MÁQUINA DEL BICENTENARIO
Leónidas Lamborghini es un poeta de cortes y reescrituras. Los cortes son la insistencia del que escarba tras el flujo lineal lo que lo niega. Hizo de antiguos textos una superficie de experimentación que los hacía revelar lo que ellos desconocían de sí. La razón de mi vida fue despojada de su pathos sentimental para hallar en el texto la brusquedad de la rebelión. En 1972 llamó a esos escritos Partitas. La Biblioteca Nacional los reeditó, este año, para expender en su Máquina del Bicentenario, artefacto que intercambia un libro por una moneda de un peso. Fue el libro número 28. Juana Bignozzi, Diego Tatián, Christian Ferrer, Enrique Wernicke, Benito Lynch, José Martí, son los autores de los últimos editados en la colección. Todos los títulos se agotaron durante la Feria del Libro. Se vendieron allí, perdone el lector la intrusión numérica, dieciocho mil ejemplares.
¿Cómo no festejar que muchos lectores hayan participado de ese acto lúdico y cultural de extraer sus ejemplares de la máquina expendedora? ¿Cómo no alegrarnos de que libros fundamentales, exquisitos, algunos desconocidos, otros de autores de culto, estén hoy en manos de los lectores curiosos que pasaron por el stand y se sintieron tentados?Sólo algo mengua nuestro festejo: todos los títulos han sido agotados y, por lo tanto, la Máquina estará sin funcionar durante los próximos meses.
(de la Gaceta de la Biblioteca Nacional)
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