- Augusto Roa Bastos, El trueno entre las hojas
Así como Hijo de hombre es una novela episódica, en la que algunos fragmentos parecen tener una relativa autonomía, los cuentos de El trueno..., aunque son más tradicionales en su independencia, están ligados por hilos sutiles: algún personaje (el antihéroe epónimo de “Mano cruel” en mencionado en otro cuento); algún acontecimiento aparentemente banal (el ciclón de Encarnación se menciona en tres cuentos).
Pero, sobre todo, el último cuento, que da título al libro, cierra un círculo (“El círculo se había cerrado y volvía a empezar”), con los personajes del primer cuento, tan famoso, “Carpincheros”. En realidad, ese círculo empieza en el epígrafe, que “explica” de cierta manera, m uy ambigua, el título.
Primer cuento y epígrafe son importantes, porque marcan el tono del libro y plantean una de sus tensiones esenciales, la que hay entre mito e historia; a nivel estético, podríamos hablar de variantes del “realismo” latinoamericano: “maravilloso”, “mágico”, costumbrista, regionalista, etc. (Una generalidad excesiva pero a la vez obligatoria de considerar: esa tensión atraviesa toda la literatura latinoamericana.)
Por otro lado, no sé si esa tensión siempre está bien resuelta en Roa Bastos, por lo menos en este libro (de sus primeros), pero da para pensar. Es una tentación, por ejemplo, asignar lo mítico a la visión infantil de la nena que se va con los carpincheros (con todas las connotaciones positivas y negativas que tiene lo infantil: pureza, inocencia, pero también puerilidad, no desarrollo pleno, etc.). El narrador, entonces, tendría a su cargo el orden “realista”. Pero habría que ver bien, entonces, las distintas focalizaciones (no siempre es un narrador omnisciente, etc.).
Más interesante, quizás, sería ver cómo el mito puede aparecer como alimento y estímulo de la historia, de la política (el sindicalista ciego, legendario, que pasa a los viajantes de una orilla a otra...). Esta función “entusiástica” del mito se podría conectar con Mariátegui, por ejemplo.
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