Cuando me mudé a mi primer “departamento de soltero”, en el barrio de Congreso, hace ya muchos años, me encontré con dos simpáticas sorpresas.
Una: llamaban a cualquier hora, preferentemente tardías, preguntando por “Baby Doll”. No era tan misterioso, ni yo tan tonto. Me di cuenta bastante rápido de que el departamento había sido usado por una trabajadora del sexo, o varias. Pronto dejaron de llamar los antiguos clientes y pude dormir mejor.
La otra fue más compleja. Noté que en el techo del dormitorio había unas marcas redondas, de un centímetro de diámetro, aproximadamente, huecas en el medio. Muchas marquitas, como de viruela, o como el dibujo de una constelación. Quizás por asociación con la primera sorpresa, intrigado, di en imaginar alguna “perversión” que diera como resultado esas extrañas inscripciones. (El “semiólogo” ve signos en todo, supongo, aunque la realidad tiende a ser, quizás al mismo tiempo, vocinglera y muda.) Dentro del placard, encontré el barral de bronce, hueco, un poco doblado, de una cortina ya ausente. Y al poco tiempo empecé a oír, a toda hora, el insoportable taconear de una vecina chancluda. Tomé el barral y golpeé con él, varias veces, el cielo raso, agregando más marquitas idénticas a las que ya había, la pobre perversión, o constelación, reducida entonces a las prosaicas dimensiones de una protesta doméstica.
30.5.05
"Pero también el alma de las masas es capaz de geniales creaciones espirituales, como lo prueba, en primer lugar, el lenguaje mismo [...]. Por otra parte, no se sabe cuánto deben el pensador o el creador literario individuales a la masa dentro de la cual viven; acaso no hagan sino consumar un trabajo anímico realizado simultáneamente por los demás" (Freud, Psicología de las masas y análisis del yo).
27.5.05
Formas de escandir el año (y la vida): primer cuatrimestre (primer parcial, segundo parcial), finales, segundo cuatrimestre (primer parcial, segundo parcial); viaje a Frankfurt en octubre (ojalá); finales. Cuatro cortes de pelo: marzo, junio, septiembre, diciembre. Tres gripes: abril (o mayo), junio, agosto. Algunos cumpleaños.
26.5.05
23.5.05
18.5.05
Paro
En los medios, el actual paro de 72 horas de los docentes universitarios (con marcha el viernes) se atribuye "inocentemente" a la habitual demanda de mejoras salariales. En realidad, el espectro de los objetivos es mucho más amplio, incluyen estabilidad (yo, por ejemplo, soy interino desde hace 17 años) y basta de docentes ad honórem, una práctica típica de las facultades "tradicionales" pero que en los últimos tiempos se ha generalizado y se está naturalizando peligrosamente. Entre cobrar 100 pesos (como la gran mayoría) y trabajar gratis, la diferencia parece sólo de principios, otra muestra de la quiebra moral -no sólo económica- en la que vivimos.
17.5.05
Fobia
Expresiones de uso corriente y vigencia limitada, como "está bueno (tal cosa)", "mandarse un moco", "¿cómo va? (saludo)", etc., me producen un malestar cuasi físico. Diría que trato de no usarlas, pero en realidad me es imposible usarlas. ¿Esta especie de fobia al lugar común (a algunos, por lo menos, porque nadie está libre de ellos) es una especie de rebeldía módica, de resentimiento contra algo en particular? Después de todo, los "lugares comunes" -y esto lo describió brillantentente, como siempre, el amigo Rolando (Barthes, no Graña)- no dejan de ser un espacio de encuentro, saberes compartidos; también de prejuicios y estupidez, por cierto, pero encuentro al fin. Mi rechazo a ellos, entonces, no sería saludable rebeldía sino parte de mi fobia social, más amplia y más profunda.
16.5.05
PPP
La editorial Cuenco de Plata ha publicado Pasiones heréticas, antología de la correspondencia de Pier Paolo Pasolini, con traducción, selección y notas de Diego Bentivegna, y prólogo de Daniel Link.
15.5.05
Fortuna
Debo confesar la verdad: la temática de mis posts es cada vez más heterogénea porque aspiro a que aquí al lado aparezcan cada vez más avisos publicitarios de Google (que algún robot -electrónico o humano- selecciona según esa temática). ¡Ya tengo acumulados 30 centavos de dólar en casi un año! Como pagan cada 100 dólares, a este ritmo es mejor que empeñe la computadora.
Festejos
Me parece que ya lo comenté en algún lado antes (precisamente en un "comentario", no en un "post"): los jugadores de fútbol son cada vez más ampulosos y egoístas para festejar goles. Algunos gritan un penal como si meterlo fuera una ciencia infusa; otros empujan un centro atrás con el arco vacío y ni se acuerdan del compañero que les dio la "asistencia" (como se dice ahora, por homología con el básquet).
Se me acaba de ocurrir que existe el fenómeno inverso, muy común también: el jugador que le hace un gol a un antiguo equipo y no lo grita, por "respeto" a su exhinchada. Claro que algunos jugadores han jugado en tantos equipos (como el Mago Capria, por ejemplo) y jugarán en tantos otros, que pronto no van a poder gritar ningún gol.
Se me acaba de ocurrir que existe el fenómeno inverso, muy común también: el jugador que le hace un gol a un antiguo equipo y no lo grita, por "respeto" a su exhinchada. Claro que algunos jugadores han jugado en tantos equipos (como el Mago Capria, por ejemplo) y jugarán en tantos otros, que pronto no van a poder gritar ningún gol.
El Rin
de Friedrich Hölderlin
En la oscura hiedra sentado, en el portal
estaba del bosque, justo cuando el áureo mediodía,
visitando la fuente, bajó las escaleras
de la montaña alpina,
que se llama para mí, según creencia antigua,
la edificada por los dioses,
la fortaleza de los celestiales,
donde empero
secretamente aún mucho decidido
llega hasta los hombres; desde allí
percibí sin sospecharlo
un destino, pues en la cálida
sombra, consigo mucho discurriendo,
hacia Italia acababa
de írseme el alma divagando
y lejos, a las costas de Morea.
Ahora empero, dentro de la montaña,
hondo bajo las argénteas cumbres
y bajo el verde gozoso,
donde estremeciéndose los bosques hacia él,
y unas sobre otras las testas de las peñas
miran para abajo a lo largo de los días,
allí, en el más frío abismo, oí
el lamento de redención
del efebo, lo oyeron bramar
y acusar a la madre tierra,
y al tonante, que lo engendró,
compasivos los padres, mas
huyeron los mortales del lugar,
pues terrible era, al rodar
sin luz en sus cadenas,
la ira del semidiós.
