Cuando escribo, lo sé, tiendo al patetismo.
Por eso me consoló leer un artículo de Sarlo en Punto de Vista sobre la novela póstuma de Sebald, Austerlitz. Ella justificaba la evidente inclinación del escritor alemán por esa actitud pasada de moda, tan "antiposmoderna". Por fiaca y otras cosas, cito de memoria (seguro que estoy proyectando). Algo así como "no teme caer en el patetismo".
Por eso me hace bien leer a Sebald mientras escribo mi novela Frankfurt. (Como me hizo bien La intemperie, de Gabriela Massuh, de la cual debo alguna reflexión más detallada.) Lo patético y lo confesional, la forma-diario, la búsqueda de la memoria (y la resistencia de ésta, y del sentido del recuerdo) y de las conexiones secretas entre realidades y experiencias distantes. Lo individual imbricado con lo social: qué antiguedad.
Leer una nota de Rodrigo Fresán en contra de Sebald me confirmó que estoy en el buen camino. Lo que no puedo saber, por supuesto, es si llegaré.
me encantó austerlitz.
ResponderBorrary si uno cae en el patetismo, qué.
como si eso no fuéramos. o como si no fueramos esto también.
besos,
Gracias, Jimena.
ResponderBorrarHola, Pablo:
ResponderBorrar¿Tenés el link de la nota antisebald de Fresán? Creo que me va a caer como parece que te cayó a vos (me gusta Sebald y Fresán me parece un especide de Fito Páez con virtuosismo técnico), pero igual me gustaría chusmearla.
Gracias!
Muy buena la comparación, Ivana, es tal cual. Te dejo el link: http://www.letraslibres.com/index.php?art=8938
ResponderBorrarA ver qué dice...
ResponderBorrar¡Muchas gracias!
los que hablan mal di Sebald me recuerdan los negacionistas
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