4.9.06

(de Jorge Asís digital)

Los francófilos
Argentina, con su estado alicaído, se adapta a la situación delicada de la Alstom.Conste que Ricardo Jaime, secretario de Transporte, alias El Señor de los Subsidios, es un prestigioso francófilo, especializado en Proust, Diderot y Voltaire. Y visitó la planta de la Alstom. En los alrededores de París, antes del esplendoroso verano europeo. La velocidad de la eficacia de Jaime logró conciliar emotivos convenios de cooperación.
En menos de un mes se agudizó el fervor inversor de Patrick Kron. Con cuantiosos emprendimientos que conmovieron al otro hipersensible francófilo. Aunque más especializado en Verlaine, en Cocteau y Colette, y sobre todo en Jean D’Ormesson. Es Hugo Moyano.

Para comenzar, la Alstom arrancó con la construcción de los románticos tranvías para Telerman, más especializado en Michael Fournier.
Hasta atreverse a distribuir caramelos sociales de madera con la construcción demencial del Tren Bala. Una manera popular de denominar el TGV, “train de grande vittesse”.
Un tren de gran velocidad para viajar, con la enorme falta que hace, hacia Rosario. Para tomar un café con nuestra colega María Grande.
En cierto modo, el delirio del Tren Bala brinda un consuelo moral a los millones que viajan, placenteramente instalados, hacia Buenos Aires. Desde Temperley, o Paso del Rey.
(sigue)

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