En “La espera”, el cuento de JLB, el matón que aguarda su muerte va al cine a ver una de “gángsters”, pero no se reconoce en la pantalla: fe antimimética de Borges.
Un preso real, entrevistado por punto.doc, dice que prefiere no ver Tumberos, porque le recuerda demasiado su propia situación: no todo es canon borgesiano en la vida.
30.3.04
29.3.04
¡David Lodge en Argentina!
(Entrevista en La Nación de ayer.)
Recomiendo El mundo es un pañuelo (Small World).
(Entrevista en La Nación de ayer.)
Recomiendo El mundo es un pañuelo (Small World).
"Los escritores tienen la extraña idea de que su trabajo consiste en confundir a sus lectores y que, mientras los mantengan confusos, no importa si les decepcionan. Pero no hace falta sólo esconder un secreto, también hace falta un secreto digno de ocultar" (G. K. Chesterton, "Cómo escribir un cuento policíaco").
27.3.04
Recomiendo este libro que edité recientemente (de paso, pruebo cómo insertar imágenes en un post). Gracias.
Índice:
La subjetividad femenina y la lección del maestro, Josefina Delgado
Margery Kempe, peregrina de la palabra, Laura Cerrato
El sí/no de las niñas: El cuento de hadas como espacio de subjetivación/subordinación de las mujeres, Cristina Piña
Antígona: "La eterna ironía de la comunidad", María Gabriela Rebok
El secreto del velo, Andrea Paula De Vita
Teología conjugada en femenino plural. Situación actual y desafíos para el futuro, Virginia R. Azcuy
La lucha por la emancipación del imperio masculino, una aproximación histórica, Ema Cibotti
Mujer que quiere, mujer que puede, Luisa Valenzuela
La humanización como proyecto, Julia V. Iribarne
Índice:
La subjetividad femenina y la lección del maestro, Josefina Delgado
Margery Kempe, peregrina de la palabra, Laura Cerrato
El sí/no de las niñas: El cuento de hadas como espacio de subjetivación/subordinación de las mujeres, Cristina Piña
Antígona: "La eterna ironía de la comunidad", María Gabriela Rebok
El secreto del velo, Andrea Paula De Vita
Teología conjugada en femenino plural. Situación actual y desafíos para el futuro, Virginia R. Azcuy
La lucha por la emancipación del imperio masculino, una aproximación histórica, Ema Cibotti
Mujer que quiere, mujer que puede, Luisa Valenzuela
La humanización como proyecto, Julia V. Iribarne
Locos
Breve comentario sobre Roberto Calasso, El loco impuro, trad. de Italo Manzi, Buenos Aires, Marymar, Biblioteca de Ciencias del Hombre, 1977, 128 pp. (Original: L’impuro folle, Milán, Adelphi, 1974.)
A las Memorias de un enfermo nervioso, se superpone el texto del Padre Freud sobre el autor del primero, el original Presidente Schreber, que lo ayuda (involuntariamente) a esbozar su vacilante teoría sobre la relación entre paranoia y homosexualidad.
Y a ambos se superpone otro texto, delirante como el primero, riguroso como el segundo: esta inusual novela de Roberto Calasso.
Schreber cree que su “devenir-mujer” alumbrará una nueva humanidad, con brillos hitlerianos; su destino final, la inmortalidad, parece más modesto, llega mucho más lejos que las teorías freudianas, tan dependientes de su época y de sus propias vacilaciones sexuales...
Un resumen borgesiano, en la página 68:
“Poco a poco, en sus largas reflexiones, durante las torturas minuciosas, las noches inmóviles, la desconfiada observación de los vecinos, las inagotables sustituciones de órganos en su cuerpo, los extenuantes milagros, el presidente Schreber comenzó a reconstruir de qué manera se había desarrollado toda la historia, a presagiar qué cosas le estaban reservadas aún.
Para entenderlo, era necesario ante todo transformar lo que en el tiempo había ocurrido en sucesión lineal, desde la época de Federico II hasta esos días, en un gran tapiz plegado y desplegado por una sola mirada: y también los temas de todos esos eventos estaban entretejidos en ese tapiz uno dentro del otro, y algunos se correspondían cada vez en otro mundo de cada lado del círculo de fuego.”
Se intercalan antiguos grabados e ilustraciones que hacen del libro un collage hipermoderno, deleuziano, derridiano, etc.
A las Memorias de un enfermo nervioso, se superpone el texto del Padre Freud sobre el autor del primero, el original Presidente Schreber, que lo ayuda (involuntariamente) a esbozar su vacilante teoría sobre la relación entre paranoia y homosexualidad.
Y a ambos se superpone otro texto, delirante como el primero, riguroso como el segundo: esta inusual novela de Roberto Calasso.
Schreber cree que su “devenir-mujer” alumbrará una nueva humanidad, con brillos hitlerianos; su destino final, la inmortalidad, parece más modesto, llega mucho más lejos que las teorías freudianas, tan dependientes de su época y de sus propias vacilaciones sexuales...
