Yo siempre he sido un fanático de las librerías de viejo. Obvio. (Viejo soy, yo también, porque llegué a ver las de la calle Corrientes que estaban abiertas toda la noche; no es un mito.) Así, con la bella trampa de 3 por X pesos, hice una biblioteca enorme, desproporcionada, innecesaria.
Debo reconocer que ahora, cuando tengo mucho menos tiempo (y ganas), Internet se me ha convertido en la librería de viejo más grande del mundo. Es realmente increíble lo que se consigue ahí. No sólo en www.librousado.com, donde abundan los anticuarios y, por lo tanto, los precios desmedidos, para turistas. No, lo más ramplón: De Remate, Mercado Libre, y miles de pequeños quioscos que a veces saben lo que tienen y a veces no. Casi he vuelto a ser un comprador compulsivo de libros, como en esas épocas donde la noche existía.
¡No lo digas en voz alta! En esos sitios muchas veces no saben lo que tienen.
ResponderBorrarTenís razón.
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