Era la voz del más noble de los ríos,
del Rin, nacido libre,
y otra cosa esperaba él, cuando allá arriba
se separó de sus hermanos,
del Tesino y el Ródano,
queriendo peregrinar, e impaciente
a Asia lo impulsaba el alma regia.
Mas irrazonable es
desear frente al destino.
Los más ciegos, empero,
son los hijos de los dioses. Pues conoce
el hombre su casa, y al animal
fue dado dónde ha de edificar,
mas a la inexperta alma de aquéllos,
la falta de no saber adónde ir.
Un enigma es lo surgido puro. Aun
el canto apenas puede develarlo. Pues
como empezaste, quedarás,
por más que obren disciplina
y necesidad, lo más
puede el nacimiento,
y el rayo de luz que encuentra
al recién nacido.
Pero dónde hay uno,
para permanecer libre
toda su vida, y realizar solo
el deseo del corazón, así
desde alturas propicias, como el Rin,
y dichosamente así nacido
de sagrado seno, como aquél?
Por ello su palabra es de júbilo.
No ama él, como otros niños,
llorar entre las fajas;
pues cuando las costas desde el principio
se deslizan, sinuosas, hacia sus lados,
y envolviéndolo sedientas, ansían
arrastrarlo, a él, el imprudente,
y protegerlo entre sus dientes, riendo
desgarra las sierpes y se precipita
con el botín, y si en la prisa
un mayor no lo desbrava,
lo deja crecer, como el relámpago
hiende la tierra, y como hechizados huyen
tras él los bosques y hundiéndose los montes.
Pero un dios quiere ahorrar a sus hijos
la vida presurosa, y sonríe
cuando inmoderados, mas contenidos
por Alpes sagrados, en la hondura,
como aquél, se encolerizan con él los ríos.
En una fragua así, se forja luego
también todo lo puro,
y es hermoso, cómo después
de abandonar los montes,
vagando quedo se contenta
en la tierra alemana,
y calma el ansia en misión benévola, cuando cultiva
la tierra, el padre Rin, y nutre
amados niños, en ciudades que ha fundado.
Mas nunca, nunca lo olvida.
Pues debe antes perderse la morada,
y la ley, y tornarse inicuo
el día de los hombres, antes que olvidar
pudiera tal el origen
y la pura voz de la juventud.
¿Quién fue el primero en corromper
los vínculos del amor,
y en hacer de ellos dogales?
Se mofaron entonces del derecho propio
y por cierto del fuego celestial
los altaneros, sólo entonces,
despreciando los senderos mortales,
escogieron lo osado
y aspiraron a igualarse a los dioses.
Pero con la propia inmortalidad
tienen los dioses suficiente, y
si necesitan los celestiales de una cosa,
es de héroes y hombres,
y demás mortales. Pues dado
que los bienaventurados nada sienten por sí,
debe, si se permite decirlo, sentir siendo partícipe
otro en nombre de los dioses,
ése necesitan; no obstante es
su fallo, que destruya él
su propia casa e injurie
como a enemigo lo más amado,
y sepulte a padre e hijo bajo las ruinas,
si uno quiere ser como ellos y no sufrir lo desigual, el iluso.
Dichoso por ello aquél, que halló
deparado un dichoso destino, donde de las peregrinaciones
y pesares el recuerdo dulce
eleve aún su rumor en la margen segura,
para que hacia aquí y allá pueda gustoso
mirar hasta los límites, que con el nacimiento Dios
le señalara por morada.
Entonces reposa, venturoso en su modestia,
pues todo lo que ha querido,
lo celestial, por sí mismo ciñe,
inexpugnado, sonriente ahora,
que él reposa, al denodado.
Semidioses pienso ahora,
y conocer debo a los caros,
pues a menudo su vida
me conmueve el pecho anhelante.
Mas a quien fue dada como a ti,
Rousseau, invencible el alma,
la de vehemencia tenaz,
y seguro el sentido,
y dulce el don de oír
y hablar, de modo de hacer
desde una plenitud sagrada, como el dios
del vino, insensata, divinamente
y sin ley, comprensible a los buenos
la lengua de los más puros,
mas de cegar, con justicia, a los irreverentes,
a los siervos sacrílegos, cómo llamo al extranjero?
Todo aman, como la madre,
los hijos de la tierra, y así también acogen,
los dichosos, todo sin esfuerzo.
Por ello también se sorprende
el hombre mortal y se estremece,
cuando piensa en el cielo, que con brazos amantes
acumuló sobre sus hombros,
y en la carga del gozo;
a menudo le parece entonces lo mejor,
casi olvidado por entero estar allí,
donde el rayo no abrasa,
en la sombra del bosque,
en el fresco verdor junto al Bielersee,
y en sosegada pobreza de tonos,
igual a los principiantes, aprender de los ruiseñores.
Y magnífico es entonces resurgir
del sueño sagrado, y despertando
del frescor del bosque, ya al atardecer
ir al encuentro de la luz más suave,
cuando el que edificó los montes
y señaló el sendero de los ríos,
después de haber guiado aun, sonriente,
la atareada vida de los hombres,
pobre en aliento, cual velas
con sus aires, también reposa
y hacia la alumna ahora,
el formador, hallando
más bien que mal,
cae el día hacia la tierra actual.
Entonces celebran la fiesta nupcial hombres y dioses,
la celebran los vivos todos,
y ecuánime
es por un momento el destino.
Y los fugitivos buscan el albergue,
y dulce sueño leve los valientes,
mas los amantes son lo que fueron,
están en casa, donde se goza la flor
en brasa inofensiva, y el espíritu
envuelve en el susurro a los árboles lúgubres,
los no reconciliados, en cambio, están
transformados, y se apresuran
a tenderse las manos,
antes que la luz amiga descienda
y llegue la noche.
Mas para algunos esto
pasa fugazmente, otros
lo guardan por más tiempo.
Los dioses eternos están siempre
plenos de vida; hasta la muerte
empero, puede aun un hombre
guardar lo mejor en la memoria,
y vive entonces lo supremo.
Sólo que tiene cada cual su medida.
Pues difícil es soportar
la desdicha, pero más difícil la dicha.
Un sabio pudo, empero,
desde mediodía hasta la medianoche,
y hasta que brilló la mañana,
mantenerse lúcido en el banquete.
A ti puede aparecerse Dios en el sendero ardiente
bajo los abetos, o cubierto de acero
en la oscuridad del robledal, Sinclair querido,
o en las nubes, tú lo conoces, porque conoces, juvenil,
la fuerza del bien, y jamás está oculta
para ti la sonrisa del Soberano,
de día, cuando
febril y encadenado luce
lo vivo, o aun
de noche, cuando todo es confuso
y sin orden, y retorna
el caos antiquísimo.