Un resumen borgesiano, en la página 68:
“Poco a poco, en sus largas reflexiones, durante las torturas minuciosas, las noches inmóviles, la desconfiada observación de los vecinos, las inagotables sustituciones de órganos en su cuerpo, los extenuantes milagros, el presidente Schreber comenzó a reconstruir de qué manera se había desarrollado toda la historia, a presagiar qué cosas le estaban reservadas aún.
Para entenderlo, era necesario ante todo transformar lo que en el tiempo había ocurrido en sucesión lineal, desde la época de Federico II hasta esos días, en un gran tapiz plegado y desplegado por una sola mirada: y también los temas de todos esos eventos estaban entretejidos en ese tapiz uno dentro del otro, y algunos se correspondían cada vez en otro mundo de cada lado del círculo de fuego.”
Se intercalan antiguos grabados e ilustraciones que hacen del libro un collage hipermoderno, deleuziano, derridiano, etc.
25.3.04
Hablando de memorias
Museos, museos. Muchos parecen olvidar que ha habido varios "Museos de la subversión". Uno de ellos, en los cuarteles de Palermo. Una amiga mía tuvo que llevar de excursión a sus alumnos (de un colegio "religioso", por supuesto). Había, entre otras cosas, banderas de Montoneros, uniformes militares ensangrentados y libros. Pero este furor metonímico no llegaba sólo a la Guerra de guerrillas del Che, también abarcaba libros de sociología, de psicología... Toda una lección para los pichones de fachos: zapatillas con colchón de aire sí, libros no.
24.3.04
In memoriam, 24/3
Torturar a personas indefensas y pedir el retiro cuando se lo reprochan.
A esto llaman "honor" los militares argentinos.
A esto llaman "honor" los militares argentinos.
23.3.04
Ouroboros
Con esta última entrada, la serpiente se muerde la cola. Como se ve, la última anotación de mi Diario 2004 (expurgado) se convierte otra vez en la primera de mi blog.
A partir de ahora, debo decidir qué voy a escribir primero.
La cosa se complica, pero no es nada del otro mundo.
Por otra parte, aún tengo muchos otros diarios para trasladar acá.
A partir de ahora, debo decidir qué voy a escribir primero.
La cosa se complica, pero no es nada del otro mundo.
Por otra parte, aún tengo muchos otros diarios para trasladar acá.
Fragmentos de un diario 5 (y últimos)
14/3
Intenté armar un blog.
Éste fue mi primer post:
“Primer post: sentidas palabras.
Dado que no consigo publicar prácticamente en ningún lado, voy a probar esta vaina del blog (que tampoco nadie va a leer).
Así que: sin esperanzas.
Esto no es para "expresarme", ni para "compartir", ni para "comunicarme". Es para ampliar mi currículum y tratar de superar el fetichismo de la letra impresa.
Bueno, digo yo.
Quizás sea también para otras cosas que ahora no puedo prever (o reconocer).
Lo único que puedo prometer es que estará bien escrito, signifique esto lo que significare.
Después de todo, entre los atentados de Madrid y la ruptura del glaciar Perito Moreno, ¿a quién le puede interesar lo que yo diga, si es que digo algo?
Pero a no alimentar ilusiones: no siempre esto tendrá la digna y coherente amargura de un Cioran. Quizás alguna vez se filtre una alegría, Dios nos guarde.
Gracias.
Paul”
* * *
No es tan fácil como parecía.
Por ahora, funciona, con muchas dudas.
Ya veremos cómo sigue.
* * *
Intenté armar un blog.
Éste fue mi primer post:
“Primer post: sentidas palabras.
Dado que no consigo publicar prácticamente en ningún lado, voy a probar esta vaina del blog (que tampoco nadie va a leer).
Así que: sin esperanzas.
Esto no es para "expresarme", ni para "compartir", ni para "comunicarme". Es para ampliar mi currículum y tratar de superar el fetichismo de la letra impresa.
Bueno, digo yo.
Quizás sea también para otras cosas que ahora no puedo prever (o reconocer).
Lo único que puedo prometer es que estará bien escrito, signifique esto lo que significare.
Después de todo, entre los atentados de Madrid y la ruptura del glaciar Perito Moreno, ¿a quién le puede interesar lo que yo diga, si es que digo algo?
Pero a no alimentar ilusiones: no siempre esto tendrá la digna y coherente amargura de un Cioran. Quizás alguna vez se filtre una alegría, Dios nos guarde.
Gracias.
Paul”
* * *
No es tan fácil como parecía.
Por ahora, funciona, con muchas dudas.
Ya veremos cómo sigue.
* * *
Altra casualità
Hace muy pocos días vi el final de El hombre bicentenario, una película sobre un famoso cuento de Isaac Asimov, en la que Robin Williams hace de Robin Williams haciendo de robot que hace de ser humano (es decir, como siempre; no importa: te queremos, Robin).
Hoy, editando un libro del psicoanalista italiano Franco De Masi (El límite de la existencia), me encuentro esta nota a pie de página: “... un relato de Isaac Asimov en el que un robot, que descubre que es consciente y sensible, decide hacerse hombre. Entonces intenta transformar su estructura metálica en algo parecido a la constitución del hombre. Pero esta operación, técnicamente practicable, no logra incluirlo en la sociedad humana y que sea aceptado por los otros hombres, porque su cerebro protónico, virtualmente inmortal, lo considera inhumano por definición”.
