31.5.07

Siempre envidié dos cosas de los curas: tiempo para estudiar y éxito con las mujeres.

Orange

Nadie ignora que la fortuna de la actual familia real holandesa se basó en el tráfico de esclavos, convenientemente vehiculizado por la notoria Compañía de las Indias Occidentales. Así que en los blondos vástagos de nuestra princesa Máxima confluirían esas sangres derramadas antiguamente con las derramadas más recientemente por la firma de su padre, amanuense dictatorial.
Pero los europeos son, y serán siempre, los civilizados (por ricos), y nosotros, los salvajes (por pobres).

27.5.07

Media vida

1989: 2 comisiones.
1990-2006: 4 comisiones por año; total = 68.
2007: 2 comisiones.
Total comisiones: 74. 2 parciales por comisión (148).
Promedio alumnos por comisión: 60.
Total parciales (aprox.) = 9.000

JUEVES 31 DE MAYO
FACULTAD DE FILOSOFÍA Y LETRAS (PUAN 480)

19 hs. (Aula 151)
Poesía y Academia.

Cómo leemos, cómo leer o cómo pensar la literatura son preguntas ineludibles en las prácticas que implican las carreras de Letras. Cómo se lee poesía, cómo entra en el sistema literario y con qué herramientas se la piensa en su especificidad y en sus relaciones con otras series, también lo son. Qué lugar ocupa hoy en distintas facultades, cómo participa en los enfoques para pensar una historia de la literatura: sobre todas estas preguntas proponemos encontrarnos a pensar.
Como disparador del diálogo, expondrán en esta mesa Ana Mazzoni, Delfina Muschietti (Univ. de Bs.As.), Martín Prieto (Univ. Nacional de Rosario), Sergio Raimondi (Univ. Nacional del Sur), Damián Selci y Julio Schvartzman (Univ. de Bs.As.).


21 hs. (Aula 324)
Lectura de poesía.

José Ángel Cuevas.
Destacado exponente de la generación chilena del 60, vivió como protagonista el gobierno popular y resistió la tragedia de la dictadura. Su obra incluye: Efectos personales y dominios públicos (1979), Introducción a Santiago (1982), Contravidas (1983), Canciones rock para chilenos (1987), Cánticos amorosos y patrióticos (1988), Adiós muchedumbre (1989), 30 poemas del ex-poeta José Angel Cuevas (1992), Proyecto de país (1994), Poesía de la comisión liquidadora (1997) y Maxim, carta a los viejos rockeros (2000). En 2005 se publicó una antología de su obra poética, Restaurante Chile.

Martín Prieto.
Nació en Rosario, Argentina, en 1961. Poeta, ensayista y docente. Es autor de cuatro libros de poemas: Verde y blanco (1988), La música antes (1995), La fragancia de una planta de maíz (1998) y Baja presión (2004), de la novela Calle de las Escuelas número trece (1999). Se desempeña como profesor titular ordinario de Literatura Argentina II en la Universidad Nacional de Rosario y coordinador de las ediciones literarias de la Editorial Municipal de Rosario. Fue miembro fundador y consejero de dirección de la revista Diario de Poesía. La editorial Taurus acaba de publicar su Breve historia de la literatura argentina.

Sergio Raimondi.
Nació en Bahía Blanca en 1968. Es Licenciado en Letras (UNS) y trabaja en el Museo del Puerto de Ingeniero White desde 1992, en el registro de relatos orales. Formó parte del grupo Poetas Mateístas. Tradujo a Catulo (Catulito, Vox, 1999) y William Carlos Williams (18 Whiskies, 1993). Su primer libro de poemas fue Poesía civil (Vox, 2001)

Martín Rodríguez.
Nació el 8 de abril de 1978 en Buenos Aires. Blog: www.revolucion-tinta-limon.blogspot.com . Libros de poesía: Agua Negra (Siesta 1998), Natatorio (Siesta, 2001), El conejo (Ediciones del Diego, 2001), Lampiño (Siesta, 2004 - 1er premio del Fondo Nacional de las Artes), Maternidad Sardá (Vox, 2005), Paniagua (Gog y Magog, 2005).

