Se me ocurre que a muchos de los artículos que escriben los “intelectuales kirchneristas” (Feinman, por nombrar el más obvio), se le podrían cambiar la fecha y la firma, y quedarían bárbaros, tal cual: por ejemplo, Beatriz Sarlo (o Juan Carlos Portantiero, etc.), 1984. ¿Qué tal? Un pequeño retoque interior (Alfonsín por Kirchner) y listo.
Eso sí: cuando la fecha se parezca más a 1987, agarrate Catalina (o Cristina).
Nada que ver con nada, como decía Jimena el otro día. Te retribuyo lo de Nerval con Darío. Nunca me canso de leerlo. Abrazo L
ResponderBorrarLO FATAL
Dichoso el árbol, que es apenas sensitivo,
y más la piedra dura porque esa ya no siente,
pues no hay dolor más grande que el dolor de ser vivo,
ni mayor pesadumbre que la vida consciente.
Ser y no saber nada, y ser sin rumbo cierto,
y el temor de haber sido y un futuro terror...
Y el espanto seguro de estar mañana muerto,
y sufrir por la vida y por la sombra y por
lo que no conocemos y apenas sospechamos,
y la carne que tienta con sus frescos racimos,
y la tumba que aguarda con sus fúnebres ramos,
¡y no saber adónde vamos,
ni de dónde venimos!...
a ver, mandate una reflexión sobre la sucesión de estos dos comentarios!
ResponderBorrarpésima comparación.
ResponderBorrarbuena comparación.
ResponderBorrargolpe de realidad.