Nada del otro mundo, pero. Debe de ser que uno está siempre viendo, leyendo, escuchando boludeces. Y, de repente, dos boludeces se atraen, se juntan, saltan en la conciencia, en medio de infinidad de otras, quizás más sorprendentes pero que, preventivamente, pasan inadvertidas.
Hoy, editando un libro del psicoanalista italiano Franco De Masi (El límite de la existencia), me encuentro esta nota a pie de página: “... un relato de Isaac Asimov en el que un robot, que descubre que es consciente y sensible, decide hacerse hombre. Entonces intenta transformar su estructura metálica en algo parecido a la constitución del hombre. Pero esta operación, técnicamente practicable, no logra incluirlo en la sociedad humana y que sea aceptado por los otros hombres, porque su cerebro protónico, virtualmente inmortal, lo considera inhumano por definición”.
Nada del otro mundo, pero. Debe de ser que uno está siempre viendo, leyendo, escuchando boludeces. Y, de repente, dos boludeces se atraen, se juntan, saltan en la conciencia, en medio de infinidad de otras, quizás más sorprendentes pero que, preventivamente, pasan inadvertidas.
22.3.04
Fragmentos de un diario 4
2/3
“Justo” cuando estaba pensando en que hacía mucho no compraba libros, y no lo necesitaba... oh, casualidad... me compré El loco impuro, de Roberto Calasso (Marymar, 1974), y La literatura nazi en América, de Roberto Bolaño. Ambos, por módicos diez pesitos.
* * *
3/3
Más “casualidades” grossas.
Ahora ya sé por qué (o para qué) compré juntos los libros mencionados en la anotación anterior.
Para que se produjera una casualidad mucho mayor que la de los nombres de pila.
El libro de Roberto Calasso me llevó a hojear el que traje de Frankfurt el año pasado: Cento lettere a uno sconosciuto, hecho con textos de contratapas para su editorial, Adelphi. En la contratapa dedicada a Testi prigioneri, de Borges, menciona a las “dame bonaerensi” que leían la revista El Hogar. Me quedé pensando un rato largo sobre la confusión entre “bonaerense” (de la provincia de Buenos Aires) y “porteño” (de la ciudad de Buenos Aires), sutileza no apta para extranjeros.
Casi inmediatamente, tomé el libro de Roberto Bolaños para hojearlo (y leer, precisamente, la contratapa y otros paratextos). No pude evitar empezar a leer la primera de las biografías ficticias (ojo, también acababa de leer una contratapa de Calasso dedicada a las Vidas imaginarias de Schwob: pequeña coincidencia subsidiaria de todo esto). En la primera línea dedicada a la inexistente Edelmira Thompson de Mendiluce, Bolaños dice que su primer poemario “consiguió introducirla en una discreta posición en la inmensa galería de las poetisas de la alta sociedad bonaerense”.
Paul Auster: andá a laburar.
* * *
E i tempi sono sempre difìcili (Roberto Calasso).
* * *
6/1
Las bibliotecas digitales en Internet son como el video hogareño. Sin éste, quizás nunca hubiera visto el Satiricón, de Fellini. Sin aquéllas, quizás nunca hubiera leído El libro extraño, de Sicardi.
Y ahora acabo de bajarme (y empezar a leer) nada menos que Fragmentos de un discurso amoroso, de Barthes.
* * *
Otra casualidad.
Tomo el libro de la Poesía completa de Alejandra Pizarnik (Barcelona, Lumen, 2002), que traje de Frankfurt hace dos años.
Lo abro exactamente en mi poema preferido, el que dice: “Tú haces de mi vida / esta ceremonia demasiado pura.”
* * *
De El aciago demiurgo (Cioran):
- ¡Vivir completamente sin meta! He vislumbrado este estado, lo he alcanzado a menudo, sin lograr permanecer en él: soy demasiado débil para tal dicha.
- Vivir es una imposibilidad de la que no he dejado de tomar conciencia, día tras día, durante, digamos, cuarenta años...
- La única función de la memoria es ayudarnos a deplorar.
* * *
¿Y el blog, para cuándo?
* * *
La Rosca.
Título para algo.
* * *
“Justo” cuando estaba pensando en que hacía mucho no compraba libros, y no lo necesitaba... oh, casualidad... me compré El loco impuro, de Roberto Calasso (Marymar, 1974), y La literatura nazi en América, de Roberto Bolaño. Ambos, por módicos diez pesitos.
* * *
3/3
Más “casualidades” grossas.
Ahora ya sé por qué (o para qué) compré juntos los libros mencionados en la anotación anterior.
Para que se produjera una casualidad mucho mayor que la de los nombres de pila.