Organizan:
Festival de Latinoamericano de poesía Salida al mar - Encuentro de estudiantes de Letras
Para mayor información: http://salidaalmar.wordpress.com
www.encuentrodeestudiantes.com.ar

26.5.07

Los intelectuales de izquierda y su
desesperada búsqueda de respetabilidad

James Petras

Introducción
Cuando George Soros, uno de los más grandes y rapaces especuladores del mundo, publicó un libro que cuestionaba algunos de los aspectos más destructivos del capital especulativo, los intelectuales de izquierda se apresuraron a reproducir sus citas como evidencia de que, efectivamente, “el capital global” era una amenaza para la humanidad. La parte curiosa de este escenario es que Soros ganó publicidad gratis, aumentó sus regalías, y adquirió estatura política e intelectual, mientras seguía beneficiándose de las ganancias de sus fondos de especulación.
Este no fue un caso aislado: más temprano que tarde, los intelectuales de izquierda buscan fuentes “respetables” para apoyar sus argumentos, citándolas como “impecables” o “sin afinidades de izquierda”, como si la investigación y la escuela de izquierda fueran menos confiables o menos convincentes. La búsqueda de una respetabilidad burguesa por parte de la izquierda tiene profundas implicaciones en la discusión del problema de la hegemonía burguesa sobre las clases populares y el crecimiento de una cultura alternativa en lo político y lo intelectual.
Uno de los aspectos más impresionantes de la política contemporánea es la brecha entre las condiciones, objetivamente en descenso, de la clase obrera y campesina, y las respuestas subjetivas, que son difusas, fragmentadas, y frecuentemente están bajo la tutela de partidos neoliberales. Este contraste es muy claro en el Tercer Mundo, pero también está presente en los países capitalistas avanzados.
Mientras que las desigualdades entre clases sociales, razas, géneros y regiones se han incrementado, y los servicios para la clase obrera han sido recortados a fin de conseguir impuestos más bajos y subsidios más altos para los ricos, la respuesta subjetiva ha cambiado: las huelgas y las protestas tienden a ser vistas como reacciones defensivas; los movimientos agrarios no tienen aliados urbanos, y la mayoría de los intelectuales están disociados de las luchas populares o han aceptado premisas de la ideología neoliberal, como que la globalización es inevitable e irreversible. En una palabra, la “hegemonía burguesa” juega un rol vital para asegurar la estabilidad de un sistema social altamente desigual y explotador.
La hegemonía burguesa es un producto de numerosos factores, incluyendo los medios de comunicación y las instituciones culturales del Estado. Sin embargo, es también el resultado del pensamiento y los métodos de trabajo de los intelectuales de izquierda, que buscan legitimar su producción intelectual en el mundo burgués. Hoy, muchos intelectuales de izquierda toman prestados y han asimilado para su análisis del mundo contemporáneo los conceptos claves y el lenguaje de teóricos burgueses y publicistas. Estos incluyen términos como “globalización”, “capital desestatizado”, “revolución de la información”, “ajuste estructural”, “flexibilidad laboral”, entre otros. Estos conceptos son parte integral del sistema imperial y de la ideología neoliberal; y se entienden en el contexto de un sistema de poder que busca disfrazar y legitimar su dominio. Aún más, los intelectuales de izquierda evitan usar conceptos más precisos, que son mucho más útiles para identificar las configuraciones contemporáneas del poder, como: imperialismo en lugar de globalización; Estado imperial en lugar de corporaciones desestatizadas; crecimiento del poder financiero en lugar de “revolución de la información”; explotación intensiva/extensiva en lugar de flexibilidad laboral; involución económica en lugar de reforma económica; reconcentración y monopolización de la riqueza en lugar de ajuste estructural. La cuestión de esta mimetización intelectual, en la que un lenguaje y conceptos amorfos y decepcionantes son adoptados por los intelectuales de izquierda contemporáneos, en lugar de un lenguaje más preciso y vigoroso, nos lleva a una pregunta: ¿por qué la izquierda cae víctima o, mejor aún, sigue los pasos de la burguesía al trabajar para la construcción del paradigma de la “globalización”?

