22.4.09

Trucholand

Mientras la "justicia" y la Cámara Argentina del Libro persiguen al profesor Horacio Potel, por su extraordinario sitio Derrida en castellano (¡con riesgo de que vaya en cana!), la actual Feria del Libro exhibe cada vez más librerías y seudoeditoriales que venden ediciones truchas de libros con derechos de autor aún vigentes; y ni hablar de los que ni siquiera hacen figurar un traductor (es muy común "retocar" traducciones ya existentes, que no pertenecen al pobre primer traductor sino a otra editorial, pero, ya se sabe, "entre bomberos...") o la cantidad de ejemplares impresos de cada edición (lo cual, supuestamente, según la CAL, es obligatorio).
Como la CAL es, según creo, organizadora de la Feria, o al menos responsable de este tipo de cosas (¡o persigue a Potel en nombre de una editorial francesa!), debería ser considerada cómplice, o algo parecido, ¿no?
Es obvio que se está implementando el "método Colombia": hacer la vista gorda en estos delitos para "impulsar la industria cultural (editorial)". Lo cual, en idioma argentino, significa en realidad que dos o tres vivos se llenan de plata, y los demás esperan (esperamos) el famoso "efecto derrame".
Aunque es bastante imaginable qué es lo que se derrama finalmente... Basta ver esos estantes, esas ediciones.

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