Como era de esperarse, la nota de Adriana Meyer en Página de hoy, sobre la performance electoral de la izquierda, es condescendiente e irónica hasta donde le da el cacumen.
Sin embargo, termina admitiendo: "Aunque divididos ya sin vocación de unidad, anoche todos coincidieron en la convocatoria a la marcha contra el golpe de Estado en Honduras (ver página 29), y el destino de esa parte de la región se coló en las charlas post-electorales."
Ah.
¿Y si el Gobierno y sus partidarios se ocuparan en serio de ese "temita", por lo menos después de terminar de derramar sus lágrimas de cocodrilo sobre la leche (ya no la sangre) derramada?
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