"En los neuropsiquiátricos y en los sectores especialmente habilitados de las cárceles, a una hora determinada pasaba un enfermero con los blísters que contenían los calmantes para darles a los enfermos. De ahí surgió la frase de que les daban "la chapita", hasta que en algún momento se trasladó lo de "chapita" directamente a los enfermos, léase gentes con amplios descontroles mentales."
(sacado del blog de Podeti)
Verbigracia, doña Liliana Herrero. El otro día estuve en el recital del Rosedal de Mercedes Sosa, y cuando después de una frase literalmente cantada por MS llegó la parte de Liliana, un joven que se hallaba junto a mí exclamó: "esta tipa está chapita". En efecto: la locura por destacarse al lado de quien inevitablemetne tiene más talento que uno lleva a gritar de la manera más exótica que pueda imaginarse cosa de que uno recuerde, así y todo, como lo más horrible de la noche. CUalquier cosa, antes que ser apenas algo más en la memoria; ¡la chapita de la noche!
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