El libro de Roberto Calasso me llevó a hojear el que traje de Frankfurt el año pasado: Cento lettere a uno sconosciuto, hecho con textos de contratapas para su editorial, Adelphi. En la contratapa dedicada a Testi prigioneri, de Borges, menciona a las “dame bonaerensi” que leían la revista El Hogar. Me quedé pensando un rato largo sobre la confusión entre “bonaerense” (de la provincia de Buenos Aires) y “porteño” (de la ciudad de Buenos Aires), sutileza no apta para extranjeros.
Casi inmediatamente, tomé el libro de Roberto Bolaños para hojearlo (y leer, precisamente, la contratapa y otros paratextos). No pude evitar empezar a leer la primera de las biografías ficticias (ojo, también acababa de leer una contratapa de Calasso dedicada a las Vidas imaginarias de Schwob: pequeña coincidencia subsidiaria de todo esto). En la primera línea dedicada a la inexistente Edelmira Thompson de Mendiluce, Bolaños dice que su primer poemario “consiguió introducirla en una discreta posición en la inmensa galería de las poetisas de la alta sociedad bonaerense”.
Paul Auster: andá a laburar.
* * *
E i tempi sono sempre difìcili (Roberto Calasso).
* * *
6/1
Las bibliotecas digitales en Internet son como el video hogareño. Sin éste, quizás nunca hubiera visto el Satiricón, de Fellini. Sin aquéllas, quizás nunca hubiera leído El libro extraño, de Sicardi.
Y ahora acabo de bajarme (y empezar a leer) nada menos que Fragmentos de un discurso amoroso, de Barthes.
* * *
Otra casualidad.
Tomo el libro de la Poesía completa de Alejandra Pizarnik (Barcelona, Lumen, 2002), que traje de Frankfurt hace dos años.
Lo abro exactamente en mi poema preferido, el que dice: “Tú haces de mi vida / esta ceremonia demasiado pura.”
* * *
De El aciago demiurgo (Cioran):
- ¡Vivir completamente sin meta! He vislumbrado este estado, lo he alcanzado a menudo, sin lograr permanecer en él: soy demasiado débil para tal dicha.
- Vivir es una imposibilidad de la que no he dejado de tomar conciencia, día tras día, durante, digamos, cuarenta años...
- La única función de la memoria es ayudarnos a deplorar.
* * *
¿Y el blog, para cuándo?
* * *
La Rosca.
Título para algo.
* * *
“Yo escribo mails dejando espacios después de las comas, poniendo las frases de otro idioma en bastardilla. Ya sé que los mails se escriben de cualquier manera, pero yo no puedo hacerlo así. Tengo una preocupación por cómo contar. No puedo dejar las cosas en borrador y eso me pasa hasta con la lista de las compras: ¡Tiene que estar como se va a publicar!” (Alan Pauls, Página/12, 22 de marzo de 2004).
Chapó, Pauls.
Chapó, Pauls.
21.3.04
Fragmentos de un diario 3
13/1
Dos extraordinarias escuchas de martes 13:
1) Passacaglia para orquesta, de Webern.
2) Oktophonies, de Stockhausen.
* * *
15/1
Escucha loca de hoy: Gesang der Jundlinge, de Stockhausen.
Son todas voces de chicos, desarticuladas, con sonidos electroacústicos “de fondo”, jugando permanentemente con los canales (izquierdo y derecho, en mi pobre denominación) y las distancias. Muy impresionante. Sobre todo, con auriculares.
* * *
Una vez, hace mucho, tomé una extraña decisión: me compré una computadora.
¿Cómo lo hice?
¿Cómo no lo hice antes?
* * *
16/1
Concepto de Paul Virilio (recordado por Hilde Pomeranic): cada medio de transporte nuevo genera su propia clase de accidente. El barco, el naufragio; el auto, el accidente de autos, etc.
* * *
24/1
Vivo-me esteticamente em outro. Esculpi a minha vida como a uma estátua de matéria alheia ao meu ser. Às vezes não me reconheço, tão exterior me pus a mim, e tão de modo puramente artístico empreguei a minha consciência de mim próprio. Quem sou por detrás desta irrealidade? Não sei. Devo ser alguém.
Pessoa
* * *
15/2
“Hay dos especies de utopías: las utopías proletarias socialistas que gozan de la propiedad de no realizarse nunca, y las utopías capitalistas que, desgraciadamente, tienden a realizarse con mucha frecuencia.”
Foucault, La verdad y las formas jurídicas
* * *
22/2
Idea para reflotar mi viejo proyecto sobre “los raros”: Mesa de saldos.
Incluiría libros que compré, precisamente, en mesas de saldos (no tiene por qué ser rigurosamente así, pero es la idea.).
Los saldos como “anticanon”. El poder canonizador del azar combinado con el mercado, la censura, etc. Experiencias en común de una generación de lectura/lectores (las librerías de la calle Corrientes, la quiebra de ciertas editoriales, la política saldera de otras).
Por ejemplo:
Estimados congéneres (Norah Lange)
A bailar esta ranchera (Horacio Rameu)
Los primeros libros de Libertella.
Pilar de Lusarreta.
Juan Filloy.
Etc.
* * *
28/2
Para relacionar: la “teoría de la conversión”, de Lilita Carrió, y Teorema, de PPP.
