparentemente frías pero, según él, capaces de “manotearte la bragueta en un taxi”. No me imagino a Helen en esa situación.
Nos muestra, y nos explica uno por uno, los libros que su editorial ha publicado el año anterior, y los proyectos para el siguiente. Habla como una máquina descompuesta, es imparable. Sé que mi compañero la entiende (y la conoce) mejor que yo, pero también sé que cualquiera se cansa y deja de escuchar luego de algunos minutos de su cháchara automática y monocorde. ¡Si los libros hablan por sí mismos...! Nosotros, igualmente, tratamos de no perdernos del todo y le pedimos de vez en cuando que nos mande alguna muestra: “Send me a copy”; por suerte, eso la obliga a dejar de hablar un par de segundos y tomar nota, taquigráfica.
En un momento dado, mi compañero le pregunta el porqué del título de una colección, y ella, que no esperaba la pregunta, es decir, cuyo discurso a chorros no preveía una interrupción en ese preciso momento, pregunta a su vez: “Why do you ask?” (¿Por qué preguntas?). Mi compañero no entiende y le devuelve el libro sin contestarle; ella se queda, como se dice, “cortada”. No se da cuenta de que él no ha entendido su pregunta —que había sonado como una sola palabra sin ninguna entonación, algo así como “waiuás”— y cree que tal vez ha dicho algo malo... Sólo yo noto la esencia del momento, cuya módica tensión, por otra parte, se diluye enseguida. Le susurro a mi compañero “Te preguntó por qué preguntabas”, y ese juego de palabras involuntario reordena mal o bien la situación.

28.7.05

"Cuando un verdugo se arrepiente, ¡cuidado!, señal de que va a cortar cabezas nuevamente" (Lacan).

Primeras damas

(Fragmento de Jorge Volnovich, ed., Abuso sexual en la infancia 2, Buenos Aires, Lumen-Hvmanitas, 2005, en prensa. Escrito mucho antes de esta campaña electoral.)

En 1998, tuve una experiencia que me pareció muy graciosa y absurda. Habiendo sido convidado a una intervención de carácter institucional en un organismo nacional destinado a las políticas de infancia, se generó entre los aproximadamente 50 participantes un debate generacional de viejos integrantes del organismo (llamados “funcionarios de planta”) con nuevos miembros (contratados en condiciones “flexibles”, en lo que se denomina vulgarmente “contratos basura”). Los nuevos llamaban a los viejos “burócratas”, y los viejos acusaban a los nuevos de “atropelladores”, en ese tipo de conflictiva familiarista que se presenta como reproducción de la familia edípica en las instituciones.
Fue en ese momento cuando se me ocurrió preguntarles a todos: “Levanten la mano los que han entrado a este organismo por concurso.” Como bien se puede imaginar, nadie levantó la mano. En ese momento, en forma jocosa e irónica, les propuse: “Bueh, tal vez están medio asustados de levantar la mano. Entonces, levanten la mano los que no entraron por concurso.” Tampoco nadie levantó la mano.
Demás está decir que la discusión sobre la problemática generacional desapareció instantáneamente para dejar paso a la impotencia. De alguna manera, todas (en este campo, el 90 % de los agentes sociales son mujeres) estaban en igualdad de condiciones: ninguno/a había entrado por concurso.
(...)
En realidad, esas agentes eran un espejo de la política patriarcal desarrollada por siglos respecto de la infancia desvalida, que delegaba en la primera dama de la Nación, Provincia o Municipalidad la tarea maternal de gestionar la infancia desde una perspectiva benefactora y asistencialista. En ese tipo de política, toda primera dama se rodeaba de sus colaboradoras, en general amigas de las amigas de las amigas, que recalaban indefectiblemente en los organismos públicos destinados a proteger la infancia. A partir de los años 80 y 90, en función del avance en los derechos de la mujer, así como con la asunción del Estado mínimo como imposición político-ideológica del neoliberalismo para el mundo, se hacen cargo de la gestión de estas políticas las mujeres militantes. Con derechos ganados en el campo de batalla de la política, se ven obligadas a desarrollar el mismo tipo de política asistencialista y, para llevarla a cabo, designan a las mujeres amigas de las amigas de las amigas del partido político de turno. A la política paternalista de antaño le sumarán ahora el carácter productivista y neoeficientista de la gestión, pasando los programas sociales a ser gerenciados como parte de la gran empresa social del Estado. Ahora las mujeres no solo debían cuidar de los niños, ¡también tenían que ahorrar!
De alguna manera, el pasaje de la figura “primera dama” a “mujer militante” en la conducción de las políticas para la infancia responde a dos tipos de maternalización y a una verdadera doble identificación de ésta desde un proyecto patriarcal. La primera, con los valores asistencialistas y con las estrategias de dominación que éste propone tanto para la sociedad en su conjunto como para los niños. En ese sentido, la primera dama es la metáfora del Estado patriarcal, autoritario y vertical que ejerció el poder durante varias generaciones. Pero, al mismo tiempo, la mujer militante se instala en un tipo de estrategia diferente del patriarcado, que es la política del vacío, en la medida que también se identifica con el mercado que fue tomando el lugar del Estado patriarcal... En otras palabras, si la maternalización de las instituciones dedicadas a la infancia, que denominamos “política de primera dama”, se contrapone con la responsabilidad que le cabe al Estado como encargado de proteger los derechos del niño como sujeto de derechos en desarrollo, la maternalización resultante de la “política de la mujer militante”, como subsidiaria del paternalismo y el mercado, resultó ser todavía más desresponsabilizante, porque es hija de una estrategia de vacío.

Cuentos del Rin/2

Como Harvey Keitel en Smoke, pero no día a día sino año a año, me propuse sacar la misma foto, o una foto del mismo lugar. (La foto no es la misma, porque el lugar y, sobre todo, yo tampoco, etc.) Es una esquina de la casa del padre Paul, mi anfitrión en Johannisberg. Hay una vereda y paredes de piedra, un banco de plaza, una fuentecita de bronce, no mucho más. La vegetación del jardín, habitualmente densa, asoma por detrás del conjunto, pero sin invadirlo.
El primer año, la toma, casi al azar, fue exquisita: el sol hacía reverberar la pequeña fuente, etc. Supongo que esto me llevó a querer repetirla. Pero el segundo año la saqué de noche; no una sutil variante, sino una imposibilidad de otra cosa, por falta de tiempo. Se nota que es el mismo lugar, pero se ve bien poco.
El tercer año, entonces, intenté nuevamente de noche. Demasiada niebla, la foto ni siquiera salió revelada.
El cuarto año, la saqué desde otro ángulo. En realidad, yo creía que era otro ángulo, pero sólo estaba muy nublado. Era de día, pero estaba nublado.
Creo que estos rituales son demasiado peligrosos para mi salud mental, ya de por sí precaria. Debería dejarlos, etc.

27.7.05

Utopías

Alberto Fernández reclamó hoy a los empresarios “capitalismo con responsabilidad social”.
En el mismo orden de cosas, el gobierno reclamará al Mini de Indomables que sea más alto, a las bananas que se enderecen y, en general, a todo color que se transforme en su contrario.

Climas

"Precios: la UIA habla de “clima enrarecido”. Uno de los vicepresidentes de la central sostuvo que “en estas condiciones no se pueden generar fuentes de trabajo y negocios”. Ayer, el Gobierno aplicó una multa récord a cementeras por repartirse el mercado y elevar precios."
Hoy en Clarín.


