(o teoría y práctica del poder)
Di Zeo, el barra que otorgó derecho de admisión
El fútbol nuestro da para todo. Si se sorpresas se trata, la de esta tarde-noche superó todo lo inimaginable. Vale detenerse en los minutos previos al partido entre Boca y Pumas. En una de las puertas principales de La Bombonera, los hinchas se arremolinaban en busca de una entrada para poder presenciar la revancha final de la Copa Sudamericana. Muy sueltito de cuerpo, con aire sobrador, Rafael Di Zeo (el reconocido barrabrava) hacía las veces de “acomodador” y ante la cara de todos, sabiendo que las cámaras de televisión lo seguían sorprendidos, decía “vos entrás, vos te quedás afuera...” Sí, de no creer.
Iba de un lado al otro, celular en mano y codo a codo con los policías que organizaron el operativo. Esgrimía, ante la consulta de los periodistas, que su intención era poner orden, en medio de tanto desorden. Nadie le creía, claro. Pedía que armaran fila y trataran de entrar de manera “prolija”, pero en medio de los descuidos hacía colar a sus “amigos de la barra”. Todo, pero todo en serio, sucedía en las narices de los controles y, lo más preocupante, de los mismísimos policías, quien se hacían los distraídos.
La escena duró hasta minutos antes de comenzar el partido. Y el gran protagonista fue uno: Rafael Di Zeo, quien fue condenado en suspenso por agredir a los hinchas de Chacarita. De no creer.
Clarín, 19/12/05
nada que ver con nada, pero en las vacaciones leí las palmeras salvajes y me acordé de vos (estaba a la espera de la cita "entre la nada y la pena...")
ResponderBorrarun beso,
¿Y? ¿Te gustó? Es una pregunta que hago con miedito, porque es mi novela favorita... Aunque ya a estas alturas me adapté a las respuestas negativas.
ResponderBorrarme pareció maravillosa. sabés que hace unos años, creo que más o menos diez años, la había comprado y no me había gustado. comencé a leerla y no pude pasar del tercer capítulo.
ResponderBorrarcomo por supuesto uno no es la misma persona diez años después, antes de irme de vacaciones me puse a buscar libros para llevarme y me dije, por qué no hacer otro intento con esta novela?
y dicho y hecho. creo que es un libro que cuesta un poco al principio, hasta que uno entra en la atmósfera del agua por decirlo de alguna manera (bastante boluda).
me gustó muchísimo la cuestión de las mujeres y la maternidad, cómo en una de las historias nace ese bebé contra todo lo que uno pudiera esperar, algo así (cliché, ya sé) como la vida abriéndose paso "cueste lo que cueste", es genial esa mujer con su panza enorme como una cosa con vida propia (como mujer puedo sentirme absolutamente identificada con esa idea y también con lo que dice carlota en alguna parte: los hijos duelen, no por el parto, duelen emocionalmente, y no lo digo con resentimiento ni pena ni nada, es parte de la maternidad, tampoco hablo de los partos, se entiende). mientras que en la otra historia las mujeres se deshacen de sus hijos sistemáticamente: carlota abandona las suyas, luego quiere interrumpir su embarazo, la otra mujer clama también por un aborto, etc.
la escritura también me pareció fantástica, no sé cuánto tiene que ver borges en eso, ahora estoy leyendo as i lay dying, en inglés y supongo que él neutralizó mucho del inglés sureño que usa, seguramente en la parte de los presos.
bueno, se me hizo un poco largo el comment.
saludos,
(perdón por el despelotamiento del texto)
ResponderBorrarla mía es luz de agosto.
ResponderBorrarentre magnetto y di zeo, me quedo con di zeo
Y el famoso final "Women, shit!"...
ResponderBorrarGracias, Jimena.
Sí, SL, el Rafa hace mucho menos daño. Será que sangro por la herida.
La maternidad en Luz de agosto, también, qué increíble.
ResponderBorrarPero creo que lo que prefiero es Absalón, Absalón.
No recuerdo quien dijo, a propósito de Las Palmeras la única definición acerca de literatura que me pareció de precisión matemática:
Faulkner por Borges es igual a Onetti. Y sí. No me gusta mucho LPS; mis "falukners menores" son, en todo caso "Sartoris" y el maravilloso cuento "Humo".
LB
claro! también hay una parte en un diálogo donde en lugar de "cagar" usa "defecar" que queda medio bastante como forzado.
ResponderBorrarqué es luz de agosto?
apareciste Iturri! en qué quedó la locura de Onelli? te mando un beso,
Lo de Faulkner, Borges y Onetti es de Richard Piglia en Respiración, creo yo; lo dice Renzi respecto de su primera novela, La prolijidad de lo real (que a su vez es un verso de JLB).