* * *
29/2
Según George Steiner, los profesores deben exponer los temas a sus alumnos un poco por encima de su capacidad, para forzarlos a aprender.
* * *
Tesis de Steiner sobre el idioma alemán: que Hitler lo destruyó.
Relación: Felini en I clowns, el domador dice que a los animales les habla en alemán, “porque es el único idioma que entienden”.
* * *
Dos extraordinarias escuchas de martes 13:
1) Passacaglia para orquesta, de Webern.
2) Oktophonies, de Stockhausen.
* * *
15/1
Escucha loca de hoy: Gesang der Jundlinge, de Stockhausen.
Son todas voces de chicos, desarticuladas, con sonidos electroacústicos “de fondo”, jugando permanentemente con los canales (izquierdo y derecho, en mi pobre denominación) y las distancias. Muy impresionante. Sobre todo, con auriculares.
* * *
Una vez, hace mucho, tomé una extraña decisión: me compré una computadora.
¿Cómo lo hice?
¿Cómo no lo hice antes?
* * *
16/1
Concepto de Paul Virilio (recordado por Hilde Pomeranic): cada medio de transporte nuevo genera su propia clase de accidente. El barco, el naufragio; el auto, el accidente de autos, etc.
* * *
24/1
Vivo-me esteticamente em outro. Esculpi a minha vida como a uma estátua de matéria alheia ao meu ser. Às vezes não me reconheço, tão exterior me pus a mim, e tão de modo puramente artístico empreguei a minha consciência de mim próprio. Quem sou por detrás desta irrealidade? Não sei. Devo ser alguém.
Pessoa
* * *
15/2
“Hay dos especies de utopías: las utopías proletarias socialistas que gozan de la propiedad de no realizarse nunca, y las utopías capitalistas que, desgraciadamente, tienden a realizarse con mucha frecuencia.”
Foucault, La verdad y las formas jurídicas
* * *
22/2
Idea para reflotar mi viejo proyecto sobre “los raros”: Mesa de saldos.
Incluiría libros que compré, precisamente, en mesas de saldos (no tiene por qué ser rigurosamente así, pero es la idea.).
Los saldos como “anticanon”. El poder canonizador del azar combinado con el mercado, la censura, etc. Experiencias en común de una generación de lectura/lectores (las librerías de la calle Corrientes, la quiebra de ciertas editoriales, la política saldera de otras).
Por ejemplo:
Estimados congéneres (Norah Lange)
A bailar esta ranchera (Horacio Rameu)
Los primeros libros de Libertella.
Pilar de Lusarreta.
Juan Filloy.
Etc.
* * *
28/2
Para relacionar: la “teoría de la conversión”, de Lilita Carrió, y Teorema, de PPP.
* * *
29/2
Según George Steiner, los profesores deben exponer los temas a sus alumnos un poco por encima de su capacidad, para forzarlos a aprender.
* * *
Tesis de Steiner sobre el idioma alemán: que Hitler lo destruyó.
Relación: Felini en I clowns, el domador dice que a los animales les habla en alemán, “porque es el único idioma que entienden”.
* * *
20.3.04
19.3.04
Fragmentos de un diario 2
Ayer en Yenny leí de ojito (sale 27 mangos) un libro de Jonathan Culler, Breve introducción a la teoría literaria. Del resumen en Prometeo:
“En las ricas páginas de esta Breve introducción, Culler pasa revista a los grandes asuntos que han interesado históricamente a la teoría literaria, a la vez se hace eco de la evolución de la disciplina hacia unos horizontes que superan lo meramente literario y la sitúan en un intenso debate sobre cuestiones tan trascendentales como el poder, el genero sexual o la raza. Este volumen se completa con un panorama histórico sobre las principales corrientes críticas del siglo XX (desde el formalismo ruso al nuevo historicismo o los estudios culturales) y una útil bibliografía comentada.”
Veamos de qué me acuerdo yo ahora.
- Distingue típicamente entre “teoría” y “teorías” (o abordajes, etc.: formalismo, estructuralismo, poscolonial, queer).
- Pero no se dedica a exponer las teorías en particular (aunque al final da una breve descripción de cada una). Trata de enfocar problemas particulares, como: definición de literatura, narración, focalización, etc.
- Hace hincapié en el término “teoría” (sin “literaria”), como una peculiar inclinación de esta época, en la que todo tiene que ver con todo, o así parece. Derrida o Foucault no hacen “teoría literaria”, sino “teoría” a secas. Historia, antropología, filosofía: parece que hay que saber de todo para leer “literatura”.
- El problema de qué es literatura: ¿está en el “texto” o en la manera de leerlo? Parece que en una suerte de interacción entre ambos. “Casi” cualquier cosa podría ser literatura, en el contexto de lectura apropiado (aunque da ejemplos muy difíciles de considerar literarios; pero también escande el principio de un tratado científico que queda como un haiku). La literatura es cuestión de forma, pero el valor de la forma es social, o atribuido socialmente.
- Tiene muchos chistes gráficos. (No me acuerdo de ninguno, y eso que algunos eran muy graciosos... Siempre me pasa.)