"Casualmente", estoy leyendo la Historia económica de América latina, que la editorial Crítica ha traducido de Cambridge. En el segundo artículo, sobre la relación de Latinoamérica con la situación económica internacional entre 1870 y 1914, el autor usa tres veces en dos páginas esta recurrida metáfora liberal del "clima" ("clima de negocios", "clima de inversiones", etc., cito de memoria).
Por otra parte, son todos excelentes artículos. Ah, nunca aparece la palabra "latifundio"; ¿será un problema de traducción?

"El fundamentalismo cristiano", de Tato Pavlovsky.

Leprosos

De allí (Chiche) pasó a una asombrosa cita de la monja Teresa de Calcuta, quien no podía modificar la situación de los pobres de la India pero por lo menos se ocupaba de aliviar a un centenar de leprosos. “Estos son mis leprosos”, dijo la Señora que decía la religiosa. Omitió que estaba casada con Cristo y no con quien en forma directa o indirecta gobernó durante una década el territorio asolado que ahora se resisten a abandonar.

(Verbitsky, hoy.)

Por fin terminé de ver La Pasión: un calvario.
Aparte del chiste fácil, reconozco que esto de ver películas bajadas de Internet es toda una experiencia nueva de la cultura de masas. En un momento dado, vi la cabeza de un tipo que interrumpía la pantalla, y no era Juan Bautista sino un espectador que se había levantado. ¡Era una copia filmada en un cine! Genial.
Incluso puedo llegar a creer que la musiquita pop del final es un injerto del vivo que puso la copia en Internet...
Es cierto: tanto le dan al pobre Cristo, que uno casi espera que reaccione, como Rambo o Kung Fu, y empiece a las patadas con los romanos. Por suerte, la venganza grossa queda a cargo del Padre, que es mucho más poderoso.

26.7.05

Cuentos del Rin/1

Me despierto cuando todavía es de noche, alrededor de las seis. Me baño, me visto para ir a la Feria, tomo apresuradamente unos sorbos de café y salgo para ver el amanecer en Johannisberg.
El sol sale prácticamente del lado del Rin: va apartando con bastante rapidez la niebla habitual que pende sobre las colinas y los viñedos. Desde un lugar apenas elevado, es posible ver tramos del río. Lo gris de la hora se va tiñendo con los colores debidos: un verde cada vez más verde en la vegetación, un celeste cada vez más celeste en el cielo, si hay suerte. La hondonada donde corre el Rin mantiene durante un poco más de tiempo el gris de la niebla, que se irá despejando luego, a medida que lo atravesemos con el coche.
Los primeros rayos de ese sol casi horizontal ya reverberan, hasta lastimar los ojos, en las ventanas de los castillos que marcan los límites el pueblo.
No hay mucho movimiento en esas tempranas horas. Algunos autos abandonan el pueblo por el camino que va hacia la orilla del río, el que tiene el gigantesco tonel a su vera. Gente de a pie, muy poca. ¿No se vendimia temprano? Parece que no es necesario.
Vagabundeo media hora, no más, a un ritmo acelerado, como si quisiera absorber todo el espectáculo que pueda. No sé si mañana se repetirá, porque puede amanecer nublado y seguir así. Y llover. O suceder cualquier otra cosa que me lo impida. Pero lo hice varias veces, y todas parecen una sola, aunque al recuerdo central se le vayan sumando detalles.
El sol se eleva finalmente sobre algunas casas particularmente bellas (quizás la luz las hace ver así, o mi voluntad). Saco algunas fotos, si tengo la ocasión. Pero esto ocurre, es decir, puedo presenciarlo, los días en que no vamos a la Feria y puedo caminar hasta más tarde.
Luego, vuelvo a terminar el desayuno con mis acompañantes, que se han demorado un rato más en la cama, y preparar los últimos detalles de la partida. Me despido del pueblo rumbo a Frankfurt, sabiendo que a la vuelta ya será de noche, y nada se verá igual. Y, si hay niebla, nada se verá. Hasta el día siguiente.

22.7.05

Crisis

¿Es el blog "Mirar, escribir, bloguear" de Rodrigo Fresán?
¿Y "Roland Garron" es Fogwill?
¿El blog de "Luis Mogul" lo escribe Malnati?
¿Realmente Omar Genovese está enojado con Gustavo Nielsen? (¿Existen?)
¿Por qué una sola persona querría tener varios blogs?
¿Son todos los que escriben comentarios a mis posts una sola persona (quiero decir, cada uno es uno solo)?
¿Por qué algunos usarían seudónimo? ¿Y varios seudónimos?
¿Por qué creí que yo no estaba usando seudónimo, si no me llamo "Paul"?
¿Por qué, si yo elegí ponerme "Paul", alguien me llama por mi apellido verdadero? ¿Por qué eso suena amenazante (como "sé dónde vivís")?
¿Por qué uso tantas bastardillas?

Más sobre La Pasión

Sacando que:
- el diablo se parece a Marlyn Manson;
- el hijo del diablo se parece al enano de Canal 9;
- Pedro se parece a Alejandro Rozitchner,
no está tan mal la película.
¡Por suerte hay Monica Bellucci (aunque no muestre “questo culone”)!
Hablando en serio, hasta cierto punto.
No está nada mal la escena en que las mujeres limpian la sangre alrededor del lugar de la tortura, porque no pueden limpiar el cuerpo. (Aunque el hecho de que los paños se los haya dado la angustiada esposa de Pilatos es un lugar común sobre la “solidaridad femenina”.) Si Mel “la cola que filma” Gibson hubiera seguido esta línea metonímica, cuánto mejor le hubiera ido. Pero no era fácil.
Hablando de metonimia, está la cuestión del realismo.
Se sabe: el realismo es a la vez necesario e imposible. Sus defensores (yo, entre ellos, como no dejan de reprocharme) y sus detractores a ultranza no siempre se hacen cargo de esta contradicción inmensamente rica.
El chascarrillo de Gus Nielsen en mi post anterior sobre la película (“Le dan y le dan masita, / pero no se le cae la toallita”) alude a esta imposibilidad; Gibson cree que, prodigando trazo grueso y “rasgos circunstanciales” (sangre, lenguas muertas), se vuelve más realista; pero no puede mostrar los sagrados genitales, y todo se le va a la merda.
Salvando las distancias, me recuerda el problema de La Caída: quizás hay cosas que no se pueden mostrar (o ver). Vas todo a perdedor (estética, ideológicamente, quiero decir; porque guita se puede ganar, claro, qué tiene de malo).

Porque escribí

de Enrique Lihn

(A Cristina y Angélica.)

Ahora que quizás, en un año de calma,
piense: la poesía me sirvió para esto:
no pude ser feliz, ello me fue negado,
pero escribí.

Escribí: fui la víctima
de la mendicidad y el orgullo mezclados
y ajusticié también a unos pocos lectores;
tendí la mano en puertas que nunca, nunca he visto;
una muchacha cayó, en otro mundo, a mis pies.

Pero escribí: tuve esta rara certeza,
la ilusión de tener el mundo entre las manos
-¡qué ilusión más perfecta! como un cristo barroco
con toda su crueldad innecesaria-
Escribí, mi escritura fue como la maleza
de flores ácimas pero flores en fin,
el pan de cada día de las tierras eriazas:
una caparazón de espinas y raíces

De la vida tomé todas estas palabras
como un niño oropel, guijarros junto al río:
las cosas de una magia, perfectamente inútiles
pero que siempre vuelven a renovar su encanto.

