"Pero también el alma de las masas es capaz de geniales creaciones espirituales, como lo prueba, en primer lugar, el lenguaje mismo [...]. Por otra parte, no se sabe cuánto deben el pensador o el creador literario individuales a la masa dentro de la cual viven; acaso no hagan sino consumar un trabajo anímico realizado simultáneamente por los demás" (Freud, Psicología de las masas y análisis del yo).
Está buena la cita, Paul, de otro modo lo dice Voloshinov cuando dice que la literatura condensa evaluaciones sociales, consensos inexpresados, naturalizados y casi inconscientes de una sociedad. Y también Williams, que además dice otra cosa bastante alucinante: que a veces lo que capta no está naturalizado y tácitamente consensuado, sino que son significaciones apenas emergentes, incipientes, que todavía no están cristalizadas, que a veces por primera vez ahí, en el texto, se pueden "escuchar" pero si se escuchan es porque estaban vivas, o que incluso se están por escuchar socialmente pero todavía no, todavía no pueden leerse (eso le pasó a Silvina Ocampo cuando escribía, me parece, se haya ella o no dado cuenta). Es muy extraño porque es como si un artista fuera un poco médium de sentidos que no necesariamente percibe, y leyendo después, haciéndolos vibrar con los sentidos sociales que hoy nos habitan, los ves. Cuando yo laburaba con Arlt, por momentos sentía esa capacidad de que ahí se estuvieran diciendo acuerdos tácitos y silenciosos de la sociedad: por ejemplo, que el capitalismo salvaje es fascinante, el mal fatal y necesario del que en el fondo ninguno de los sectores políticos dispuestos a influir en el futuro nacional, ni de izquierda ni de derecha, estaban dispuestos a eludir. En esa delirante "revolución de Henry Ford" de Los siete locos, en esa fascinada aceptación sarcástica de la explotación hasta las últimas consecuencias, en ese entusiasmo horrorizado de las profecías del Astrólogo había tanto "estado anímico" argentino, que hoy resulta escalofriante.
ResponderBorrarLo que me gusta de esta cita de Freud es que no reivindica en la literatura el lugar común del trabajo con el lenguaje (lugar común que me tiene particularmente harta, como si alguien pudiera hacer literatura sin trabajar con el lenguaje, como si no fuera obvio que el signo nunca va a ser el referente, que siempre va a haber artificio, y entonces hubiera que estar exhibiéndolo para estar en la moda literaria académicamente festejada). Bueno, retomo, lo que me gusta de la cita que elegís es que reivindica en la literatura su capacidad de captar significaciones no obvias pero compartidas, reivindica ese lugar de medium del artista, vuelve a instalarlo en la sociedad, carajo, mediando como uno entre todos, que ahí pertenece, ¿o no? ¿O después de que cayó el muro ya no podemos recordarlo porque nos van a decir que queremos "arte comprometido"? (Otro lugar común que estuvo de moda, como si fuera posible hacer gran arte sin estar, lo sepas o no, comprometido, sin ser, lo sepas o no, alguien que capta algo anímico de la sociedad a la que pertenecés, como si entonces hubiera que estar aclarando y subrayando que se está comprometido)