- ¿Hasta dónde hay que “saber”? La teoría actual es inabarcable. “¿Pero leíste a Fulano de Tal? Si no, no podés hablar de...”
- Diferencias entre el significado de la palabra, el del enunciado, el del texto.
- Influencia mutua y relación entre teoría(s) y movimientos sociales (poscolonialismo, feminismo, gays, etc.).
Hasta acá, por ahora.
Cita en Miguel Ángel Huamán: “Desde mediados del siglo XX, cuando R. Wellek y A. Warren [Teoría Literaria, Madrid, Gredos, 1974 (1954)] en su conocido manual definieran la teoría literaria como un organon o conjunto de principios que regían la historia y la crítica literarias, hasta fines de dicho siglo, cuando Jonathan Culler [Breve introducción a la teoría literaria, Barcelona, Crítica, 2000 (1997)] se refiere a ella como un nuevo género textual que produce efectos fuera de su ámbito original, han pasado muchas cosas.” (La bastardilla es mía.)
Otra reseña en diario ABC:
“Jonathan Culler, profesor de teoría literaria de la Universidad de Cornell, es uno de los mejores especialistas de tal disciplina, desde que publicó su Poética estructuralista (Anagrama), Sobre la deconstrucción (Cátedra), o su excelente monografía sobre Roland Barthes. Este libro, propuesto como breve introducción, tiene la enorme y rara virtud de la claridad. No se propone hacer un repaso de los movimientos teóricos superponiendo unos a otros como hacen los manuales al uso, sino que recorre la manera cómo la teoría literaria de hoy, con especial cuidado en la vigencia en EE. UU., va respondiendo a preguntas clave, como las relaciones de significación, la incidencia en la teoría de los movimientos sociales, la ordenación del sentido... Por su lenguaje claro, por el modo brillante como resuelve cuestiones espinosas, y por un raro equilibrio equidistante de los extremos, esta obra resulta muy recomendable como primera introducción al campo de la teoría literaria. J. M. P. Y.”
* * *
“En las ricas páginas de esta Breve introducción, Culler pasa revista a los grandes asuntos que han interesado históricamente a la teoría literaria, a la vez se hace eco de la evolución de la disciplina hacia unos horizontes que superan lo meramente literario y la sitúan en un intenso debate sobre cuestiones tan trascendentales como el poder, el genero sexual o la raza. Este volumen se completa con un panorama histórico sobre las principales corrientes críticas del siglo XX (desde el formalismo ruso al nuevo historicismo o los estudios culturales) y una útil bibliografía comentada.”
Veamos de qué me acuerdo yo ahora.
- Distingue típicamente entre “teoría” y “teorías” (o abordajes, etc.: formalismo, estructuralismo, poscolonial, queer).
- Pero no se dedica a exponer las teorías en particular (aunque al final da una breve descripción de cada una). Trata de enfocar problemas particulares, como: definición de literatura, narración, focalización, etc.
- Hace hincapié en el término “teoría” (sin “literaria”), como una peculiar inclinación de esta época, en la que todo tiene que ver con todo, o así parece. Derrida o Foucault no hacen “teoría literaria”, sino “teoría” a secas. Historia, antropología, filosofía: parece que hay que saber de todo para leer “literatura”.
- El problema de qué es literatura: ¿está en el “texto” o en la manera de leerlo? Parece que en una suerte de interacción entre ambos. “Casi” cualquier cosa podría ser literatura, en el contexto de lectura apropiado (aunque da ejemplos muy difíciles de considerar literarios; pero también escande el principio de un tratado científico que queda como un haiku). La literatura es cuestión de forma, pero el valor de la forma es social, o atribuido socialmente.
- Tiene muchos chistes gráficos. (No me acuerdo de ninguno, y eso que algunos eran muy graciosos... Siempre me pasa.)
- ¿Hasta dónde hay que “saber”? La teoría actual es inabarcable. “¿Pero leíste a Fulano de Tal? Si no, no podés hablar de...”
- Diferencias entre el significado de la palabra, el del enunciado, el del texto.
- Influencia mutua y relación entre teoría(s) y movimientos sociales (poscolonialismo, feminismo, gays, etc.).
Hasta acá, por ahora.
Cita en Miguel Ángel Huamán: “Desde mediados del siglo XX, cuando R. Wellek y A. Warren [Teoría Literaria, Madrid, Gredos, 1974 (1954)] en su conocido manual definieran la teoría literaria como un organon o conjunto de principios que regían la historia y la crítica literarias, hasta fines de dicho siglo, cuando Jonathan Culler [Breve introducción a la teoría literaria, Barcelona, Crítica, 2000 (1997)] se refiere a ella como un nuevo género textual que produce efectos fuera de su ámbito original, han pasado muchas cosas.” (La bastardilla es mía.)