El gran problema
Este ensayo busca establecer que el hecho de que los intelectuales de izquierda muevan el rabo frente a la burguesía, en las cuestiones del paradigma de la “globalización”, es parte de un problema mayor, fuertemente relacionado con la subordinación a la cultura burguesa; es decir, el hecho de mirar hacia la cultura dominante como fuente de veracidad, objetividad, prestigio y reconocimiento.
La subordinación de los intelectuales de izquierda a la cultura burguesa coexiste con el desarrollo de una crítica parcial a las instituciones y la cultura de los burgueses. Los intelectuales de izquierda que trabajan con el concepto del paradigma burgués de la globalización están en búsqueda de una respetabilidad y un reconocimiento que no podrían obtener si trabajaran con el concepto del paradigma imperialista.
La búsqueda de los intelectuales de izquierda del prestigio, el reconocimiento, las afiliaciones institucionales y la certificación de la burguesía, implica aceptar, de facto, los valores que se asocian con este grupo. Esta aceptación de valores y prácticas juega un papel importante en la perpetuación de la hegemonía burguesa, a pesar de la retórica de protesta y contrahegemonía de los intelectuales. El hecho es que estudiantes, trabajadores y en general las clases populares siguen lo que los intelectuales de izquierda dicen y hacen, y la identificación institucional y simbólica de los reconocimientos que persiguen en sus carreras y su vida diaria, habla elocuentemente de qué es lo que realmente valoran.
Un aspecto importante dentro del avance y el reconocimiento de la carrera, así como en conseguir una posición en una institución burguesa prestigiosa, tiene que ver con jugar las reglas del juego en el trabajo intelectual. Siguiendo las reglas de este juego, la izquierda intelectual legitima el llamado burgués a la legitimación y refuerza su posición hegemónica.

Legitimando la hegemonía burguesa
Una de las principales reglas seguidas por los intelectuales de izquierda es citar fuentes burguesas, incluso cuando hay fuentes de izquierda que pueden ofrecer una perspectiva crítica. El pseudoargumento que muchos intelectuales de izquierda enarbolan es que, al citar fuentes burguesas en vez de fuentes de izquierda, serán más convincentes con el “público en general” o el mundo académico. Los intelectuales de izquierda logran varias cosas procediendo de este modo. En primer lugar, refuerzan la autoridad de los autores burgueses, proponiéndolos como una fuente de verdad objetiva. Segundo, refuerzan y perpetúan la invisibilidad de los investigadores de izquierda y de su trabajo, pues no reconocen su contribución. Tercera, adquieren respetabilidad y aceptabilidad, al compartir con sus colegas burgueses una bibliografía común y un entendimiento común de “lo que hay que leer”. Cuarto, el citar críticas de notorios procapitalistas contra el capitalismo les permite rediseñar su imagen y les da una futura plataforma para denunciar a la izquierda.
La respuesta de los intelectuales de izquierda al libro de George Soros es un ejemplo perfecto. Soros tiene una bien ganada reputación como un especulador que ha ganado millones mediante el saqueo de economías y la ruina de países enteros antes, durante y después de la publicación de su libro. Jugó, y continúa jugando, un papel de primera línea en el sabotaje de instituciones culturales y en la cooptación de intelectuales, particularmente en países excomunistas que han implantado el libre mercado y han quedado devastados por ello. A pesar de estos antecedentes, los intelectuales de izquierda se encontraron citando sus críticas a las actividades especulativas y a los excesos capitalistas, como si él fuera una autoridad especial sobre los estragos del capitalismo. En su desesperada búsqueda de reivindicación, los intelectuales de izquierda citaron a Soros para apoyar sus críticas al neoliberalismo, obviando el hecho de que, incluso mientras el libro salía a las librerías, Soros hacía millones mutilando las economías asiáticas. El aislamiento de los movimientos de masas de los intelectuales de izquierda, y su postración frente al poder burgués, es lo que los lleva a buscar personalidades de derecha para justificar sus argumentos frente a públicos burgueses.
La relación de los intelectuales de izquierda con el Banco Mundial es otro ejemplo que ilustra esta búsqueda de respetabilidad. El Banco Mundial publica anualmente un apéndice estadístico que incluye datos sobre la pobreza en el mundo. Es frecuente que los intelectuales de izquierda citen estos datos para defender sus argumentos, sin examinar críticamente cómo se mide la pobreza y en qué forma es subestimada. Los intelectuales de izquierda consideran el Banco Mundial una autoridad intachable en el tema de pobreza, precisamente porque es una institución con credenciales derechistas y neoliberales. El hecho es que los datos del Banco Mundial no son confiables, y sus formas de medición de la pobreza son totalmente inadecuadas. Su “límite de pobreza” es un dólar por día, lo cual no permite vivir en ningún país del mundo. Si los investigadores de izquierda produjeran un índice adecuado, doblarían o triplicarían el número de pobres en el mundo. Sin embargo, al citar el Banco Mundial, los intelectuales de izquierda apelan a sus colegas “conservadores”, demostrando que comparten las mismas fuentes. Al citar la autoridad del Banco Mundial, refuerzan la imagen de éste como una “fuente confiable de información”. Las medidas del Banco Mundial en el Tercer Mundo llegan al absurdo de que los porcentajes de población que vive en la pobreza en el sudeste asiático están casi al mismo nivel que en los Estados Unidos y Canadá. En lugar de reconocer que la ideología neoliberal del Banco Mundial moldea los indicadores y los medidores de pobreza, los “astutos” intelectuales de izquierda piensan que pueden separar una de otros, y salvarse de la ardua tarea de construir sus propios medidores de pobreza y de hacer su propio trabajo de campo o, peor aún, de citar los datos y las estadísticas que otros investigadores y militantes de izquierda han recopilado.
La Comisión Económica para América Latina (CEPAL) es otra fuente de datos y punto de referencia para los intelectuales de izquierda. Una vez más, presentan la CEPAL como una fuente intachable, sin ningún tinte izquierdoso (como si ser de izquierda fuera algo que contaminara la información). Por ejemplo, los intelectuales de izquierda usan frecuentemente los datos de la CEPAL sobre privatización de empresas públicas (que es, de hecho, una parte clave de la agenda política de la CEPAL). Pero una mirada cuidadosa a los documentos de la CEPAL revela que rara vez discuten la corrupción y las concesiones que siempre existen dentro de las privatizaciones. La CEPAL siempre describe las transacciones como un proceso puramente económico, y asegura que no se involucra en los aspectos políticos, ni en cómo los políticos organizan las privatizaciones, ni mucho menos en las consecuencias negativas que puedan tener en el corto o el largo plazo. En términos generales, la CEPAL dice que las transacciones del Estado deben ser transparentes, pero no enfrenta el hecho de que las privatizaciones no lo son. La pregunta es: ¿por qué la CEPAL continúa promoviendo recetas de privatización, cuando sabe de primera mano que el proceso es corrupto y que involucra la renuncia a recursos necesarios por precios irrisorios? Conociendo esta tendencia de la CEPAL, ¿por qué los intelectuales de izquierda siguen citándola cuando prominentes escritores y periodistas de izquierda han publicado discusiones más completas y críticas? Al hacerles el juego a Soros, al Banco Mundial y a la CEPAL, usando su información, legitimando sus fuentes y tomando prestado su lenguaje, los intelectuales de izquierda extienden la hegemonía burguesa.