(Traducción: Héctor A. Piccoli)
En la oscura hiedra sentado, en el portal
estaba del bosque, justo cuando el áureo mediodía,
visitando la fuente, bajó las escaleras
de la montaña alpina,
que se llama para mí, según creencia antigua,
la edificada por los dioses,
la fortaleza de los celestiales,
donde empero
secretamente aún mucho decidido
llega hasta los hombres; desde allí
percibí sin sospecharlo
un destino, pues en la cálida
sombra, consigo mucho discurriendo,
hacia Italia acababa
de írseme el alma divagando
y lejos, a las costas de Morea.
Ahora empero, dentro de la montaña,
hondo bajo las argénteas cumbres
y bajo el verde gozoso,
donde estremeciéndose los bosques hacia él,
y unas sobre otras las testas de las peñas
miran para abajo a lo largo de los días,
allí, en el más frío abismo, oí
el lamento de redención
del efebo, lo oyeron bramar
y acusar a la madre tierra,
y al tonante, que lo engendró,
compasivos los padres, mas
huyeron los mortales del lugar,
pues terrible era, al rodar
sin luz en sus cadenas,
la ira del semidiós.
Era la voz del más noble de los ríos,
del Rin, nacido libre,
y otra cosa esperaba él, cuando allá arriba
se separó de sus hermanos,
del Tesino y el Ródano,
queriendo peregrinar, e impaciente
a Asia lo impulsaba el alma regia.
Mas irrazonable es
desear frente al destino.
Los más ciegos, empero,
son los hijos de los dioses. Pues conoce
el hombre su casa, y al animal
fue dado dónde ha de edificar,
mas a la inexperta alma de aquéllos,
la falta de no saber adónde ir.
Un enigma es lo surgido puro. Aun
el canto apenas puede develarlo. Pues
como empezaste, quedarás,
por más que obren disciplina
y necesidad, lo más
puede el nacimiento,
y el rayo de luz que encuentra
al recién nacido.
Pero dónde hay uno,
para permanecer libre
toda su vida, y realizar solo
el deseo del corazón, así
desde alturas propicias, como el Rin,
y dichosamente así nacido
de sagrado seno, como aquél?
Por ello su palabra es de júbilo.
No ama él, como otros niños,
llorar entre las fajas;
pues cuando las costas desde el principio
se deslizan, sinuosas, hacia sus lados,
y envolviéndolo sedientas, ansían
arrastrarlo, a él, el imprudente,
y protegerlo entre sus dientes, riendo
desgarra las sierpes y se precipita
con el botín, y si en la prisa
un mayor no lo desbrava,
lo deja crecer, como el relámpago
hiende la tierra, y como hechizados huyen
tras él los bosques y hundiéndose los montes.
Pero un dios quiere ahorrar a sus hijos
la vida presurosa, y sonríe
cuando inmoderados, mas contenidos
por Alpes sagrados, en la hondura,
como aquél, se encolerizan con él los ríos.
En una fragua así, se forja luego
también todo lo puro,
y es hermoso, cómo después
de abandonar los montes,
vagando quedo se contenta
en la tierra alemana,
y calma el ansia en misión benévola, cuando cultiva
la tierra, el padre Rin, y nutre
amados niños, en ciudades que ha fundado.
Mas nunca, nunca lo olvida.
Pues debe antes perderse la morada,
y la ley, y tornarse inicuo
el día de los hombres, antes que olvidar
pudiera tal el origen
y la pura voz de la juventud.
¿Quién fue el primero en corromper
los vínculos del amor,
y en hacer de ellos dogales?
Se mofaron entonces del derecho propio
y por cierto del fuego celestial
los altaneros, sólo entonces,
despreciando los senderos mortales,
escogieron lo osado
y aspiraron a igualarse a los dioses.
Pero con la propia inmortalidad
tienen los dioses suficiente, y
si necesitan los celestiales de una cosa,
es de héroes y hombres,
y demás mortales. Pues dado
que los bienaventurados nada sienten por sí,
debe, si se permite decirlo, sentir siendo partícipe
otro en nombre de los dioses,
ése necesitan; no obstante es
su fallo, que destruya él
su propia casa e injurie
como a enemigo lo más amado,
y sepulte a padre e hijo bajo las ruinas,
si uno quiere ser como ellos y no sufrir lo desigual, el iluso.
Dichoso por ello aquél, que halló
deparado un dichoso destino, donde de las peregrinaciones
y pesares el recuerdo dulce
eleve aún su rumor en la margen segura,
para que hacia aquí y allá pueda gustoso
mirar hasta los límites, que con el nacimiento Dios
le señalara por morada.
Entonces reposa, venturoso en su modestia,
pues todo lo que ha querido,
lo celestial, por sí mismo ciñe,
inexpugnado, sonriente ahora,
que él reposa, al denodado.
Semidioses pienso ahora,
y conocer debo a los caros,
pues a menudo su vida
me conmueve el pecho anhelante.
Mas a quien fue dada como a ti,
Rousseau, invencible el alma,
la de vehemencia tenaz,
y seguro el sentido,
y dulce el don de oír
y hablar, de modo de hacer
desde una plenitud sagrada, como el dios
del vino, insensata, divinamente
y sin ley, comprensible a los buenos
la lengua de los más puros,
mas de cegar, con justicia, a los irreverentes,
a los siervos sacrílegos, cómo llamo al extranjero?
Todo aman, como la madre,
los hijos de la tierra, y así también acogen,
los dichosos, todo sin esfuerzo.
Por ello también se sorprende
el hombre mortal y se estremece,
cuando piensa en el cielo, que con brazos amantes
acumuló sobre sus hombros,
y en la carga del gozo;
a menudo le parece entonces lo mejor,
casi olvidado por entero estar allí,
donde el rayo no abrasa,
en la sombra del bosque,
en el fresco verdor junto al Bielersee,
y en sosegada pobreza de tonos,
igual a los principiantes, aprender de los ruiseñores.
Y magnífico es entonces resurgir
del sueño sagrado, y despertando
del frescor del bosque, ya al atardecer
ir al encuentro de la luz más suave,
cuando el que edificó los montes
y señaló el sendero de los ríos,
después de haber guiado aun, sonriente,
la atareada vida de los hombres,
pobre en aliento, cual velas
con sus aires, también reposa
y hacia la alumna ahora,
el formador, hallando
más bien que mal,
cae el día hacia la tierra actual.
Entonces celebran la fiesta nupcial hombres y dioses,
la celebran los vivos todos,
y ecuánime
es por un momento el destino.
