26.7.10

De la pantalla al papel

Por Carlos Guyot
De la Redacción de LA NACION

Con el auge de los e-books y las tablets , hay cientos de personas desarrollando nuevos contenidos en el mundo digital y pensando en cómo traducir la experiencia del libro papel a la pantalla. Pero, además, hay otras dos pensando en sentido contrario: Bertrand Duplat y Étienne Mineur son dos editores franceses que crearon Des éditions volumiques ( www.volumique.com ), una editorial enfocada en el libro papel como una nueva plataforma, un laboratorio en torno al libro papel, a la experiencia de lectura y su relación con las nuevas tecnologías.

Sus trabajos exploran los límites del papel y crean puentes entre las páginas y las pantallas, experimentando con tintas, materiales y tecnología. "No creemos que el e-book es el reemplazo del libro papel, pero intentamos enriquecer la intangible, emocional e íntima conexión que brinda el papel con las nuevas dimensiones del mundo digital", explican. A continuación, algunos ejemplos del trabajo de experimentación que están desarrollando:

El libro cuyas páginas se pasan solas es un libro de breves conceptos conectado a un pequeño dispositivo. Éste hace que sus páginas se den vuelta de manera aleatoria generando diversos sentidos. Sus páginas también pueden interactuar con un celular.

El libro que desaparece es un proyecto tan extraño como inquietante, más pensado para la serie de Harry Potter que para el mercado masivo: debido a su tinta reactiva, a los veinte minutos de abrirse por primera vez, las páginas del libro comienzan a mancharse de negro, de modo que algunos de sus párrafos quedan ilegibles.

La noche de los pixeles muertos vivientes es una novela gráfica cuyas páginas se despliegan de manera alternativa, generando un primer nivel de interactividad. El segundo está dado por una serie de códigos que, al ser leídos por la cámara de un celular, despliegan en su pantalla una serie de videos.

Encontrando Zombies es, tal vez, el prototipo más logrado: un cómic con escenas de oficina, sobre el cual se despliega una serie de páginas transparentes con diálogos que se van develando a medida que se avanza en la lectura, no de izquierda a derecha, sino de arriba hacia abajo.

Interactividad, exploración, juego y audacia: los ingredientes para bucear en las posibilidades que se abren entre la tecnología y el papel para volver a mirar con nuevos ojos al libro como ese artefacto perfecto.

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