La especie de locura con que vuela un anciano
detrás de las palomas imitándolas
me fue dada en lugar de servir para algo.
Me condené escribiendo a que todos dudarán
de mi existencia real,
(días de mi escritura, solar del extranjero).
Todos los que sirvieron y los que fueron servidos
digo que pasarán porque escribí
y hacerlo significa trabajar con la muerte
codo a codo, robarle unos cuantos secretos.
En su origen el río es una veta de agua
-allí, por un momento, siquiera, en esa altura-
luego, al final, un mar que nadie ve
de los que están braceándose la vida.
Porque escribí fui un odio vergonzante,
pero el mar forma parte de mi escritura misma:
línea de la rompiente en que un verso se espuma
yo puedo reiterar la poesía.

Estuve enfermo, sin lugar a dudas
y no sólo de insomnio,
también de ideas fijas que me hicieron leer
con obscena atención a unos cuantos psicólogos,
pero escribí y el crimen fue menor,
lo pagué verso a verso hasta escribirlo,
porque de la palabra que se ajusta al abismo
surge un poco de oscura inteligencia
y a esa luz muchos monstruos no son ajusticiados.

Porque escribí no estuve en casa del verdugo
ni me dejé llevar por el amor a Dios
ni acepté que los hombres fueran dioses
ni me hice desear como escribiente
ni la pobreza me pareció atroz
ni el poder una cosa deseable
ni me lavé ni me ensucié las manos
ni fueron vírgenes mis mejores amigas
ni tuve como amigo a un fariseo
ni a pesar de la cólera
quise desbaratar a mi enemigo.

Pero escribí y me muero por mi cuenta,
porque escribí porque escribí estoy vivo.

Grados

En la tradición de los trovadores, desde el momento en que el caballero elegía a su dama debía pasar por una serie de grados, obligatoria y bien definida, que regulaban su relación con ella. El primer grado “in amore” era el de “hesitante” (feignaire); el segundo era el de “suplicante” (pregaire); el tercero era el de “escuchado” (entendeire), y el cuarto era el de “amigo” (druz).
Aquel caballero que tiene la voluntad de amar a una dama y la corteja, pero no osa hablarle de su amor, es un “hesitante”; si la dama lo honra y lo anima a que le refiera sus cuitas amorosas, se convierte en un “suplicante”; si con sus súplicas convence a la dama de que lo honre con su trato y le otorgue guantes, cordón y cinto, es que ha sido recibido al grado de “escuchado”; y si, finalmente, la dama le concede el derecho al beso, es que se ha convertido en su “amigo”.

(Jorge Francisco Ferro, Caballeros y cruzados, Buenos Aires, Lumen, 2005, en prensa.)
“Comprar libros sería algo bueno si el individuo pudiese comprar también tiempo para leerlos. Pero, como regla general, la compra de libros se confunde con la apropiación de su contenido” (Arthur Schopenhauer).

Periodismo y Redacción Creativa
El escritor Leopoldo Brizuela dictará, a partir del 3 de agosto, un curso sobre "Periodismo y Redacción Creativa" en el Centro de Estudios Avanzados en Periodismo Narrativo. La duración es de dos meses y el curso se puede seguir desde cualquier ciudad del país ya que es en modalidad on-line. Más información: www.periodismonarrativo.com

De paso, además de recomendar el curso de Leopoldo Brizuela, recomiendo la página de Periodismo narrativo.
En ella, entre otras cosas, encontré un interesante vínculo a The Association of Alternative Newsweeklies (AAN): the trade organization for the alternative newspaper business. AAN is a diverse group of 126 non-daily free-circulation papers that are distributed in all of the major metropolitan areas of North America. Each paper has a distinct, local identity that sets it apart from the mainstream press in its market.

21.7.05

Fenómeno

Tengo entendido que esto ya había pasado en Francia con el volumen anterior.
"Harry Potter en inglés, el libro más vendido en la Argentina
Es la primera vez que un libro en otro idioma encabeza las listas de best-sellers argentinos. Desde el sábado, se agotaron las nueve mil copias importadas que trajeron dos cadenas."
Nota.

18.7.05

Nada que ver

Acá, el informe de la Chatham House (troskos, seguro), sobre la relación entre la invasión a Irak y el recrudecimiento del terrorismo.

Pasión

Me parece que voy a inaugurar una sección permanente: “Comentarios de películas que todavía no terminé de ver.”
En este caso, sería La Pasión, del inefable Mel Gibson.
Muy impresionante que esté hablada en idiomas que no podemos saber cómo sonaban. Debe de haber pocos antecedentes de esto (si no me equivoco, el San Sebastián de Derek Jarman está hablado en latín). Hay un extraño contraste entre el distanciamiento inevitable que esto genera, y la cercanía física, corporal, que está buscada por otro lado: los jadeos, los golpes, etc.
Qué jodida la escena del Huerto de los Olivos. La idea de que fuera a apresar a Jesús un destacamento bien armado, de parte del Sanedrín, es terriblemente tendenciosa. Es de suponer que se efectuó alguna “reconstrucción histórica” que la sustente... Cierto que en los evangelios sinópticos dice que se trató de un “grupo”, con “espadas y palos”; pero acá es una patrulla bien organizada y bastante bien armada. Incluso, en el evangelio de Juan, se habla de que fueron acompañados por una cohorte, es decir, un destacamento romano, lo cual parece más razonable. En cambio, en la película, los romanos se enteran después, de casualidad, cuando se cruzan con los judíos que llevan a Jesús y éstos quieren engañarlos (cosa que no logran). Da la impresión de que el Sanedrín tenía cierto poder de policía interna (“es un delincuente común”, dice uno de la patrulla), lo cual es bastante plausible, pero no deja de ser una toma de posición, dado lo difícil que es establecer con seguridad algo así.
Me gustaron, en cambio, las escenas cotidianas de Jesús con su madre. Claro, comparadas con la hagiografía estática de Rey de reyes o Jesús de Nazaret, sale ganando. Pero tiene un antecedente difícil de empardar: la maravillosa Vía láctea de Buñuel.

17.7.05

Sbrenica

Qué útil debe de haber sido este tipo para Occidente, o quizás aún lo sea, ¿no? Como Bin Laden, el amigo de la familia Bush.
"Hace diez años, el general Ratko Mladic, el militar serbio que ordenó la matanza de Sbrenica, desapareció de la faz de la tierra. Ahora, cuando esta punto de cumplirse el décimo aniversario del crimen (11 de julio) donde perdieron la vida unas 8.000 personas, todas de origen musulmán, la comunidad internacional cree que llegó la hora para que Mladic comparezca ante el Tribunal Internacional de La Haya.
El diario 'Clic' y el semanario 'Nedeljni Telegraf' revelaron esta semana que Mladic pudo vivir tranquilamente en su casa de Belgrado hasta el año 2002, que pasó largas temporadas en un cuartel militar en la capital serbia y que los servicios secretos conocen con exactitud su actual paradero. «Hasta el 2002, el general Mladic se encontraba en la dirección que todos conocen en Banovo Brdo, en su casa», dijo el jefe de los servicios de inteligencia del ejército, general Svetko Kovac, al diario 'Blic'. 'Nedeljni Telegraf' denuncia que los servicios secretos conocen su paradero y que está siendo vigilado las 24 horas del día" (Hoy Digital).