Otra reseña en diario ABC:
“Jonathan Culler, profesor de teoría literaria de la Universidad de Cornell, es uno de los mejores especialistas de tal disciplina, desde que publicó su Poética estructuralista (Anagrama), Sobre la deconstrucción (Cátedra), o su excelente monografía sobre Roland Barthes. Este libro, propuesto como breve introducción, tiene la enorme y rara virtud de la claridad. No se propone hacer un repaso de los movimientos teóricos superponiendo unos a otros como hacen los manuales al uso, sino que recorre la manera cómo la teoría literaria de hoy, con especial cuidado en la vigencia en EE. UU., va respondiendo a preguntas clave, como las relaciones de significación, la incidencia en la teoría de los movimientos sociales, la ordenación del sentido... Por su lenguaje claro, por el modo brillante como resuelve cuestiones espinosas, y por un raro equilibrio equidistante de los extremos, esta obra resulta muy recomendable como primera introducción al campo de la teoría literaria. J. M. P. Y.”
* * *
Lo siento...
Bueno. Hice algo que no debía en el template y todo me desapareció (links, foro, contacto, blogs recomendados, etc.). Acabo de consultar al Help de Blogger, pero entre mi precario inglés y que ellos "privilegian a los que pagan", no creo que me contesten.
¡Tener que hacer todo de vuelta!
Me parece que hasta acá llegué con mis pretensiones de blogger. No es para mi edad.
¡Tener que hacer todo de vuelta!
Me parece que hasta acá llegué con mis pretensiones de blogger. No es para mi edad.
Fragmentos de un diario 1
1/1
Primera anotación, sólo para decir esto mismo: primera anotación.
* * *
2/1
Título para algo: “No hay vegetarianos gordos.”
* * *
¿Y el proyecto de hacer un weblog?
* * *
3/1
Impresionante Alban Berg: Interludio de Wozzeck
* * *
La duración total de la música compuesta por Anton Webern no supera las 3 horas.
* * *
5/1
Creo que mi capacidad (o lo que sea) para disfrutar (o lo que sea) del llamado “arte moderno” (o del arte en general) no proviene del esnobismo, como dirían muchos. A ver. El arte, sobre todo el llamado moderno, produce en las personas “comunes” una suerte de sentimiento de inferioridad. Barthes hablaba de una neurosis ligada a la falta de comprensión, de sentido. Lo que yo digo se parece un poco. Ahora bien, como yo me siento siempre inferior a todo y a todos, empiezo, paradójicamente, con una ventaja. El arte no me hace sentir inferior, porque ya me siento así, ya “lo soy”. Peor no puedo estar-ser. Por lo tanto, no tengo ningún prejuicio y, simplemente, disfruto. Esto me pasa desde chico: recordar el episodio con 2001, odisea del espacio. ¿Por qué me deslumbró tanto, aun sin entenderla? ¿Por qué no me pareció insoportablemente lenta? Los hermanos Salini salieron del cine indignados, diciendo que era una porquería: ni se les pasaba por la cabeza que ellos eran los incapaces de entenderla; no querían pensar eso, sentirse inferiores. En cambio, para mí, eso estaba fuera de la cuestión. (Podría analizar también la cuestión Bradbury, a quien tampoco entendía; y en este caso se trata de literatura. Pero quizás había otros aditamentos: la lectura del profesor Landolini, por ejemplo.) Es fácil, tentador, decir que había en mí una sensibilidad innata, etc., etc. Boludeces. En todo caso, de dónde corno sale esa sensibilidad “innata”. Ahora bien, entonces, ¿el arte me hace sentir superior? Quizás. Ahí está el riesgo, lo reconozco: el origen de mi famosa “soberbia”. Y, de paso, el sentido del lugar común de que “el arte eleva”. A mí seguro que me eleva, pero no sé, ni me interesa qué parte de mí se eleva, o si hay “partes”. En todo caso, que los eunucos bufen, como decía el loco Arlt.
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Primera anotación, sólo para decir esto mismo: primera anotación.
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2/1
Título para algo: “No hay vegetarianos gordos.”
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¿Y el proyecto de hacer un weblog?
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3/1
Impresionante Alban Berg: Interludio de Wozzeck
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La duración total de la música compuesta por Anton Webern no supera las 3 horas.
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5/1
Creo que mi capacidad (o lo que sea) para disfrutar (o lo que sea) del llamado “arte moderno” (o del arte en general) no proviene del esnobismo, como dirían muchos. A ver. El arte, sobre todo el llamado moderno, produce en las personas “comunes” una suerte de sentimiento de inferioridad. Barthes hablaba de una neurosis ligada a la falta de comprensión, de sentido. Lo que yo digo se parece un poco. Ahora bien, como yo me siento siempre inferior a todo y a todos, empiezo, paradójicamente, con una ventaja. El arte no me hace sentir inferior, porque ya me siento así, ya “lo soy”. Peor no puedo estar-ser. Por lo tanto, no tengo ningún prejuicio y, simplemente, disfruto. Esto me pasa desde chico: recordar el episodio con 2001, odisea del espacio. ¿Por qué me deslumbró tanto, aun sin entenderla? ¿Por qué no me pareció insoportablemente lenta? Los hermanos Salini salieron del cine indignados, diciendo que era una porquería: ni se les pasaba por la cabeza que ellos eran los incapaces de entenderla; no querían pensar eso, sentirse inferiores. En cambio, para mí, eso estaba fuera de la cuestión. (Podría analizar también la cuestión Bradbury, a quien tampoco entendía; y en este caso se trata de literatura. Pero quizás había otros aditamentos: la lectura del profesor Landolini, por ejemplo.) Es fácil, tentador, decir que había en mí una sensibilidad innata, etc., etc. Boludeces. En todo caso, de dónde corno sale esa sensibilidad “innata”. Ahora bien, entonces, ¿el arte me hace sentir superior? Quizás. Ahí está el riesgo, lo reconozco: el origen de mi famosa “soberbia”. Y, de paso, el sentido del lugar común de que “el arte eleva”. A mí seguro que me eleva, pero no sé, ni me interesa qué parte de mí se eleva, o si hay “partes”. En todo caso, que los eunucos bufen, como decía el loco Arlt.