Y los fugitivos buscan el albergue,
y dulce sueño leve los valientes,
mas los amantes son lo que fueron,
están en casa, donde se goza la flor
en brasa inofensiva, y el espíritu
envuelve en el susurro a los árboles lúgubres,
los no reconciliados, en cambio, están
transformados, y se apresuran
a tenderse las manos,
antes que la luz amiga descienda
y llegue la noche.
Mas para algunos esto
pasa fugazmente, otros
lo guardan por más tiempo.
Los dioses eternos están siempre
plenos de vida; hasta la muerte
empero, puede aun un hombre
guardar lo mejor en la memoria,
y vive entonces lo supremo.
Sólo que tiene cada cual su medida.
Pues difícil es soportar
la desdicha, pero más difícil la dicha.
Un sabio pudo, empero,
desde mediodía hasta la medianoche,
y hasta que brilló la mañana,
mantenerse lúcido en el banquete.
A ti puede aparecerse Dios en el sendero ardiente
bajo los abetos, o cubierto de acero
en la oscuridad del robledal, Sinclair querido,
o en las nubes, tú lo conoces, porque conoces, juvenil,
la fuerza del bien, y jamás está oculta
para ti la sonrisa del Soberano,
de día, cuando
febril y encadenado luce
lo vivo, o aun
de noche, cuando todo es confuso
y sin orden, y retorna
el caos antiquísimo.
(Traducción: Héctor A. Piccoli)
14.5.05
De Adorno/2
La poesía se ha reducido a ese ámbito en el que reina progresivamente una desilusión sin reservas y el concepto mismo de lo poético se va consumiendo. Y es esto precisamente lo que hace arrolladora la obra de Beckett.
p. 30
El arte nunca fue perfectamente autónomo respecto del oprobio que le viene de la autoritaria industria de la cultura.
p. 32
es imposible hacer la crítica de la industria de la cultura sin hacerla también del arte.
p. 32
En una época de horrores incomprensibles, quizás sólo el arte pueda dar satisfacción a la frase de Hegel que Brecht eligió como divisa: la verdad es concreta.
p. 33
El oscurecimiento del mundo hace racional la irracionalidad del arte: es una irracionalidad oscurecida radicalmente.
p. 33
Cuando se ha agotado la posibilidad de innovaciones y sólo se sigue buscando mecánicamente en la línea de la repetición, entonces hay que cambiar la dirección innovadora para hacerla llegar a una dimensión nueva. Se puede estancar lo nuevo, ya que es abstracto; se puede cambiar en lo siempre igual.
p. 38
Aun cuando lo moderno conserve hallazgos tradicionales, como son los técnicos, también a ellos les afecta la negación dialéctica para que nada heredado puede quedar intacto.
p. 39
el sujeto artístico practica métodos cuyo resultado real no puede prever.
p. 40
quien se queja del modernismo, apunta realmente a lo moderno.
p. 42
La historia domina también la obras que la niegan.
p. 42
La negativa de Beckett a interpretar sus obras, unida a una máxima consciencia de sus propias técnicas, de las imbricaciones de los materiales usados, no es una aversión puramente subjetiva: al crecer la intensidad de la reflexión, al crecer su fuerza, es el contenido mismo de la obra el que se oscurece.
p. 44
La oscuridad del absurdo no es más que la antigua oscuridad presente en lo nuevo. Es cierto que debe ser interpretada, pero no debe ser sustituida por la claridad de lo sensible.
p. 45
El esfuerzo por crear obras maestras durables se ha desintegrado. Aquello que reniega de la tradición, difícilmente podrá contar con una para seguir persistiendo.
p. 45
Hoy las obras de arte negativas parodian sin excepción lo trágico. Más que trágico, todo arte es triste, aun aquel que se cree alegre y armónico.
p. 46
Podemos entender todo el arte nuevo como una constante intervención del sujeto que ya no piensa dejar dominar sin reflexión el tradicional juego de fuerzas en la obra de arte.
p. 47
El arte nuevo es tan abstracto como lo han llegado a ser las relaciones entre los hombres.
p. 49
Es un mundo sórdido y gastado, impresión en negativo de un mundo administrado. Es el realismo de Beckett.
p. 49
Lo que se siente como utopía es sólo la negación de lo existente y depende de ello.
p. 51
Si la utopía del arte llegase a realización, sería el fin temporal del mismo.
p. 51
sólo por medio de su absoluta negatividad puede el arte expresar lo inexpresable, la utopía... por su implacable renuncia a toda apariencia de reconciliación puede retener estos estigmas en medio de lo realmente irreconciliado que es la auténtica conciencia de una época.
p. 51
el arte radicalmente moderno aparece a los ojos de los decididos consumidores de cultura como anacrónicamente serio y por ello irracional.
p. 53
Sólo las obras que alguna vez corrieron riesgo tienen la posibilidad de sobrevivir
p. 53
Moderno y moderado es una contradicción
p. 54
En sus relaciones con el pasado, la reaparición de algo es cualitativamente distinta.
p. 55
Lo que vuelve de nuevo son los problemas, no las categorías ni las soluciones anteriores a ellos.
p. 56
Realmente apenas es posible un arte que no experimente.
p. 57
Arte radical es hoy lo mismo que arte tenebroso, arte cuyo color fundamental es el negro.
p. 60
El arte denuncia la sobreabundancia de la pobreza haciéndose voluntariamente pobre.
p. 60
La injusticia que comete todo arte placentero y en especial el de puro entretenimiento va contra los muertos, contra el dolor acumulado y sin palabra.
p. 60
Hay más placer en la disonancia que en la consonancia.
p. 61
Se puede cambiar la negación en placer, pero no en positividad.
p. 61
Las grandes obras pueden esperar.
p. 60
No hay que negar abstractamente la tradición, sino criticarla desde una actitud no simplista a partir del estado actual de las cosas
p. 61
El arte convincente se polariza en una expresividad que renuncia a toda reconciliación, que es dura y rechaza los consuelos, una expresividad que se hace construcción autónoma.
p. 63
El arte no puede reducirse a la evidente polaridad entre lo mimético y lo constructivo como a una fórmula invariante... La dialéctica de esos extremos tiene algo de lógica, uno se realiza en el otro, pero no en el medio.
p. 65
lo feo (nombre vulgar de la disonancia)
cf. pp. 67 y ss.
El arte tiene que convertir en uno de sus temas lo feo y proscrito: pero no para integrarlo, para suavizarlo o para reconciliarse con su existencia por medio del humor, más repulsivo aquí que cualquier repulsión, Tiene que apropiarse lo feo para denunciar en ello a un mundo que lo crea y lo reproduce a su propia imagen
p. 71
cuantas más torturas se administraban en los sótanos, más cuidado se tenía de que el tejado estuviera apoyado en columnas clásicas.
p. 71
Lo bello ha brotado en lo feo más bien que al revés.
p. 73
Lo bello no puede definirse, pero tampoco se puede renunciar a su concepto... no se puede prescindir del todo de esta fatal universalidad del concepto de lo bello.
p. 73
La idiosincrasia del arte, fiel, por una parte, a la imagen de lo bello, actúa, por la otra, en su contra. Su exigencia de tensión es constante y siempre se revuelve contra su desaparición.
p. 74
La teoría de Benjamin sobre la obra de arte en la era de su reproducción técnica no ha acertado del todo en este punto. La simple antítesis entre la obra que tiene aura y la reproducida masivamente, al ser tan drástica, descuida la dialéctica que se da entre estos dos tipos.
p. 79
pocas veces es decisiva en una obra la voluntad que la produjo.
p. 84
Lo bárbaro es lo literal.
p. 86
p. 30
El arte nunca fue perfectamente autónomo respecto del oprobio que le viene de la autoritaria industria de la cultura.
p. 32
es imposible hacer la crítica de la industria de la cultura sin hacerla también del arte.
p. 32
En una época de horrores incomprensibles, quizás sólo el arte pueda dar satisfacción a la frase de Hegel que Brecht eligió como divisa: la verdad es concreta.
p. 33
El oscurecimiento del mundo hace racional la irracionalidad del arte: es una irracionalidad oscurecida radicalmente.
p. 33
Cuando se ha agotado la posibilidad de innovaciones y sólo se sigue buscando mecánicamente en la línea de la repetición, entonces hay que cambiar la dirección innovadora para hacerla llegar a una dimensión nueva. Se puede estancar lo nuevo, ya que es abstracto; se puede cambiar en lo siempre igual.
p. 38
Aun cuando lo moderno conserve hallazgos tradicionales, como son los técnicos, también a ellos les afecta la negación dialéctica para que nada heredado puede quedar intacto.
p. 39
el sujeto artístico practica métodos cuyo resultado real no puede prever.
p. 40
quien se queja del modernismo, apunta realmente a lo moderno.
p. 42
La historia domina también la obras que la niegan.
p. 42
La negativa de Beckett a interpretar sus obras, unida a una máxima consciencia de sus propias técnicas, de las imbricaciones de los materiales usados, no es una aversión puramente subjetiva: al crecer la intensidad de la reflexión, al crecer su fuerza, es el contenido mismo de la obra el que se oscurece.
p. 44
La oscuridad del absurdo no es más que la antigua oscuridad presente en lo nuevo. Es cierto que debe ser interpretada, pero no debe ser sustituida por la claridad de lo sensible.
p. 45
El esfuerzo por crear obras maestras durables se ha desintegrado. Aquello que reniega de la tradición, difícilmente podrá contar con una para seguir persistiendo.
p. 45
Hoy las obras de arte negativas parodian sin excepción lo trágico. Más que trágico, todo arte es triste, aun aquel que se cree alegre y armónico.
p. 46
Podemos entender todo el arte nuevo como una constante intervención del sujeto que ya no piensa dejar dominar sin reflexión el tradicional juego de fuerzas en la obra de arte.
p. 47
El arte nuevo es tan abstracto como lo han llegado a ser las relaciones entre los hombres.
p. 49
Es un mundo sórdido y gastado, impresión en negativo de un mundo administrado. Es el realismo de Beckett.
p. 49
Lo que se siente como utopía es sólo la negación de lo existente y depende de ello.
p. 51
Si la utopía del arte llegase a realización, sería el fin temporal del mismo.
p. 51
sólo por medio de su absoluta negatividad puede el arte expresar lo inexpresable, la utopía... por su implacable renuncia a toda apariencia de reconciliación puede retener estos estigmas en medio de lo realmente irreconciliado que es la auténtica conciencia de una época.
p. 51
el arte radicalmente moderno aparece a los ojos de los decididos consumidores de cultura como anacrónicamente serio y por ello irracional.
p. 53
Sólo las obras que alguna vez corrieron riesgo tienen la posibilidad de sobrevivir
p. 53
Moderno y moderado es una contradicción
p. 54
En sus relaciones con el pasado, la reaparición de algo es cualitativamente distinta.
p. 55
Lo que vuelve de nuevo son los problemas, no las categorías ni las soluciones anteriores a ellos.
p. 56
Realmente apenas es posible un arte que no experimente.
p. 57
Arte radical es hoy lo mismo que arte tenebroso, arte cuyo color fundamental es el negro.
p. 60
El arte denuncia la sobreabundancia de la pobreza haciéndose voluntariamente pobre.
p. 60
La injusticia que comete todo arte placentero y en especial el de puro entretenimiento va contra los muertos, contra el dolor acumulado y sin palabra.
p. 60
Hay más placer en la disonancia que en la consonancia.
p. 61
Se puede cambiar la negación en placer, pero no en positividad.
p. 61
Las grandes obras pueden esperar.
p. 60
No hay que negar abstractamente la tradición, sino criticarla desde una actitud no simplista a partir del estado actual de las cosas
p. 61
El arte convincente se polariza en una expresividad que renuncia a toda reconciliación, que es dura y rechaza los consuelos, una expresividad que se hace construcción autónoma.
p. 63
El arte no puede reducirse a la evidente polaridad entre lo mimético y lo constructivo como a una fórmula invariante... La dialéctica de esos extremos tiene algo de lógica, uno se realiza en el otro, pero no en el medio.
p. 65
lo feo (nombre vulgar de la disonancia)
cf. pp. 67 y ss.
El arte tiene que convertir en uno de sus temas lo feo y proscrito: pero no para integrarlo, para suavizarlo o para reconciliarse con su existencia por medio del humor, más repulsivo aquí que cualquier repulsión, Tiene que apropiarse lo feo para denunciar en ello a un mundo que lo crea y lo reproduce a su propia imagen
p. 71
cuantas más torturas se administraban en los sótanos, más cuidado se tenía de que el tejado estuviera apoyado en columnas clásicas.
p. 71
Lo bello ha brotado en lo feo más bien que al revés.
p. 73
Lo bello no puede definirse, pero tampoco se puede renunciar a su concepto... no se puede prescindir del todo de esta fatal universalidad del concepto de lo bello.
p. 73
La idiosincrasia del arte, fiel, por una parte, a la imagen de lo bello, actúa, por la otra, en su contra. Su exigencia de tensión es constante y siempre se revuelve contra su desaparición.
p. 74
La teoría de Benjamin sobre la obra de arte en la era de su reproducción técnica no ha acertado del todo en este punto. La simple antítesis entre la obra que tiene aura y la reproducida masivamente, al ser tan drástica, descuida la dialéctica que se da entre estos dos tipos.
p. 79
pocas veces es decisiva en una obra la voluntad que la produjo.
p. 84
Lo bárbaro es lo literal.
p. 86
12.5.05
"A la hermosura del cuerpo y del rostro humanos la vemos desaparecer para siempre dentro de nuestra propia vida, pero esa brevedad agrega a sus encantos uno nuevo. Si hay una flor que se abre una única noche, no por eso su florescencia nos parece menos esplendente [...]. Tiene que haber sido la revuelta anímica contra el duelo la que les desvalorizó el goce de lo bello. La representación de que eso bello era transitorio dio a los dos sensitivos un pregusto del duelo por su sepultamiento, y, puesto que el alma se aparta instintivamente de todo lo doloroso, sintieron menoscabado su goce de lo bello por la idea de su transitoriedad" (Freud, "La transitoriedad").
11.5.05
10.5.05
La cárcel del lenguaje
- José María Arguedas, El Sexto, Lima, Horizonte, 1969.
Gran novela de ambiente carcelario. Muy interesante, desde el punto de vista referencial, cómo trata las diferencias entre los apristas y los comunistas (“los políticos”, que están confinados en el tercer piso de la cárcel, por encima de los vagos y los asesinos). Esto se ve desde el punto de vista del narrador, Gabriel, que es un “pequeño burgués idealista”, ni del apra ni del PC; en realidad, un campesino sensible que aprende dificultosamente los códigos de la prisión.
Pero más interesante aún es el lenguaje, sobre todo el de los hombres de pueblo. En “el piurano” me pareció “oír” algo de la extraordinaria jerga del Eisejuaz de Sara Gallardo.
“Con éstos no hay confianza. Son distintos de la gente libre. Día a día tratando con ladrones, con asesinos; aplicando, por oficio, el martirio. Ya no saben reconocer al humano; ellos también pierden la concencia di’humanos. El uniforme, amigo, es como sepoltura que separa al galonado de nosotros. ¿Acaso ha oído lo qu tú li’as dicho? “Se va a suicidar”, dijo de mí. Yo ahura me río; él echó su baba entuavía más, alombrándole con tantísimas linternas, al mísero d’esta vida, al “Clavel”. “Muévete”, le ordenó; y él vino, como si todos los llantos de las criaturas que dicen que lloran en el limbo, lu’acompañaran al infelice. Cuando yo maldije a los qu’habían hecho de la criatura esa triste miserableza qui’andaba p’tras, cansao, mostrando su maldición; el uniformado dijo: “Entonces, también el señor se va a suicidar”, Si’hay en tu delante un anemal que parece gente, pero un’es gente, mijor es ni’hablar. ¡Habla con tu concencia! ¡Hasta que extremocidades llega el humano en la Capital, que dicen! ¿Quién tuerce ansi el alma del humano? Porque, aunque en veces el mundo apesta, nace como flor, mismo como flor nace el humano. ¡Dios si’ha ido al monte!”
Recuerdo haber comparado, hace un tiempo, Los galgos, los galgos (de Gallardo) con cierto Cortázar, el del “descubrimiento esnob de París”. Ahora, por este extraño cruce que se me ocurre (infundadamente), la escritora vendría a tomar partido —de manera involuntaria, por supuesto— en la vieja y lamentable polémica Cortázar-Arguedas, pero del “lado” de éste.
Gran novela de ambiente carcelario. Muy interesante, desde el punto de vista referencial, cómo trata las diferencias entre los apristas y los comunistas (“los políticos”, que están confinados en el tercer piso de la cárcel, por encima de los vagos y los asesinos). Esto se ve desde el punto de vista del narrador, Gabriel, que es un “pequeño burgués idealista”, ni del apra ni del PC; en realidad, un campesino sensible que aprende dificultosamente los códigos de la prisión.
Pero más interesante aún es el lenguaje, sobre todo el de los hombres de pueblo. En “el piurano” me pareció “oír” algo de la extraordinaria jerga del Eisejuaz de Sara Gallardo.
“Con éstos no hay confianza. Son distintos de la gente libre. Día a día tratando con ladrones, con asesinos; aplicando, por oficio, el martirio. Ya no saben reconocer al humano; ellos también pierden la concencia di’humanos. El uniforme, amigo, es como sepoltura que separa al galonado de nosotros. ¿Acaso ha oído lo qu tú li’as dicho? “Se va a suicidar”, dijo de mí. Yo ahura me río; él echó su baba entuavía más, alombrándole con tantísimas linternas, al mísero d’esta vida, al “Clavel”. “Muévete”, le ordenó; y él vino, como si todos los llantos de las criaturas que dicen que lloran en el limbo, lu’acompañaran al infelice. Cuando yo maldije a los qu’habían hecho de la criatura esa triste miserableza qui’andaba p’tras, cansao, mostrando su maldición; el uniformado dijo: “Entonces, también el señor se va a suicidar”, Si’hay en tu delante un anemal que parece gente, pero un’es gente, mijor es ni’hablar. ¡Habla con tu concencia! ¡Hasta que extremocidades llega el humano en la Capital, que dicen! ¿Quién tuerce ansi el alma del humano? Porque, aunque en veces el mundo apesta, nace como flor, mismo como flor nace el humano. ¡Dios si’ha ido al monte!”
Recuerdo haber comparado, hace un tiempo, Los galgos, los galgos (de Gallardo) con cierto Cortázar, el del “descubrimiento esnob de París”. Ahora, por este extraño cruce que se me ocurre (infundadamente), la escritora vendría a tomar partido —de manera involuntaria, por supuesto— en la vieja y lamentable polémica Cortázar-Arguedas, pero del “lado” de éste.
9.5.05
Sobre blogs/1
Bloggers y libertad de prensa
Jose Carlos Pardo de Santayana Guillot
Un comentario breve acerca del presente y futuro de los "blogs" como fuente de información fiable e independiente.
Amparados por internet, han surgido en los últimos años cierto numero de páginas personales, desde donde sus autores exponen sus ideas, hablan sobre política o simplemente informan sobre su vida e incluso sobre hechos más relevantes para la opinión pública. Estas páginas personales reciben el nombre de "blogs" y están abiertas a los comentarios de aquellos quienes la visiten.
Los "blogs" son empleados en ocasiones como un medio de vida por sus autores, puesto que los más visitados llegan a ser requeridos por empresas para colocar en ellos su publicidad, otros, los cuales son mucho más interesantes que los "blogs" biográficos, se han convertido en una forma de periodismo libre de ataduras editoriales, con una capacidad de independencia mucho mayor que la de los medios convencionales.
La pérdida de credibilidad de los medios tradicionales ha sido motivada precisamente por esa supuesta falta de independencia, mientras que estas páginas aparentan estar libres de los problemas de financiación que atan a los grandes medios. Cualquiera con internet puede hacerse un "blog" y por medio de este dar a conocer sus ideas, A ojos de la gente corriente esto les hace parecer más objetivos.
Sin embargo, no es oro todo lo que reluce, puesto que los políticos y los medios más grandes han empezado a reconocer la influencia de estos pequeños medios y a sacar sus propios "blogs" o a patrocinar los de otros, intentando esconder su participación. La independencia de esta páginas personales puede durar muy poco una vez han llamado la atención sobre ellas mismas y sólo con el tiempo sabremos si han perdido la batalla.
(Fuente: Interlink.)
Jose Carlos Pardo de Santayana Guillot
Un comentario breve acerca del presente y futuro de los "blogs" como fuente de información fiable e independiente.
Amparados por internet, han surgido en los últimos años cierto numero de páginas personales, desde donde sus autores exponen sus ideas, hablan sobre política o simplemente informan sobre su vida e incluso sobre hechos más relevantes para la opinión pública. Estas páginas personales reciben el nombre de "blogs" y están abiertas a los comentarios de aquellos quienes la visiten.
Los "blogs" son empleados en ocasiones como un medio de vida por sus autores, puesto que los más visitados llegan a ser requeridos por empresas para colocar en ellos su publicidad, otros, los cuales son mucho más interesantes que los "blogs" biográficos, se han convertido en una forma de periodismo libre de ataduras editoriales, con una capacidad de independencia mucho mayor que la de los medios convencionales.
La pérdida de credibilidad de los medios tradicionales ha sido motivada precisamente por esa supuesta falta de independencia, mientras que estas páginas aparentan estar libres de los problemas de financiación que atan a los grandes medios. Cualquiera con internet puede hacerse un "blog" y por medio de este dar a conocer sus ideas, A ojos de la gente corriente esto les hace parecer más objetivos.
Sin embargo, no es oro todo lo que reluce, puesto que los políticos y los medios más grandes han empezado a reconocer la influencia de estos pequeños medios y a sacar sus propios "blogs" o a patrocinar los de otros, intentando esconder su participación. La independencia de esta páginas personales puede durar muy poco una vez han llamado la atención sobre ellas mismas y sólo con el tiempo sabremos si han perdido la batalla.
(Fuente: Interlink.)
7.5.05
De Adorno/1
Fragmentos de:
- Theodor W. Adorno, Teoría estética, Madrid, Orbis, 1984. (Original: Asthetische Theorie, Frankfurt, Suhrkamp Verlag, 1970, edición a cargo de Gretel Adorno y Rolf Tiedemann; traducción de Fernando Riza, revisada por Francisco Pérez Gutiérrez.)
(Dado el carácter fragmentario de la obra, nada mejor que fragmentarla, macedonianamente, aún más.)
Ha llegado a ser evidente que nada referente al arte es evidente.
p. 9
La ampliación de su horizonte ha sido en muchos aspectos una auténtica disminución.
p. 9
la libertad del arte se había conseguido para el individuo pero entraba en contradicción con la perenne falta de libertad de la totalidad.
p. 9
El arte extrae su concepto de las cambiantes constelaciones históricas. Su concepto no puede definirse.
p. 11
Plantear desde arriba la pregunta de si un fenómeno como el cine es o no arte no conduce a ninguna parte. El arte, al irse transformando, empuja su propio concepto hacia contenidos que no tenía. (...) Sólo puede interpretarse el arte por su ley de desarrollo, no por sus invariantes. Se determina por su relación con aquello que no es arte. Lo que en él hay de específicamente artístico procede de algo distinto...
p. 12
El arte podría tener su contenido en su propia transitoriedad.
p. 13
La línea de demarcación entre el arte y lo empírico no debe borrarse por un proceso de idealización del artista.
p. 14
la comunicación de las obras de arte con el exterior, con el mundo al que, por suerte o por desgracia, se han cerrado, se da por medio de la no comunicación, y en ello precisamente aparecen como refracciones del mismo.
p. 15
Los insolubles antagonismos de la realidad aparecen de nuevo en las obras de arte como problemas inmanentes de su forma. Y es esto, y no la inclusión de los momentos sociales, lo que define la relación del arte con la sociedad.
pp. 15-16
si se quiere percibir el arte de forma estrictamente estética, deja de percibirse estéticamente.
p. 16
El arte es para sí y no lo es, pierde su autonomía si pierde lo que le es heterogéneo.
p. 16
las proyecciones del artista en el proceso de producción son sólo un factor de la obra hecha y no el definitivo; el lenguaje, los materiales, tienen su propio peso y más que ellos la obra misma de la que la imaginación de los psicoanalistas suele ocuparse poco.
p. 19
Las obras de arte reflejan la interioridad del artista muchísimo menos que lo que se imagina el médico, que solamente le conoce en el sofá psicoanalítico.
p. 20
el sujeto mismo que realiza la obra no es otra cosa que un intermediario.
p. 20
las definiciones son tabúes racionales.
p. 23
El arte no es sólo el pionero de una praxis mejor que la dominante hasta hoy, sino igualmente la crítica de la praxis como dominio de la brutal autoconservación en medio de lo establecido y a causa de ello.
p. 24
La experiencia artística sólo es autónoma cuando rechaza el paladeo y el goce.
p. 24
Tanto menos se goza de las obras de arte cuanto más se entiende de ellas.
p. 25
El ciudadano medio desea un arte voluptuoso y una vida ascética, y sería mejor lo contrario.
p. 25
El concepto de goce artístico fue un parco compromiso entre la dimensión social y la antisocial de la obra de arte.
p. 26
La disonancia, signo de todo lo moderno, conserva un atractivo sensible aun en sus equivalencias ópticas, transfigurando el atractivo en su antítesis, en dolor: es el originario fenómeno estético de la ambivalencia.
p. 26
- Theodor W. Adorno, Teoría estética, Madrid, Orbis, 1984. (Original: Asthetische Theorie, Frankfurt, Suhrkamp Verlag, 1970, edición a cargo de Gretel Adorno y Rolf Tiedemann; traducción de Fernando Riza, revisada por Francisco Pérez Gutiérrez.)
(Dado el carácter fragmentario de la obra, nada mejor que fragmentarla, macedonianamente, aún más.)
Ha llegado a ser evidente que nada referente al arte es evidente.
p. 9
La ampliación de su horizonte ha sido en muchos aspectos una auténtica disminución.
p. 9
la libertad del arte se había conseguido para el individuo pero entraba en contradicción con la perenne falta de libertad de la totalidad.
p. 9
El arte extrae su concepto de las cambiantes constelaciones históricas. Su concepto no puede definirse.
p. 11
Plantear desde arriba la pregunta de si un fenómeno como el cine es o no arte no conduce a ninguna parte. El arte, al irse transformando, empuja su propio concepto hacia contenidos que no tenía. (...) Sólo puede interpretarse el arte por su ley de desarrollo, no por sus invariantes. Se determina por su relación con aquello que no es arte. Lo que en él hay de específicamente artístico procede de algo distinto...
p. 12
El arte podría tener su contenido en su propia transitoriedad.
p. 13
La línea de demarcación entre el arte y lo empírico no debe borrarse por un proceso de idealización del artista.
p. 14
la comunicación de las obras de arte con el exterior, con el mundo al que, por suerte o por desgracia, se han cerrado, se da por medio de la no comunicación, y en ello precisamente aparecen como refracciones del mismo.
p. 15
Los insolubles antagonismos de la realidad aparecen de nuevo en las obras de arte como problemas inmanentes de su forma. Y es esto, y no la inclusión de los momentos sociales, lo que define la relación del arte con la sociedad.
pp. 15-16
si se quiere percibir el arte de forma estrictamente estética, deja de percibirse estéticamente.
p. 16
El arte es para sí y no lo es, pierde su autonomía si pierde lo que le es heterogéneo.
p. 16
las proyecciones del artista en el proceso de producción son sólo un factor de la obra hecha y no el definitivo; el lenguaje, los materiales, tienen su propio peso y más que ellos la obra misma de la que la imaginación de los psicoanalistas suele ocuparse poco.
p. 19
Las obras de arte reflejan la interioridad del artista muchísimo menos que lo que se imagina el médico, que solamente le conoce en el sofá psicoanalítico.
p. 20
el sujeto mismo que realiza la obra no es otra cosa que un intermediario.
p. 20
las definiciones son tabúes racionales.
p. 23
El arte no es sólo el pionero de una praxis mejor que la dominante hasta hoy, sino igualmente la crítica de la praxis como dominio de la brutal autoconservación en medio de lo establecido y a causa de ello.
p. 24
La experiencia artística sólo es autónoma cuando rechaza el paladeo y el goce.
p. 24
Tanto menos se goza de las obras de arte cuanto más se entiende de ellas.
p. 25
El ciudadano medio desea un arte voluptuoso y una vida ascética, y sería mejor lo contrario.
p. 25
El concepto de goce artístico fue un parco compromiso entre la dimensión social y la antisocial de la obra de arte.
p. 26
La disonancia, signo de todo lo moderno, conserva un atractivo sensible aun en sus equivalencias ópticas, transfigurando el atractivo en su antítesis, en dolor: es el originario fenómeno estético de la ambivalencia.
p. 26
6.5.05
Música
Un amigo, profesor universitario y músico, me comentaba el otro día que para él se parecen mucho tocar y dar una clase. Y que, en ambos casos, el “público” es lo de menos. Esto hay que entenderlo bien, aunque quizás es difícil. Quería decir (si lo entendí bien, dentro de lo inevitable de las proyecciones propias) que, si él está bien consigo mismo, si “siente” que está tocando bien, que está “poniendo toda la carne en el asador”, seguramente algo, mucho, de eso va a llegar al otro. (También, agregaba, hay que transpirar la camiseta, por eso es bueno vestirse de negro, para disimular el chivo; pero esto es otra cosa.)
“Casualmente”, en un libro que estoy editando, sobre autismo (de Veleda Secchi y colaboradores), encontré una referencia que me pareció relacionada con esta cuestión: “Podemos pensar que incluso el adulto normal que ejecuta música se halla en una relación narcisista con su instrumento, aún más si utiliza su propia voz. Es una actividad donde lo corporal está muy en juego, autoerótica sublimada que produce placer, ya que si ‘la música no sólo representa un medio para conseguir al objeto bueno, sino que ella misma representa al objeto bueno, el objeto que ama y que por lo tanto es amado’, el oyente es un objeto contingente.” (La cita incluida es de Vater Sigmund.)
“Casualmente”, en un libro que estoy editando, sobre autismo (de Veleda Secchi y colaboradores), encontré una referencia que me pareció relacionada con esta cuestión: “Podemos pensar que incluso el adulto normal que ejecuta música se halla en una relación narcisista con su instrumento, aún más si utiliza su propia voz. Es una actividad donde lo corporal está muy en juego, autoerótica sublimada que produce placer, ya que si ‘la música no sólo representa un medio para conseguir al objeto bueno, sino que ella misma representa al objeto bueno, el objeto que ama y que por lo tanto es amado’, el oyente es un objeto contingente.” (La cita incluida es de Vater Sigmund.)
Juan G.
"Distinguen a Juan Gelman con el premio Reina Sofía de Poesía."
Nota.
Un breve recuerdo. Fines de 1983 o principios de 1984. Las librerías de la calle Corrientes (como tantos lectores) empiezan a exhumar los viejos libros enterrados durante la dictadura. Compro Gotan, Cólera buey, Los poemas de Sidney West (la hermosa edición con tapas de cartón).
Nota.
Un breve recuerdo. Fines de 1983 o principios de 1984. Las librerías de la calle Corrientes (como tantos lectores) empiezan a exhumar los viejos libros enterrados durante la dictadura. Compro Gotan, Cólera buey, Los poemas de Sidney West (la hermosa edición con tapas de cartón).
4.5.05
3.5.05
Buarque
El próximo viernes se presentan en la Feria del Libro dos libros que tuve el placer de editar: La cortina de oro y Admirable mundo actual..., del ensayista brasileño Cristovam Buarque (exministro de Eduación y actual senador del PT).
Será a las 21.30 en la sala Leopoldo Lugones.
Será a las 21.30 en la sala Leopoldo Lugones.
1.5.05
Michael
Últimamente se ha puesto de moda, incluso entre sectores "progresistas", reconocerle a Duhalde que durante el fatal año 2002 gobernó un país a punto de estallar y evitó precisamente este estallido.
No quiero ponerme en trosko (aunque personalmente hubiera preferido que todo se fuera a la mierda de una buena vez), pero ¿esto no es muy parecido a elogiar a Michael Corleone por haber ordenado a la Famiglia después de la muerte de su papá?
No quiero ponerme en trosko (aunque personalmente hubiera preferido que todo se fuera a la mierda de una buena vez), pero ¿esto no es muy parecido a elogiar a Michael Corleone por haber ordenado a la Famiglia después de la muerte de su papá?
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