16.7.05

Razones

No es ninguna novedad que la "racionalidad" occidental pretende tener la exclusividad y arroja a los otros al abismo de lo inexplicable. Sin embargo, siguen sorprendiendo la persistencia, la eficacia de este procedimiento tan antiguo, y ciertos epifenómenos (quizás) no deseados.
Hoy por hoy, ante los "atentados terroristas", se habla de "víctimas inocentes". Por supuesto, podemos creer en la inocencia de alguien, de muchos, incluso en la nuestra, ¿por qué no? Pero las cosas, desgraciadamente, son más complicadas.
Se me ocurre que el llamado "terrorismo internacional" le arroja en la cara a Occidente su propia lógica. Quiero decir: las llamadas "democracias" occidentales se proclaman gobiernos representativos en los que los ciudadanos eligen a sus mandatarios y, con ellos, las políticas que van a llevar a cabo (el famoso "plebiscito cotidano" de Renan). Por supuesto que no es así, pero los "terroristas" lo toman literalmente; entonces, no atacan a los gobernantes, atacan a la "gente común". No hay inocentes, porque hay responsables (ciudadanos, votantes, electores). Claro que en el medio pueden morir niños e inmigrantes, es decir, gente sin derechos; pero ésos son los equivalentes a los "daños colaterales" de las guerras de Occidente: la misma lógica (aplicada a cantidades mucho menores, por cierto).

12.7.05

Nombre

"Un grimorio mágico relata de qué manera la astuta Isis logró arrancar a Ra su nombre secreto.
La diosa hizo una serpiente para que mordiera al dios supremo. El dios sufría atrozmente pero Isis, en lugar de ejercer su magia, lo sometió a un odioso chantaje: Dime tu nombre, divino padre, porque el que es llamado por su nombre vive.
Entonces, Ra enunció sus nombres, haciendo un cuadro de la creación, pero el fuego viviente del veneno continuaba atormentándolo, ya que, dijo Isis, Tu nombre no está dentro de lo que me has dicho.
En lo peor del sufrimiento, ya que el veneno se tornaba más potente, Ra capitula: Que mi nombre salga de mi cuerpo para ir a su cuerpo.
Mediante esta transferencia física, el secreto fue mantenido y ningún oído indiscreto, ni siquiera divino, pudo interceptar el poder de Ra."

(Claude Traunecker, Les dieux de L'Égypte)

11.7.05

Bichos raros

biblioclasta. Destructor de libros.
biblioclepto. Ladrón de libros.
bibliófago. El que come libros o papel escrito. Se aplica especialmente a los roedores y las polillas. // En sentido figurado, lector insaciable.
bibliófilo. Persona aficionada a las ediciones originales, correctas, raras y curiosas de libros. Los bibliófilos aprecian sobre todo la belleza tipográfica, la encuadernación y el material con que se ha impreso y confeccionado un libro.
bibliófobo. El enemigo de los libros, o el que huye de ellos.
biblióforo. También llamado estacionario, es el empleado de una biblioteca encargado del servicio interior; se encarga de entregar los libros.
bibliognosta. Persona entendida en libros.
bibliógrafo. Persona que entiende de bibliografía. // Persona que describe los libros.
bibliólata. El que posee muchos libros sin conocerlos.
bibliólatra. Adorador de los libros.
bibliólogo. Versado en bibliología.
bibliómano. El que tiene pasión por la bibliomanía.
bibliopege. Encuadernador.
bibliopirata. Editor que, con fines de lucro, reproduce libros sin autorización del autor o del editor. // El que roba libros, o no devuelve los prestados.
bibliopola. Librero (vendedor de libros).
biblióscopo. Voz creada por Uzanne para designar al seudobibliófilo, esto es, aquel que conoce los libros sólo de verlos, por sus lomos y no por su contenido: se limita, cuando más, a contemplarlos u ojearlos.
bibliótafo. El avaro de sus libros, hasta el extremo de que a nadie los enseña o presta. También se llama bibliótofo.

(de José Martínez de Sousa, Diccionario de tipografía y del libro, Madrid, Paraninfo, 1992)

"El ocho era Moacyr", cuento de Roberto Fontanarrosa.

10.7.05

Cabo Guardia Civil: Le dije a usted cuando me pidió permiso para ejercer de escritor en el pueblo, que era mejor que hiciese lo que hacen los otros sudamericanos, que unos días van en bici, y otros huelen bien. Son cosas vistosas, no molestan a nadie, y llaman la atención lo justo, sin escándalos.
Escritor: ...
Cabo Guardia Civil: Pero parece que a usted lo que le gusta precisamente son los escándalos y las extravagancias. De entrada se casó usted con la Paddington, que ya había estado casada otras tres veces, cuando había muchas que no se habían casado ninguna, y usted podía haber elegido. Después se compró un sombrero espantoso y anduvo con él todo el invierno... Un sombrero que no nos gustaba a ninguno. Lo tengo yo hablado con todo el pueblo. Pregunte, pregunte por ahí si quiere. ¡A nadie nos gustaba aquel sombrero! Y ahora, para rematar, me dicen estos amigos que ha escrito usted 'Luz de Agosto', la novela de Faulkner, de William Faulkner. ¿Y no podía usted haber plagiado a otro?
Escritor: ...
Cabo Guardia Civil: ¿Es que no sabe que en este pueblo es verdadera devoción lo que hay por Faulkner?
Escritor: Bueno, Faulkner y yo... ya sabe... al ser los dos americanos...
Intelectual: Coño, Bruno, no seas cínico. Que tu novela es la traducción de 'Luz de Agosto' que hizo Pedro Lecuona para la editorial Goyanarte palabra por palabra.
Escritor: Pero ¿y vos qué hablás? Si esta tarde te ardió el culo por culpa de una mujer...
Agricultor (al Guardia Civil): ¿Y a usted le vienen muchos asuntos de estos de intelectuales?

(diálogo de Amanece, que no es poco, de José Luis Cuerda)

Climas

"Nada nos autoriza a inferir que haya sido el negro quien aportó al Brasil la pegajosa lujuria a la que todos nos sentimos arrastrados, apenas alcanzada la adolescencia. La precoz voluptuosidad, el deseo de mujer que a los trece o catorce años hace de todo brasileño un Don Juan, no dimana del contagio o de la sangre de la 'raza inferior', sino del sistema económico y social de nuestra formación, y, un poco acaso, del clima, del aire muelle, denso, tibio, que temprano parece disponernos a las excitaciones del amor y al mismo tiempo a alejarnos de todo esfuerzo persistente" (Gilberto Freyre, Casa-grande y senzala).

9.7.05

Salió El interpretador de julio/2005.
La parte principal está dedicada a la nunca bien ponderada (y en este caso menos) revista Ñ.
Imperdible, como siempre, la columna de Elsa Kalish (a la que el corrector ortográfico acaba de transformarme en "cáliz", qué cosa).
Sumario.

“Cuando vas a ver un film de misterio y al final todo se resuelve, para mí es una desilusión” (David Lynch).

SL

Por fin te descubrí, sl.
Pese al oxímoron que me adjudicás, me gusta tu blog.
Y me encanta este post:
"En el caldo tibio de la ciudad, hornadas de chetitas que ingresaron a la administración pública asesorando a legisladores de Compromiso para el Cambio."
Más como "letrado" que como "realista", se me ocurren infinidad de verbos para catalizar en esa redonda frase nominal, pero no.

Viñas x Croce (2/3)

Marcela Croce, David Viñas, crítica de la razón polémica: un intelectual argentino heterodoxo entre Contorno y Dios, Buenos Aires, Suricata, 2005, 336 pp.