Personalidades burguesas prominentes
En su constante búsqueda de respetabilidad, los intelectuales de izquierda no sólo miran hacia las instituciones burguesas para repetir sus argumentos, sino que también buscan personalidades burguesas prominentes, con nombre y prestigio dentro de los círculos burgueses, para promover causas populares. Frecuentemente, al organizar un evento público, los intelectuales de izquierda ignorarán a autores, activistas o líderes de izquierda consecuentes, para favorecer a algún actor, abogado, juez o escritor “progresista”, que no tiene práctica ni luchas en sus antecedentes, pero ofrece algunas obviedades que no educan a nadie y no resuenan entre la gente de acción.
Al promover a individuos con “estatus de celebridad” en los medios, como una forma de atraer publicidad y público curioso, los intelectuales de izquierda sacrifican el contenido de sus reuniones. El costo político puede ser significativo: las reuniones políticas se convierten en un espectáculo, un entretenimiento que más bien despolitiza, en lugar de educar a la gente sobre las causas y las consecuencias sociales. Más aún, los intelectuales de izquierda frecuentemente tienen que ser quienes terminen dando explicaciones sobre los “lapsus” de los burgueses prestigiosos, celebridades que frecuentemente confunden la violencia popular por la defensa de la tierra y una forma de vida con la violencia predadora de los poderes imperiales.
“Por supuesto —dirán en su defensa los intelectuales de izquierda—, él o ella no es uno de los nuestros, pero vean cuánta gente vino, miren cuántos centímetros nos dieron en la prensa burguesa, cuántos segundos en la televisión”. En nombre de una “mayor unidad”, la izquierda crea una plataforma para discursos de celebridades burguesas que frecuentemente derivan de críticas del sistema a la de una política, de una política a otra, y de otra a la crítica de una personalidad equis, oscureciendo el sentido de la reunión. Aún peor, las celebridades burguesas que los intelectuales de izquierda suponen progresistas en un evento público, al día siguiente pueden celebrar con altos dignatarios de un régimen regresivo..., lo que desacredita a la izquierda y siembra confusión entre la gente sobre la naturaleza de las políticas de izquierda y cuáles son sus líderes y sus voceros.
Debido a que los intelectuales de izquierda están obsesionados con la aprobación de los medios y la respetabilidad burguesa, prefieren buscar a burgueses notables que tengan un “oído sensible”, aunque esto sirva a sus intereses, en lugar de construir apoyo mediante organizaciones de base.

