Un trío de poder: Aulicino, Muleiro y Carnevale
Son los tres cronistas fijos del semanario Ñ.
Son directos y didácticos; no hay quien enseñe
como ellos la importancia cultural del pluralismo:
"al final, mi abuela y Kant decían exactamente lo mismo".
Uno habla de su amigo habitué de bares discretos,
un amigo literato lleno de agentes secretos
con datos sobre el mundillo poético en su actual decadencia
-por suerte está Ñ, que es la pura transparencia.
El otro dice que el mercado, al ser tan escaso,
no justifica el intento de avanzar a los codazos
de un narrador ególatra, ciego y pichi
-para Ñ no hay mercado pero hay Código Da Vinci.
El tercero tiene un objeto de estudio propio
que es el cine, los otros dos hacen acopio
de la literatura hasta dejarla sin objeto
de tanto elogio a Dan Brown y tanto agente secreto.
El tercero va a los estrenos por obligación
y escribe lo siguiente sobre "La mala educación":
"todo bien con el cine gay y su mirada tierna
pero en el fondo uno va al cine a ver un buen par de piernas".
Son directos y didácticos y pluralistas,
nadie entiende por qué las editoriales y las otras revistas
no publican los poemas de Howlicino
ni los cuentos de Muleiro ni, bueno, lo que escribe Mr Kino.
Cristian De Nápoli
La terna del patetismo y los buenos negocios...
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