(Mi técnica de crítica folletinesca me salió por la culata, para decirlo con una metáfora doblemente desafortunada. Obligado por las circunstancias, que siempre son uno mismo, intentaré proseguir y ser menos personal.)


El centro, material y conceptual, del libro parece ser el capítulo 6, “El vocero de las víctimas” (pp. 175 y ss.). Si bien Croce adelanta el tema de la “vocería” en momentos anteriores de su argumentación, es aquí donde la desarrolla a pleno.
Por supuesto, lo que está en juego principalmente es la categoría de intelectual. Se han desarrollado ya las nociones respectivas de Sartre (“intelectual comprometido”) y de Gramsci (“intelectual orgánico”), ahora hay que ver qué pasa con Viñas. En el medio, quizás habría que haber convocado con más detalle a Foucault, pero Croce se resiste, yo diría que por su renuencia (coincide en esto con DV) a apoyarse en modas intelectuales hegemónicas. Sin embargo, el sedicente “arqueólogo” galo supo plantear muy bien las contradicciones o, más bien, los límites inherentes a la postura sartreana. ¿Ser representante, vocero, o como se lo llame, no es ser (postularse) vanguardia esclarecida, faro de las masas, poco menos que la Verdad que habla (y esto último nos remite también a Lacan)? ¿Las masas necesitarían esto? “Marx debía ser necesariamente burgués para analizar con objetividad al proletariado y darle una doctrina”, interpreta Croce a Trotsky, pero el subrayado es mío. Otra definición desplaza el problema sin resolverlo: “¿Qué significa ser vocero? Hablar cuando los otros se callan.” Cierto, pero “hablar” pide aclaraciones: de qué, a quién, por quién, para quién, etc.
Resonancias frankfurtianas tiene también la noción de aporía, que acá debemos reponer. La inevitable, a veces obscena, pregunta: ¿Desde dónde criticar? (¿Criticar la razón desde la razón? ¿Criticar a los intelectuales desde…? Cuestión que va más allá de las sutilezas de acreditación, legitimación, etc., aunque empieza por ellas.)
“La crítica es el ejercicio radical de la vocería y responde a un desprendimiento de la propia clase…” Pero más adelante hay que matizar esa posibilidad de desprenderse (que por otra parte no deja de ser una metáfora): “las determinaciones burguesas no se pueden eliminar totalmente”. Y, por supuesto, “el vocero es un mito de la burguesía”.
Nombré antes a Foucault y ahora se me ocurre Deleuze. A la pregunta ¿desde dónde?, ellos podrían contestar: desde ningún lugar, no hay un lugar; o, más bien, hablo y enseguida me desplazo, mi discurso va dejando huecos en los que yo ya no estoy (y donde ya no puedo ser atacado, claro). O también: en cierto sentido, hablo desde afuera de mí mismo, ya que yo también soy objeto de (mi) crítica, quizás el principal. Esto ya no me parece tan ajeno a Viñas. “Dar la cara”, “poner el cuerpo” (conocidos correlatos de “las manos sucias” sartreanas) son la forma en que Viñas lo expresaría. Con lo cual la pregunta, quizás, se reformula así: ¿hasta dónde? ¿Hasta el “final”? ¿Pero no sería éste un estadio sacrificial? Y entonces el vocero se transformaría en chivo expiatorio y, lo que es peor, dejaría de hablar (por exilio, por muerte, por cansancio).
Quizás como síntoma de estas aporías, “el discurso heterodoxo se vuelve hipertrófico”. “Vñas se excede a tal punto en lo discursivo mediante la intromisión de pronunciamientos ajenos a la literatura que se constituye en el portavoz abarcativo que reclaman no sólo los oprimidos sino también los suprimidos, los que han desaparecido bajo el accionar siniestro del genocidio.”
Es que “Todo silencio –toda pasividad- se revela cómplice…” Entonces hay que seguir hablando. Aunque se corra el riesgo de volverse (de ser considerado) “un viejo que siempre dice lo mismo”. Y ya veremos qué es lo que dice.

8.7.05

UBA

"Desde marzo, muchos profesores de la UBA no cobran su salario por las trabas burocráticas derivadas de la ausencia del presupuesto 2005 y la correspondiente asignación de recursos a cada unidad académica. Entre los perjudicados están, por ejemplo, unos treinta profesores de Filosofía y Letras, ya jubilados, a quienes no se les han renovado los contratos. “Esto es un escándalo”, se limitó a decir David Viñas, a quien durante los últimos meses no le han pagado su sueldo como director del Instituto de Literatura Argentina Ricardo Rojas. La misma situación perjudica a otros directores de los institutos de investigación de la facultad. Según se informó ayer en esa institución, la renovación de los contratos ya se habría aprobado en la comisión de presupuesto y sería refrendada mañana, en el Consejo Superior de la universidad. Siempre y cuando sea aprobado el presupuesto general de la UBA" (Página/12).

Alerta

Pese a la prosa algo enrevesada de El País, la duda es razonable, ¿no?
"La Policía sostiene que el cambio a la baja del nivel de alerta en junio, del tercer nivel llamado “severo general” -se prevé un ataque terrorista sin especificar en que puede consistir- al cuarto, denominado “sustancial” -la amenaza es seria pero completamente abstracta-, no puede ser considerada relevante. Por una razón: no afectó a la vigilancia, a la cantidad de efectivos antiterroristas ni al celo profesional. Con todo, no está claro por qué, ante la cumbre del G-8, no se aumentó en lugar de rebajar el riesgo de atentado."