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Feria del Libro
Escribo desde la editorial, enloquecido con la preparación de la Feria del Libro de Buenos Aires, evento extravagante si los hay.
Parece que hoy hay problemas para acceder al sitio oficial de la Feria. ¡"Más días, mayor superficie de exposición, más y mejores servicios"!, dice, entre otras cosas.
Igualmente, recomiendo las Jornadas Profesionales, del 13 al 16 de abril.
Parece que hoy hay problemas para acceder al sitio oficial de la Feria. ¡"Más días, mayor superficie de exposición, más y mejores servicios"!, dice, entre otras cosas.
Igualmente, recomiendo las Jornadas Profesionales, del 13 al 16 de abril.
18.3.04
Flor de blogger
Voy bastante bien con los links de la columna de al lado. Que funcione Contactos se lo debo a Guillermo Piro. Ahora estoy por agregar los Foros y los Comments. ¡Qué moderno!
16.3.04
Título
Qué compromiso escribir todos los días. (No lo asumo, sólo comento.)
Para peor, vi que hay otro blog que se llama igual que éste, uno brasileño. Bueno, debe de haber millones, no es demasiado original; pero mi apellido es mi apellido y da ciertos derechos (cuando era chico me decían "Valle de pasiones", por una serie que estaba de moda hace mucho, mucho tiempo).
Llamaría a concurso para cambiar el nombre.
Propongo "Los Salieri de Link".
Para peor, vi que hay otro blog que se llama igual que éste, uno brasileño. Bueno, debe de haber millones, no es demasiado original; pero mi apellido es mi apellido y da ciertos derechos (cuando era chico me decían "Valle de pasiones", por una serie que estaba de moda hace mucho, mucho tiempo).
Llamaría a concurso para cambiar el nombre.
Propongo "Los Salieri de Link".
15.3.04
Esto va avanzando.
De a poco.
Después de todo, yo de HTML no sé nada. Y no creo que a esta altura pueda aprender mucho más que cortar y pegar pedacitos ya hechos...
Bueno, así me quedó la dirección de email de acá al lado, bajo el rimbombante título de Contacto: no conduce a nada, así que si alguien tuviera la peregrina idea de escribirme, por ahora deberá copiarla y pegarla.
Suerte.
De a poco.
Después de todo, yo de HTML no sé nada. Y no creo que a esta altura pueda aprender mucho más que cortar y pegar pedacitos ya hechos...
Bueno, así me quedó la dirección de email de acá al lado, bajo el rimbombante título de Contacto: no conduce a nada, así que si alguien tuviera la peregrina idea de escribirme, por ahora deberá copiarla y pegarla.
Suerte.
14.3.04
Primer post: sentidas palabras
Dado que no consigo publicar prácticamente en ningún lado, voy a probar esta vaina del blog (que tampoco nadie va a leer).
Así que: sin esperanzas.
Esto no es para "expresarme", ni para "compartir", ni para "comunicarme". Es para ampliar mi currículum y tratar de superar el fetichismo de la letra impresa.
Bueno, digo yo.
Quizás sea también para otras cosas que ahora no puedo prever (o reconocer).
Lo único que puedo prometer es que estará bien escrito, signifique esto lo que significare.
Después de todo, entre los atentados de Madrid y la ruptura del glaciar Perito Moreno, ¿a quién le puede interesar lo que yo diga, si es que digo algo?
Pero a no alimentar ilusiones: no siempre esto tendrá la digna y coherente amargura de un Cioran. Quizás alguna vez se filtre una alegría, Dios nos guarde.
Gracias.
Pablo
Así que: sin esperanzas.
Esto no es para "expresarme", ni para "compartir", ni para "comunicarme". Es para ampliar mi currículum y tratar de superar el fetichismo de la letra impresa.
Bueno, digo yo.
Quizás sea también para otras cosas que ahora no puedo prever (o reconocer).
Lo único que puedo prometer es que estará bien escrito, signifique esto lo que significare.
Después de todo, entre los atentados de Madrid y la ruptura del glaciar Perito Moreno, ¿a quién le puede interesar lo que yo diga, si es que digo algo?
Pero a no alimentar ilusiones: no siempre esto tendrá la digna y coherente amargura de un Cioran. Quizás alguna vez se filtre una alegría, Dios nos guarde.
Gracias.
Pablo
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