Silvina Bullrich, por televisión, leyó en un papelito una lista de los premios que Borges
había ganado y dijo: "Los escritores recibimos menos de lo que merecemos; Borges, recibió
más". Dijo que lo que le debía al país era tanto, que al irse demostraba su ingratitud (si se habla
de quién debe a quién, lo que no me parece necesario, ¿no deberá tanto el país a Borges como
Borges al país? Sin duda, más el país a Borges). También dijo que Borges era impotente y que
padecía de coito precoz. A los pocos días de estas declaraciones murió Borges. Ella reconoció
que había estado mal, se quejó de los amigos que la habían censurado por lo que había dicho y
a manera de excusa explicó: "Fue como si se me escapara un pedo". Para emplear un estilo que
no desentone con el contexto, yo diré: el broche de oro.
(ABC, Descanso de caminantes)
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