La búsqueda de símbolos de prestigio burgués
Los intelectuales de izquierda “mueren” por el reconocimiento de sus colegas burgueses y despreciarán la acción pública, denunciarán a colegas y adoptarán posturas serviles para complacer a sus jueces superiores y conservadores, en la esperanza de asegurarse un símbolo de prestigio burgués. Estos símbolos son un boleto hacia la promoción y la legitimación, a los ojos de los intelectuales de izquierda con movilidad ascendente. Los intelectuales consecuentes con compromisos en luchas populares no reciben ningún reconocimiento de prestigio. Para los intelectuales de izquierda, ganar un premio Nobel, una beca Guggenheim o de la Fundación Ford es visto como la culminación de una carrera exitosa. Certifica, ante el poder académico de elite, que el intelectual de izquierda puede ser respetado por abstenerse de cualquier lucha antiimperalista o anticapitalista. Es comprensible que Jean-Paul Sartre rechazara el premio Nobel. El empeño por conseguir premios y reconocimientos burgueses presupone ciertos compromisos, y eso está sobreentendido tanto por las fundaciones euronorteamericanas que los dan, como por los intelectuales que se los piden.
Pero los intelectuales de izquierda, cuando acuden a actos políticos, citan estos mismos títulos y premios al presentar al “prestigioso” orador. La izquierda hace reverencias ante los premios burgueses como evidencia de su propia integridad y conocimiento. Al dar un lugar prominente a estos títulos, convencen al público de que efectivamente la izquierda ha llegado a tener un cierto nivel intelectual. De hecho, lo que la izquierda hace es legitimar los estándares y los procesos de selección burgueses que determinan el acceso a las recompensas. En pocas palabras, al cortejar los premios burgueses, la izquierda refuerza la hegemonía burguesa. El anhelo de respetabilidad burguesa también se encuentra en el lugar que se les da a las identidades institucionales: los intelectuales de izquierda presumen de ser graduados de Harvard, Yale, Princeton, Oxford, Cambridge, la Sorbona, como si estos no fueran centros en donde se adoctrina a los estudiantes con doctrinas neoliberales y proimperalistas, y donde uno sólo aprende a decir algo significativamente crítico sobre el Imperio a pesar de los profesores y los seminarios. Y aún así la identidad institucional es subrayada por los intelectuales de izquierda al presentar a un orador o un escritor. Esto es verdad también cuando se habla de funcionarios gubernamentales retirados a quienes los intelectuales de izquierda les dan importancia. Uno no puede negar que los antiguos funcionarios de un gobierno puedan cambiar su forma de pensar y convertirse en críticos del Estado, pero el punto de convergencia con la izquierda debería ser el hecho de que son exfuncionarios, y no los dueños de antiguas posiciones de “prestigio” en un régimen burgués.
Como hace mucho tiempo señaló Karl Marx, la hegemonía burguesa se renueva constantemente, mediante el reclutamiento de individuos talentosos que provienen de clases populares. Esto se hace frecuentemente dando becas a estudiantes pobres pero brillantes, que van a universidades “de prestigio”, donde son “reeducados” y entrenados para servir a las clases dominantes. La izquierda debe leer y escuchar lo que dicen los intelectuales a pesar de sus prestigiosas credenciales institucionales, no debido a ellas.
Aparte de los premios y las identidades institucionales, los intelectuales de izquierda están en búsqueda perpetua de patrocinadores burgueses para sus eventos: personalidades, instituciones, funcionarios. La idea es que, cuanto más burgués es un patrocinador, mayor serán la respetabilidad, la legitimidad y el público. De hecho, esto lleva a una mayor visibilidad y legitimidad de las instituciones burguesas del poder, mientras que las instituciones más marginales o radicalizadas se hacen invisibles.

Como aseguran su carrera los intelectuales de izquierda
Ser una persona de izquierda activa y crítica tiene un costo político que no es menor cuando se persigue una carrera académica. Aún así, muchos intelectuales han seguido senderos que los han llevado a una carrera exitosa dentro de instituciones burguesas y han logrado retener una pequeña parte de sus credenciales de izquierda. Podemos identificar al menos cuatro estrategias de carrera para los respetables y móviles intelectuales de izquierda.
La primera estrategia puede describirse como el enfoque de “congelamiento”, en donde los intelectuales de izquierda mantienen un perfil bajo durante años, haciendo investigaciones más o menos convencionales, mientras logran una posición dentro de la institución y consolidan su carrera, y esperan el día de “volverse” radicales. El problema es, por supuesto, que la mayoría de los “criptoizquierdistas”, en el tiempo de adaptación a las exigencias de sus carreras exitosas, finalmente terminan creyendo lo que están haciendo y nunca se “vuelven”: se convierten en lo que hacen... Para la minoría que se “convierte”, el pastel queda entero: obtienen una identidad prestigiosa en el mundo burgués y el aplauso de la izquierda, particularmente porque le añaden a su retórica radical el mérito, según la izquierda, de un título prestigioso.
La segunda estrategia para asegurar una carrera dentro de una universidad de prestigio es combinar la investigación convencional y hacer, entre los momentos de trabajo y las pláticas de pasillo, cháchara radical. Ser de izquierda como si fuera un “apostolado” es particularmente atractivo para los guardianes burgueses de la academia, porque esto no afecta la investigación científica y no cuestiona el rol del sistema educativo para reproducir líderes de elite o entrenar trabajadores conformistas. Esta izquierda puede describirse como la “izquierda de cóctel”, que en escenarios privados puede ventilar sus inconsecuentes puntos de vista mientras trabaja para subir en el escalafón académico.
La tercera estrategia para el éxito de la izquierda dentro de la academia yace en el tiempo y el esfuerzo desproporcionados que se dedican al trabajo académico convencional, en comparación con los escasos esfuerzos que se dedican a movimientos populares. En esta estrategia, el intelectual de izquierda dedica meses y años a preparar documentos y publicaciones para consumo académico, mientras que improvisa conferencias con material anecdótico para sus audiencias radicales/populares, reciclándose frecuentemente o repitiendo la misma plática del año anterior. En algunos casos, los intelectuales de izquierda, a pesar de contar con fondos sustanciosos para su trabajo, simplemente ofrecen reminiscencias de un pasado radical; la nostalgia se convierte en sustituto de un análisis serio. Estas reminiscencias no requieren ningún análisis que pueda llevar a compararlas con luchas actuales, son pura improvisación y anécdotas del tipo más superficial e impresionista.
Finalmente, están los académicos de izquierda que investigan y dirigen becas como académicos “desinteresados”, lejos de las luchas, los movimientos y los compromisos políticos. Escriben sobre la clase trabajadora sin ninguna perspectiva política. Es probable que den información útil si otro puede elaborar un marco político e intelectual que sirva para unir esa información a eventos políticos contemporáneos. Esta estrategia de éxito académico tiene algo de mérito y utilidad si es que hay otros intelectuales o activistas que han realizado el riesgoso trabajo político de construir un movimiento; de otra forma, sólo sirve para extender el currículum vitae. Este tipo específico de académico de izquierda es particularmente abundante en Estados Unidos, donde hay conferencias anuales que imitan las reuniones profesionales, en las que los académicos hablan sólo entre ellos o, en otras palabras, se divorcian de los movimientos populares. Este divorcio ha garantizado que muchos izquierdistas consigan cargos altos y bien remunerados en universidades de prestigio.
Las consecuencias de estas prácticas de los intelectuales de izquierda han sido, primero, el reforzamiento del prestigio y la legitimidad de las instituciones, las ideas y las personalidades burguesas, mientras que los análisis y las posiciones de activistas de izquierda se hacen invisibles, perpetuando una especie de complejo de inferioridad y marginalidad de la izquierda. Segundo, debido a que los académicos de izquierda sirven como modelos para la generación de futuros académicos, su comportamiento propicia el arribismo. La práctica de este arribismo perpetua el mito, sobre todo en el Tercer Mundo, de que el “verdadero conocimiento” está en el extranjero, en las universidades con prestigio de marca, y que los intelectuales locales nacionales son de calidad inferior y, ciertamente, no son modelos a seguir. Tercero, por razones de su propia agenda y condición, los intelectuales de izquierda de instituciones de prestigio ignoran y reafirman las distorsiones ideológicas, las mistificaciones y los erróneos marcos teóricos y conceptuales que se enseñan en los centros prestigiosos de educación superior. La desviación ideológica que se produce en estas instituciones es obviada por intelectuales de izquierda, que rara vez desafían el trabajo de sus colegas, y mucho menos el currículum, pues saben que serían castigados. En todo caso, si alguna vez verbalizan algún tipo de disconformidad, es su presencia en las instituciones y su procedimiento de acceso lo que alimenta las ambiciones de nuevas generaciones. Lo más asombroso sobre los intelectuales de izquierda en universidades de prestigio, y los que buscan entrar a ellas, es cómo suspenden sus críticas a los patrocinadores, las fundaciones y las personalidades burguesas que financian las principales agendas de investigación para perpetuar y extender el poder imperial. Al suspender sus críticas, los intelectuales de izquierda aumentan sus posibilidades de aparecer en diarios de prestigio, conferencias internacionales y posiciones lucrativas dentro de la academia. Logran reconocimiento académico y su promoción a puestos de honor, que requieren mantener buenas relaciones con los guardianes de la academia burguesa. Los intelectuales de izquierda tienden a ser muy colegiados, incluso con colegas que apoyan las guerras imperialistas y diseñan programas neoliberales que están devastando el Tercer Mundo.

