Parece que Mauri aprendió bien por lo menos una de las lecciones de su maestro, Carlito: atribuirse el mérito de inaugurar una obra que había empezado mucho antes que él y que aún, en realidad, no se ha terminado del todo (como hizo Méndez con la Biblioteca Nacional).
Veremos qué pasa hoy, pero sobre todo en los próximos años.
Ver, al respecto, una muy buena nota de Diego Fisherman en Página.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario