Ejerzo la policía de las pequeñas distracciones (Borges dixit, cito de memoria), para comentar que, en Historia del llanto, de Alan Pauls, hay lo que tanto podría ser un error como una trampa.
El protagonista, en su infancia, dedica todos los días media hora a ver Los invasores. Pero ésta era una de esas gloriosas series de los sesenta (El fugitivo, Alma de acero) que duraba una hora.
Veremos si se encuentra la solución a este intríngulis. (Podría preguntarle a Alan pero, como ni me aceptó como "amigo" en Facebook, no se lo merece.)
El origen del llanto es que sólo le dejaban ver la mitad de la serie. La otra posibilidad es que, como una prefiguracion de su destino de escritor, con media hora podía adivinar el resto
ResponderBorrar¿Y si la daban en dos partes? Creo que no. Apuesto por tu primera opción, Marcos.
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