Incursiones en Faulkner

de Juan Carlos Onetti

Hace tiempo y allá lejos pude mantenerme vivo durante un año haciendo traducciones. Durante 12 meses tuve techo y alimento. Pero nada más. Debo considerar también la felicidad de no tener que cumplir un horario, salvo los que yo mismo me marcaba y muy raras veces cumplía.
Poco quedaba de esa felicidad cuando se acercaba la fecha en que me había comprometido a hacer la traducción. Entonces, como hacen muchos estudiantes en el día anterior al terror del examen, se imponía un día con su noche y la ayuda de la bencedrina.
A un amigo le encargaron la traducción de cuentos de Faulkner. Le pedí que me dejara traducir "Todos los pilotos muertos", para mi placer y sin cobrar nada. Como este cuento es mi favorito de entre todos los que escribió Faulkner, encaré mi tarea con mucho respeto. Traté de conseguir traducciones anteriores y me encontré con una en castellano bonaerense, muy mala. También había otra en francés con errores insoportables y que alteraban la psicología del personaje. Poco tiempo después, me dediqué a rastrear algunas de las infamias que se habían hecho al traducir obras del genial norteamericano.
Comienzo con Lena, muchacha tan fácil de querer. Ningún esfuerzo es necesario para verla caminar kilómetros de caminos polvorientos desde el profundo sur hasta el profundo sur. Lleva, indomable, el peso de un feto de varios meses y debe encontrar al padre de su hijo. Calcula dar a luz en el mes de agosto y recuerda, con restos de dulzura, por qué.
Así, Guillermo de Torre en la editorial Losada se encontró con que una traducción literal del título, Luz en agosto, resultaría confusa para los lectores. Se inclinó entonces por Luz de agosto, aunque la luz de este mes en Buenos Aires, donde estaba la editorial, es gris y tristona. Agosto se soporta porque antecede a septiembre y su primavera.
De todos modos, luz de cualquiera de los doce meses se puede titular algún libro inédito de poemas.
Prosiguiendo con mis recuerdos, me encuentro ahora con un libro llamado, en su primera traducción al castellano, Intruso en el polvo. Hay, a propósito, una divertida anécdota. Cuando Faulkner fue descubierto en Europa, sus compatriotas sospecharon, sin mayor entusiasmo, que en su país existía un gran escritor. Faulkner empezó a divertirse cambiando los títulos de sus libros, y así Intruder in the dust también se llamó Flags in the dust y, ya más seguro de la aceptación de su talento, alteró también el título de algún cuento.
La novela The stealers (Los ladrones) se llamó The reavers. Pero a Faulkner le gustaba más deletrearlo en escocés arcaico: The reivers. Decía: "Esto suena más fanfarronesco que reavers, que es la palabra americana que significa lo mismo, pero resulta más suave, demasiado parecido a weavers, urdidores de cuentos”.
Luego de la publicación de The reivers solía decir: "Generalmente, mis lectores se quedan perplejos con el contenido de mis libros. Esta vez solamente se quedarán perplejos con el título”.
Cuando alguien le preguntó por qué hacía eso, dijo que estaba harto de que muchos de sus compatriotas dijeran que no habían entendido algunas de sus novelas y que estaba más que harto de aconsejar que las leyeran otra vez. Ahora, por lo menos, se preguntarían qué querría decir ese título.
Intruder in the dust fue traducido en Buenos Aires como Intruso en el polvo. Con gran expectativa, compré el libro convencido de que asistiría ala caída de algún intruso derrotado y mordiendo el polvo.
Pero nada de eso había en el libro, ya que el traductor había interpretado la palabra dust de acuerdo con la primera acepción que ofrecía el Appleton o diccionario equivalente. No tuvo paciencia para encontrar una línea más abajo que dust también quería decir pelea, riña, polvareda. Señalo que como novela es bastante floja y que está llena de maldita buena intención. Pero lo que quiso decir Faulkner en el título y en el texto fue que el norte no debía intervenir en el problema blanco-negro del sur del país. Prometió, sin mayor esperanza, que algún día o año situado en el infinito, los blancos y los negros sureños darían fin a sus diferencias y todo terminaría en un fraternal abrazo, final feliz.
Leí dos versiones en idioma castellano de The reivers. Una se llamaba Los ladrones, otra Los rateros. En una de ellas volví a encontrarme con el prostíbulo de Miss Reba. Ahora ya no estaba allí Popeye, a quien le había hecho el verdugo un peinado casi instantáneo. Recuerdo que en cambio había un negro alto y robusto que, según creo, tenía el vientre cruzado por una gruesa cadena de reloj. Además, era el manager de un adolescente que ostentaba el récord de hacer el amor muchas veces en un solo encuentro. El negro aceptaba desafíos con los pupilos de otro manager. Se hacían apuestas por dinero, hasta que un triste día, por ambición del negro y por vanidad de su pupilo, éste fracasó de forma lamentable.
En otra versión no recuerdo haber encontrado ni manager negro y tal vez ni siquiera a Miss Reba y su hospitalaria casa.
Desconozco si esta amputación en una de las dos versiones es culpa del traductor o de instancias superiores. Confío en que algún día me lo explicarán.
Y para terminar por ahora, recuerdo que en la traducción firmada por Borges de Palmeras salvajes, en la parte llamada El viejo, se dice al final que el penado alto, luego de escuchar las peripecias que el Mississippi le impuso a su compañero de prisión, resumió su opinión en una sola palabra: mujeres.
Muchas veces, cuando me cuentan alguno de esos pequeños disturbios aldeanos provocados por una dulce señora o señorita, me he limitado a comentar la anécdota o chisme repitiendo: "Mujeres, dijo el penado alto”.
Pero hoy, al documentarme muy severamente para escribir este artículo, descubro que la totalidad del comentario del penado alto fue:
–Women shit.
Con perdón de Borges.

(EFE, 4/1991)

Azucena

"Hallaron los restos de la fundadora de las Madres de Plaza de Mayo"

Nota.

7.7.05

De tripas, corazón

¿Ven lo que digo?
El cuento "Guts", de Chuck Palahniuk, no está mal.
Pero Henry Miller escribía cientos de páginas así entre lavarse los dientes y desayunar.

creía que ciertas investiduras son necesarias
que ciertos sacrificios, imprescindibles
¡que hay que dar para recibir!
pero el amor es una vasija infinita
un cenotafio paradójico
(monumento a un solemne cadáver
donde el cadáver está)
y el error sólo agranda su propia huella
el cubículo donde seguirá floreciendo
(y es mentira que recuerdo el sabor de tu lengua)
aunque sin embargo no obstante
pero tal vez
quizás
o

(12/12/91)

"El editor es el que separa la paja del trigo. Y publica la paja" (Adlai Stevenson).

“Mi vida, mi vida, tan pronto hablo de ella como de algo ya terminado como de una tomadura de pelo que dura todavía, y hago mal, pues ha terminado y dura todavía, pero ¿con qué tiempo gramatical del verbo podría expresar esta situación?” (Beckett, Molloy).

Gelman/Neruda

Gelman: acusar de derechista a Neruda 'fue un grave error'
El poeta argentino Juan Gelman, que recibió hoy en Santiago el Premio Iberoamericano de Poesía 'Pablo Neruda', admitió que haber acusado de derechista hace algunas décadas al literato chileno 'fue un grave error'.
'Dije que era derechista y ese fue un grave error', manifestó Gelman, de 75 años, tras recibir el premio instaurado hace un año de manos del presidente chileno, Ricardo Lagos.
'Mi crítica a su posición política era tan sincera como su oda a Stalin y tan equivocada como su oda a Stalin', agregó Gelman.
El poeta destacó que Neruda 'perdió su fe en el socialismo real pero nunca en una humanidad mejor porque sabía, como Oscar Wilde, que no vale la pena mirar un mapamundi en el que no figure el país de la utopía'.
Sigue.

6.7.05

Wrong subway

Ayer me pasó algo curioso. En el estado de duermevela que suelo tener durante las mañanas, me subí a un subte, en Primera Junta, que no iba hacia el centro sino en sentido contrario. De pronto, un poco más despierto, me sentí dentro de la película Moebius, o de un cuento de Cortázar. Esto último, sobre todo, porque no estaba completamente solo. En otro vagón había un tipo tan torpe como yo. (Si hubiera sido una chica, la historia habría sido perfecta, pero era solamente la realidad.) Extrañamente, el subte no siguió hacia esos misteriosos talleres que uno adivina en las sombras (aunque en este caso uno sepa que salen a la calle Emilio Mitre). Paró de golpe, quizás porque el conductor se había dado cuenta de la situación; no sé. La cuestión es que nos hizo bajar desde las alturas de los vagones hasta esos precarios senderitos que corren al lado de las vías. El otro desafortunado, frustrado pasajero me hablaba desde atrás, pero yo no le contestaba, como si con esa denegación pudiera dignificar la situación (parecía las hermanas solteronas de Living room, la obra de Graham Greene, que cuando salían del baño no hablaban con nadie durante un rato; qué cita anticuada.) ¡Qué extraño volver hacia los andenes repletos de gente, desde esa parte casi no destinada a seres humanos! Bueno, una banalidad, después de todo.

5.7.05

Estoy viendo Lost in Translation y no sé si voy a hacer más comentarios que éstos: 1) Bill Murray es el Jefe. 2) Scarlet Johansson es un bomboncito de licor.