Intelectuales contemporáneos
Hay una gran variedad de “estilos de vida” para ser un intelectual de izquierda hoy en día, frente al poder y la riqueza del Imperio euronorteamericano.

- Intelectuales en alquiler
Este es el tipo de intelectual que hoy vaga por el espectro político, ofreciendo sus servicios a una variedad de patrones. Un reconocido intelectual francés denunció las huelgas de empleados en 1995, fue al encuentro internacional zapatista en el verano de 1996 y después voló para encontrarse y halagar al presidente derechista de Uruguay. Estos intelectuales son para todos los lugares y precios. Su postura pública tiene sus motivaciones en la necesidad de reconocimiento y publicidad de cualquier bando, pero también en firmes principios intelectuales: no están “vendidos” a la derecha, están rentados e incluso están disponibles para la izquierda en ciertas ocasiones.

- Intelectuales domésticos
Son aquellos cuyo universo son otros intelectuales o incluso su “reflexión interna”. Estos intercambios incestuosos son particularmente abundantes entre los posmodernistas, que discuten cuántas identidades podrán soportar. Tienen su propio lenguaje exótico, que solo comprenden los iniciados, y su trabajo se concentra, en gran parte, en descifrar textos y lenguajes divorciados del mundo objetivo.

- Intelectuales en angustia perpetua
Hay intelectuales que están en angustia perpetua, que planean sobre los problemas socioeconómicos (“neoliberalismo” y “globalización”) y nunca pasan del lugar común “debemos encontrar una alternativa”. Ignoran las luchas diarias que buscan crear alternativas; le temen al problema (imperialismo) y le temen a la solución (transformación).

- Los pesimistas
Otra pose intelectual común es la del izquierdista que se baña en derrotas históricas y encuentra en ellas un pretexto en la medida en que hacen incierto un nuevo y pragmático acomodo con el estatus quo. Al dramatizar las pérdidas políticas, como batallas profundas e irreversibles, evitan reconocer las nuevas luchas revolucionarias que emergen en el Tercer Mundo, los movimientos sociales que se oponen a la OMC en el Este, a los movimientos de campesinos militantes y trabajadores del transporte, el rechazo masivo de consumidores y productores hacia los patrocinadores corporativos de alimentos y semillas genéticamente alteradas, etcétera. El pathos pesimista se convierte en una coartada para la inacción y el desentendimiento, o en un billete de ida hacia las políticas liberales, que son percibidas como lo único disponible.

- Intelectuales irreverentes
En agudo contraste con las posturas antes mencionadas, existe el intelectual irreverente hacia los protocolos académicos, que no se impresiona con títulos y premios, y que incluso es respetuosos ante los militantes que están en los frentes de combate anticapitalistas o antiimperialista. Son constantes y productivos en su trabajo intelectual, que está motivado en gran medida por las grandes cuestiones que enfrentan las luchas sociales. Son irónicos y antihéroes, cuyo trabajo es respetado por la gente que trabaja para la transformación social básica. Son objetivamente partidarios y partidariamente objetivos. Los intelectuales irreverentes escuchan y discuten con los pesimistas y otros intelectuales, a pesar de sus títulos y pretensiones, para ver si dicen algo que valga la pena. Para el intelectual irreverente y comprometido, el prestigio y el reconocimiento derivan de los activistas y los movimientos intelectuales que están involucrados en luchas populares. Trabajan con estos intelectuales y activistas. Conducen investigaciones que busca fuentes originales de información; crean sus propios indicadores y conceptos, por ejemplo, para identificar la verdadera profundidad de la pobreza, la explotación y la exclusión. Reconocen que los premios y las condecoraciones son parte de un sistema que sostiene la hegemonía burguesa y que hay unos cuantos intelectuales en universidades de prestigio que están claramente comprometidos con luchas populares. Estas excepciones, dicen, deben ser notadas, aunque reconociendo que muchos sucumben al espejismo de la acreditación burguesa durante el ascenso por el escalafón. Los intelectuales irreverentes admiran a Jean-Paul Sartre, quien rechazó un premio Nobel en medio de la guerra de Vietnam. Y, sobre todo, los intelectuales irreverentes luchan contra la hegemonía burguesa junto con la izquierda, integrando su pensamiento y su enseñanza, evitando dividir lealtades. En pocas palabras, los intelectuales irreverentes trabajan en la formación de una cultura contrahegemónica.

