13.2.08

Fobias

Tengo fobia social, por supuesto.
Agorafobia es casi lo mismo, pero suena mejor (aunque ya no hay "ágoras"). Todo lo que puede -podía- camuflarse con la etiqueta de "timidez".
La gente me da pánico.
Odio las mañanas porque debo salir de casa, y la luz del sol es como una agresión innecesaria que prefigura todas las demás: el subte, el trabajo, la facultad, el colectivo. Esto no quiere decir que los días nublados me sienta mucho mejor, pero sí, tal vez, que el exterior y mi interior tienden a equilibrarse un poco más.
Sin embargo, nada me atemoriza más que hablar por teléfono. Pedir un delivery es una hazaña cotidiana (bueno, no está nada mal, dicho así). El e-mail parece estar hecho especialmente para mí. La escritura se desnuda como cobardía esencial.
También sufro de acrofobia, vértigo. Una variante , creo, rara: siento mareos al mirar para arriba. Y, sobre todo, si veo a otra persona en una posición alta, riesgosa: siento que soy esa persona.
Pero la voy llevando. Poco a poco, pasan los días.

1 comentario:

  1. Anónimo9:37 p.m.

    Uffffff...me pasa lo mismo. Tengo fobia social y soy muy tímida. La escritura, tal vez, sirva como escape; o mejor, como liberación. No sé.

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