Épocas

No sé si este "rock por los pobres", o como se llame, servirá para eso. No creo. Pero por lo menos sirvió para ver a Pink Floyd con Roger Waters.
(Huelga decir que para mí todo terminó con The Final Cut. ¿Por qué será que algunas cosas tienden a marcar una época irrepetible, a partir de la cual uno ya no entiende nada, o no quiere entender nada?) Bueno, debe ser algo personal. De hecho, sólo me pasa con la música de rock y el boxeo (ya lo comenté en otro post: después de Sugar Ray Leonard, se terminó todo, etc.). No me pasa, por cierto, con la música en general ni con la literatura. Con el cine... habría que ver (precisamente).

“Queremos decirles a los hermanos y hermanas de la Europa social, o sea la que es digna y rebelde, que no están solos. Que nos alegran mucho sus grandes movimientos contra las guerras neoliberalistas. Que miramos con atención sus formas de organización para que tal vez algo aprendamos. Que estamos viendo el modo de apoyarlos en sus luchas y que no les vamos a mandar euros porque luego se devalúan por lo del relajo de la Unión Europea.”
(Del Subcomandante Marcos, en el medio del anuncio de la nueva política zapatista.)

Virtudes

(Tal como fue prometido, va la "Nómina de las virtudes", según la Filocalia, op. cit.)


Prudencia, templanza, fortaleza, justicia, fe, esperanza, caridad, temor, piedad, conocimiento, consejo, fuerza, inteligencia, sabiduría, contrición, aflicción espiritual, mansedumbre, estudio cuidadoso de las Sagradas Escrituras, limosna, pureza del corazón, paz, paciencia, continencia, constancia, buenos propósitos, determinación, capacidad de percepción, diligencia, sostén divino, fervor, estado de vigilia, ardor del Espíritu, meditación, solicitud, sobriedad, recuerdo, religiosidad, pudor, respecto, arrepentimiento, alejamiento del mal, penitencia, conversión a Dios, adhesión a Cristo, renuncia al Diablo, cumplimiento de los mandamientos, custodia del alma, pureza de la conciencia, recuerdo de la muerte, pena del alma, obrar el bien, esfuerzo, fatiga, vida dura, ayuno, vigilia, hambre, sed, frugalidad, bastarse a sí mismo, buen orden, decoro, dignidad, ausencia de frivolidad, desprecio por las riquezas, desapego del dinero, renuncia de las cosas de esta vida, sumisión, obediencia, docilidad, pobreza, renuncia de las posesiones, fuga del mundo, corte de las propias voluntades, renegar de sí mismo, capacidad para aconsejar, grandeza de alma, dedicación a Dios, hesiquía, instrucción, dormir sobre algo duro, privarse de bañarse, firmeza, combate, atención, comer sin bebida, desnudez, consunción del cuerpo, soledad, quietud, calma, alegría, coraje, audacia, celo divino, ardor, progreso espiritual, estulticia por Cristo, custodia del intelecto, buenas costumbres, devoción, virginidad, santificación, pureza del cuerpo, castidad del alma, lectura por Cristo, preocupación por Dios, ciencia, sagacidad, verdad, discreción, incensurabilidad, perdón de las deudas, capacidad de administración, agudeza, perspicacia, modestia, recto uso de las cosas, conocimiento, buenas cualidades, experiencia, salmodia, oración, rendimiento de gracias, confesión, súplica, genuflexiones, invocaciones, imploración, pedido, intercesión, canto, doxología, confesión de los pecados, premura, lamentaciones, tribulaciones, dolor, angustia, llanto, suspiro, gemidos, lágrimas de pena, compunción, silencio, búsqueda de Dios, grito de dolor, falta de preocupación por todo, tolerancia del mal, ausencia de vanagloria, ausencia de amor a la gloria, simplicidad de alma, compasión, rechazo de la ostentación, amabilidad, obras según la naturaleza, obras más allá de la naturaleza, amor fraternal, concordia, comunión según Dios, dulzura, disposición espiritual, placidez, rectitud, inocencia, benevolencia, integridad, simplicidad, loas, buen hablar, buen obrar, preferencia por el prójimo, afecto según Dios, costumbres virtuosas, perseverancia, calificación, gratitud, humildad, desapego de las pasiones, magnanimidad, tolerancia, longanimidad, benignidad, bondad, discernimiento, afabilidad, cortesía, imperturbabilidad, contemplación, capacidad de guía, solidez, clarividencia, impasibilidad, gozo espiritual, seguridad, lágrimas que vienen de la comprensión, llanto del alma, deseo divino, piedad, misericordia, amor por los hombres, pureza del alma, pureza del intelecto, previsión, oración pura, pensamiento no cautivo del mal, solidez, vigor del alma y del cuerpo, iluminación, restablecimiento del alma, odio a la vida, enseñanza exacta, buen deseo de la muerte, infancia de Cristo, estabilidad, admonición y exhortación (medidas y urgentes), cambio loable, éxtasis en Dios, perfección en Cristo, iluminación que no engaña, eros divino, embeleso del intelecto, habitación de Dios, amor a las cosas divinas, filosofía interior, teología, profesión de fe, desprecio de la muerte, santidad, obras rectas, perfecta sanidad del alma, virtud, alabanza a Dios, gracia, Reino, filiación.

4.7.05

Elefantes

Vi Elephant, de Gus van Sant, y, como me temía, está un poco sobrevalorada. Claro, los posmos suelen compararla con Bowling for Columbine, de Michael Moore, y, como ésta les parece demasiado “políticamente correcta”, tienen que inflar la otra.
(Ver por ejemplo, este desdichado fragmento de Santiago García para El Amante: “Es inevitable comparar este film con Bowling for Columbine, mamarracho dirigido por Michael Moore. Aquel borrador de programa de televisión mal hecho está en las antípodas de esta obra maestra del cine. Ambas toman como punto de partida la misma masacre en un colegio secundario. Van Sant, a quien le importa y conoce la adolescencia, construye con elementos mínimos un retrato profundo, sofisticado y conmovedor de los jóvenes que ese día serán parte de una tragedia. Desde el título (basado en una parábola hindú) la película anuncia que no tiene respuestas, que no se subirá al estrado a juzgar y declarar cuáles son los males de esta sociedad. Las explicaciones de Michael Moore tranquilizan porque muestran un mundo sin matices. En cambio las austeras imágenes de Van Sant y su compleja construcción temporal sacuden al espectador y crean incertidumbre. El final deja sin aliento, y la emoción aparecerá después, cuando las imborrables imágenes de cada uno de los personajes vuelvan a la memoria.”)
Aparte del despropósito inicial (quizás aparente) de comparar dos géneros muy distintos –cosa que ya hizo Punto de Vista con Shoah ¡y La lista de Schindler!, aunque en este caso la ficción perdía por KO-, resulta que las dos películas sobre la masacre del colegio Columbine no son tan distintas.
Por supuesto, formalmente, Elephant es interesante, y hasta original, sobre todo para quien no ha visto mucho cine. Los incesantes travellings con steadycam que van siguiendo a los personajes por los pasillos del colegio hacen que éste parezca un tortuoso laberinto (este recurso lo inauguró, célebremente, Kubrick en The Shining; también las distorsiones temporales, con segmentos que confluyen, se parecen a las de The Killing). Curiosamente, en un momento de su documental, Moore hace algo parecido; claro que luego incluye las terribles tomas de las cámaras de seguridad del colegio, donde se ve parte de la masacre. Esta alternancia entre la reconstrucción y la realidad me parece mucho más impresionante que la versión de Van Sant.
Pero también me llama la atención que se le atribuya a Elephant una dosis de “austeridad” o que se diga que no da respuestas. ¡Si está llena de lugares comunes! El padre borracho al que el hijo tiene que cuidar, el director insensible, las burlas a los freaks o nerds, los videojuegos violentos, la compra de armas por Internet, las chicas bulímicas…
Me parece que lo que pasa aquí es que este tipo de crítica de cinéfilos piensa que “mostrar” es mejor (y distinto, por supuesto) que “decir”; y establece un par implícito/explícito –erróneamente- homólogo al anterior, que jerarquiza el primer término de cada par. Una gran confusión que, por supuesto, deriva de un prejuicio insuperable contra toda forma de realismo. Y el pobre Michael Moore, con sus documentales, por más elaborados que estén, queda de este lado del infierno.

