Blumberg pasó de la muletilla "¿entiende?" a la muletilla "digamos". Curioso. Es tentador hacer una homología entre ese desplazamiento (de la pregunta al imperativo) y su evolución de referente social a político criollo. ¿Se podría prever su muletilla cuando sea electo? La modalidad que le queda es la mera aserción.
¿Tendrá idea Blumberg de por qué dice las palabras que dice?
ResponderBorrarAlgunas sí, otras no. Las muletillas, imposible, por definición. Pero, cuando hace menciones despectivas a los derechos humanos, seguro.
ResponderBorrar"¿me entiende"? = no creo que Ud. me entienda, pero bueno, intento explicarselo lo más simple posible. Yo hago mi esfuerzo, pero Ud. parece que no me entiende.
ResponderBorrar"digamos" = yo soy portador de otras voces que no son la mía; de las voces de los que piensan como yo pero no tienen un espacio como yo para expresarla.
(Opino que la cosa evolucionó así: "ya no importa discernir si Ud. me entiende, porque creo haberme dado cuenta que puede ser que no me entienda; pero igual me considera su vocero, así que vale".
Arriesgo una futura: "convengamos".
"Convengamos" se emplea para sentar un precedente y base desde donde se considera que uno arranca con el otro a pensar en común. Es muy usada en el interior, y es como una declaración de aceptación de cosas básicas que el otro plantea, y un maniqueísmo para "apurar" al otro.
Ejemplo: "...convengamos que acá hay que meter presos a todos los pobres sospechosos y después barajar y dar de nuevo..."
No convenimos nada.
Espectacular, espectacular.
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