ResponderBorrarLuz de agosto es maravillosa, sí, también. Pero la maternidad... Ay, debe de ser mi fobia obstétrica, pero siempre me pareció muy jodido esa cosa de Faulkner con las mujeres, embarazadas o no: esa especie de pasividad bovina, de mero persistir como "fuerza de la naturaleza"... Por eso siempre adoré a Carlota, que es todo lo contrario: siempre toma el destino en sus manos, a un costo altísimo (y le enseña a Harry a hacerlo, también).
ResponderBorrarItu: en Epitafios, de Luis Gusmán (muy bueno), hay un excelente análisis de Absalón, Absalón.
ResponderBorrarbueno, de una manera o de otra el costo siempre es el mismo: la propia vida. a mí me parece que hay una especie de contradicción en carlota, por un lado hay un despligue de energía vital bastante arrollador que ella tiene para todo, por otro lado las decisiones que toma le precipitan el final, le cortan el "persistir" que vos mencionás.
ResponderBorrarno sé si lo de faulkner con las mujeres es algo "jodido". hay una cuestión animal innegable en toda persona, o acaso el impulso sexual de los hombres no es parte de la "fuerza de la naturaleza"? que después sea la mujer la que lleva el hijo adentro es otro cantar. quiero decir, el que no reconoce la tiranía de la naturaleza está fucked up! ;)
la carne, la vieja carne, es la misma historia. bah, ya estoy diceindo cualquier cosa.
un beso,
¿No es genial que hablemos de esto debajo de un post sobre el Rafa Di Zeo? Qué karma que Faulkner siempre esté ligado al realismo mágico, de una manera u otra.
ResponderBorrarse podría intentar una narrativa faulkneriana de nuestros rafas di zeos. igual me parece que a esta altura es posible leer a billy sin el "mágico"
ResponderBorrarEsa narrativa se parecería a la de Jorge Asís, con perdón de la palabra.
ResponderBorrarbueno, yo dije al principio que nada que ver con nada!
ResponderBorrarPiglia dijo eso? A sus muchas tareas, en sus biografías, deberíamos agregar una: la de recopilador. Lo que lo diferencia de Leda Valladares, por ejemplo, es que casi nunca recopila anónimos.
ResponderBorrarY ahora seamos sinceros, Jime e Itu. O en todo caso corrijamos. LOs comentarios sobre futbol, y las chácharas de los muchachs en torno del deporte del balón, la política gremial, de dentro y fuera de la academia, ¡se nos importan un pepinillo! ¡Nos hablan de faulkner y nos vamos al humo! ¡Al fin lo nuestro! ¿Algo se compara -con la vieja y querida literatura?
ResponderBorrarje je je, yo fui la primera que habló de faulkner!
ResponderBorrar:)
y es verdad, a mí el balón cesto, balón pie, o balón a secas, me importa un rábano.
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ResponderBorrar¡Eh! ¿Quién eliminó esas entradas?
ResponderBorrarNo sabía que se podía hacer eso. Bueno, como sea, yo iba a decir que el ensayo también es literatura y que Gusmán es un gran escritor en todas sus vertientes (no un académico). Pero es cierto que a veces me excedo en la referencia erudita y esto sí es deformación profesional. En definitiva: recomiendo calurosamente Epitafios y listo. Hablemos de WF sin bibliografía.
Por suerte existe esta nueva opción de borrar aquéllo de lo que uno se arrepiente. Como sea, la referencia erudita no molesta, Pablo, go on. Lo único que me gustaría es que fuera también hacia otras voces y otros ámbitos, que todo no terminara, como dice Belgrano Rawson, a las "treinta manzanas" en que se agota la mayoría de la intelectualidad -no sólo académica-porteña, concedo. Dejemos que Faulkner nos lleve, por ejemplo, a Marvyn Gaye o a su influencia en los narradores latinoamericanos o yo que sé. ¡Tengo la sensación de que en cada puerta que abro me tengo que encontrar con Josefina Ludmer, con la que no tengo nada, todo lo contrario, pero si es la única mujer -salvo al marido- aburre; y no puedo compararla sinceramente con Djuna Barnes...! Y me muero por decir otra cosa: a ver si nos avivamos ¡LA ARGENTINA NO ES TAN IMPORTANTE! Me cansé de escribir: tomenlón como quieran, gracias.
ResponderBorrarPD: Quiero decir: fijate todo lo que generó el nombre de Faulkner. Parece que varios hubiéramos dicho ¡a la final uno!
ResponderBorrareso, eso: aira 0 comentarios, faulkner 21, vamos bien!
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