3.7.05

Una masita

Dejan el café
acompañado por unas masitas
mordisqueadas, quizás chupadas
previamente.
¡Mozo!
¿La vida es como esa masita
usada
por otros?
¡Cómala o déjela, señor,
porque no habrá otras!
Tomo el café
mirando las masitas
detenidamente.

(escrito detrás de un libro de Leónidas Lamborghini)


Notitas de color

Raro. Según el reportaje de Viva de hoy, coincido con Jaím Etcheverry en el filme favorito: Gritos y susurros.

***

¿Federer no se parece a Tarantino?

***

En un reportaje de su amigo Longobardi, el genial estadista deportivo Maurizio Macri comentó (con esa soltura de cuerpo que saben tener los millonarios autóctonos) que su hija mayor cursó Sociología en la UBA y luego se fue a hacer un posgrado a España. Claro que no se privó de criticar a la misma universidad (donde hasta los hijos de millonarios reciben educación libre y gratuita, sin ninguna contraprestación más que los impuestos que no pagan), porque los profesores, durante la segunda vuelta electoral con el Nabo Ibarra, lo "demonizaban" a él, al pobre Maurizito.

2.7.05

+ PJ

No fue una remake de El regreso de los muertos vivos, pero sus dos protagonistas no hubieran desentonado en el elenco. El senador Ramón Saadi y el gastronómico Luis Barrionuevo sellaron su nueva unidad en un acto conjunto después de años de peleas. “Podemos tener diferencias con Barrionuevo –explicó el ex gobernador del caso María Soledad–, pero somos todos peronistas” (pirulo de tapa de Página/12 de hoy).
Sí,Página/12, pero Kirchner también es peronista, al menos por ahora.

PJ

Genial, como siempre, lo del PJ bonaerense: van camino de tener primera y segunda minoría.
¿No suscita la misma admiración que, por ejemplo, algunas escenas de la saga de El padrino?

1.7.05

Pasiones

Nómina de las pasiones (según Pedro Damasceno, Filocalia 3, Buenos Aires, Lumen, en prensa).

“Aspereza, bellaquería, maldad, malevolencia, irracionalidad, desenfreno, seducción, ineptitud, impericia, inoperancia, frialdad, estupidez, adulación, necedad, insania, delirio, demencia, tosquedad, temeridad, vileza, torpeza, inercia para el bien, ofensa, avidez, tacañería, ignorancia, falta de sentido común, pseudociencia, olvido, falta de discernimiento, insensibilidad, injusticia, malos propósitos, inconciencia, enervación, charlatanería, prevaricación, culpa, pecado, iniquidad, desprecio por la ley, pasión, maldad en las pasiones, mal consentimiento, unión irracional, asalto diabólico, lentitud, indebido descanso del cuerpo, malicia, caída, enfermedad del alma, falta de vigor, debilidad del intelecto, negligencia, dejadez, deplorable desaliento, desprecio de Dios, extravío, transgresión, falta de fe, dificultad para creer, mala fe, poca fe, herejía, facción, politeísmo, idolatría, ignorancia de Dios, impiedad, magia, espionaje, adivinación, brujería, negación, pasión por los ídolos, intemperancia, lujuria, ganas de disputar, pereza, amor propio, desatención, falta de progreso, engaño, seducción, atrevimiento, envenenamiento, inmundicia, asunción de alimentos inmundos, malicia, libertinaje, glotonería, fornicación, amor al dinero, cólera, tristeza, acidia, vanagloria, soberbia, presunción, altanería, orgullo, desvergüenza, infamia, saciedad, holgazanería, sopor, placer, insaciabilidad, glotonería, hambre continua, comer a escondidas, voracidad, comer solo, indiferencia, liviandad, voluntad propia, mal consejo, autocomplacencia, búsqueda de agradar a los demás, inexperiencia del bien, falta de educación, incompetencia, ligereza en los sentimientos, vulgaridad, modos rústicos, contradicción, rivalidad, maledicencia, clamor, tumulto, pelea, ira, concupiscencia irracional, bilis, exasperación, escándalo, enemistad, costumbre de entrometerse, calumnia, amargura, difamación, reproche, denigración, condena, acusación, odio, ultraje, insolencia, deshonor, salvajismo, locura, rigidez, toqueteos, perjurio, juramento, falta de misericordia, odio a los hermanos, parcialidad, asesinato del padre o de la madre, licencia, relajación, aceptación de dádivas, hurto, rapiña, celos, pelea, envidia, indecencia, befa, insulto, escarnio, derisión, complot, opresión, desprecio del prójimo, flagelación, ludibrio, ahorcamiento, estrangulamiento, incapacidad de afecto, inexorabilidad, transgresión de pactos, mal ánimo, descortesía, desvergüenza, descaro, perversidad en el mal, oscurecimiento de los pensamientos, ceguera, enceguecimiento, apego a las cosas pasajeras, afección pasional, vanidad, indocilidad, pesadez de la cabeza, sopor del alma, sueño excesivo, fantasear, beber en exceso, embriaguez, inutilidad, vacuidad, gozo irracional, amor al placer, lascivia, torpeza en el hablar, afeminamiento, pasión desenfrenada, deseo ardiente, apatía, lenocinio, adulterio, homosexualidad, bestialidad, contaminación, malas costumbres, sordidez del alma, incesto, impureza, embrutecimiento, profanación, amistad particular, risa, broma, pantomina, batir de palmas, canciones indecentes, danzas, música, libertad en el lenguaje, servilismo, insubordinación, inestabilidad, concordia reprochable, insidia, guerra, asesinato, liderazgo de bandidos, hurto sacrílego, torpe ganancia, usura, fraude, violación de tumbas, dureza de corazón, difamación, murmuración, blasfemia, queja, ingratitud, malos designios, incuria, pusilanimidad, confusión, mentira, charla interminable, hablar en vano, gozo irracional, disipación, afecto irracional, malas costumbres, palabras vanas, conversaciones tontas, locuacidad, sordidez, perversidad, incapacidad de recibir, irritación, muchas posesiones, rencor, abuso, mal estado de ánimo, apego a la vida, frivolidad, arrogancia, deseo de dominio, hipocresía, ironía, deslealtad, procacidad, abatimiento, eros satánico, curiosidad, disensiones, falta de temor de Dios, falta de docilidad, desconsideración, orgullo, jactancia, afectación, desprecio del prójimo, falta de piedad, insensibilidad, pérdida de la esperanza, postración, odio por las cosas divinas, desesperación, suicidio y, a través de todas ellas, el alejamiento de Dios y la perdición total.”

(Después pongo la nómina de las "virtudes", que, por supuesto, son un poco menos.)