Habiendo pasado las primeras, flojas, necrológicas sobre Fogwill, es bueno no olvidarse del tipo y seguir leyendo cosas que valgan la pena.
No fue un maldito, por Beatriz Sarlo
Lo que deja un escritor, port Martín Kohan
Crecer de golpe, por Daniel Link
Vida y obra, por Daniel Link
El lobo herbívoro, por Quintín
Memoria de paso, por Daniel Guebel
Anecdotario de autor, de Guillermo Piro
(todas de Perfil)
Y del último Radar son todas buenas, pero la de Vera, su hija, es excelente, conmovedora, muy bien escrita, inquietante.
"La mejor literatura la hizo en las noches arrullándome para dormir, jamás –mientras me tocaba estar con él– me dormí sin un cuento de mi padre, jamás. Hasta de grande era capaz de meterse en mi cama a contarme un cuento, pese a que yo, dormida, me sobresaltaba y le decía: “¡Papá, ya estoy grande para cuentos!”, “¿Papá, estás drogado?”, “¡Papá, soy tu hija!, ¡Papá!”."
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