Conclusión
Mientras que buena parte de la investigación alrededor del tema de la hegemonía burguesa se ha realizado mediante el examen de instituciones, los medios, los centros educativos y la propaganda de Estado, se ha puesto poca atención a cómo, dentro de la izquierda, los signos y los símbolos de esta hegemonía son transmitidos, en forma putativa, por los intelectuales de izquierda. Los intelectuales son un grupo importante, particularmente para dar forma a la subjetividad de los estudiantes y, en ciertos contextos, de las clases populares. En la medida en que son visibles y tienen acceso a los medios, representan otro canal a través del cual se forma la subjetividad o conciencia política. Sus valores, su carrera, sus opciones educativas y sus ambiciones juegan un rol en el momento de dar forma a “modelos de comportamiento” y de transmitir mensajes que tienen un impacto en grupos estratégicos que se convertirán en líderes de opinión. El grado en que los intelectuales han absorbido metas burguesas e interiorizado el sistema burgués de prestigio se convierte a su vez en un mecanismo que prolonga y profundiza la hegemonía burguesa, especialmente dentro de la izquierda. El problema de la subjetividad es clave hoy en día. Hay cada vez más desinterés popular a lo largo del Tercer Mundo, e incluso en países imperialistas. La clave del cambio está en ligar estos descontentos con movimientos de transformación social. Esto requiere teorías revolucionarias, conceptos críticos e intelectuales comprometidos que den una doble lucha: contra los poderes burgueses y contra el doble discurso de los intelectuales de izquierda.


Traducción del inglés: Myriam Vidriales
Revisión: Pablo Valle


(Para ver este documento en el idioma original se puede ir al sitio de ALAI.)



Biblioteca Ayacucho

Siguen digitalizando material agotado de la Biblioteca Ayacucho. (Ahora no son versiones digitales propiamente dichas, sino escaneadas, pero algo es algo.)
No perderse de dar una mirada, hay verdaderas joyas.

24.5.07

Fue bueno (y terrible, claro) el programa de Chiche Gelblung sobre Auschwitz y el genocidio judío en general. Pero ¿tenía necesidad de “dedicárselo” al padre Farinello y a Luis D’Elía, que supuestamente “niegan” el Holocausto (sólo porque no suscriben la demonización de Irán)? ¿No advierte que banaliza todo mezclándolo con sus chivos pedorros y sus gatos mellizos (hermosos, por cierto)? ¿No sabe que Hadad es nazi?
Ya sé, me van a decir que se trata de televisión, que no da para más. Pero tenía que preguntar.

20.5.07

"Bicentenario de la independencia de Haití, una esponja empapada en sangre",
conferencia de Roberto Fernández Retamar.

Los docentes universitarios pararán por 72 horas la próxima semana
La medida de fuerza convocada por la CONADU Histórica se concretará del 22 al 24 de mayo. Así lo confirmó Walter Díaz, secretario adjunto de ADIUNT. Instalación de una Carpa Docente y Plenario de Secretarios Generales. Los docentes reclaman un básico inicial de $ 1.500 para el cargo testigo, entre otros puntos.
Nota.

¿Quién dijo...?

"El anuncio de Jesús y de su Evangelio no supuso, en ningún momento, una alienación de las culturas precolombinas, ni fue una imposición de una cultura extraña."

- Isabel la Católica.
- Herr Ratzinger.
- Osito, de Gran Hermano.

19.5.07

Muy buena nota de Jorge Lafforgue, en Ñ, sobre García Márquez y Cien años de soledad.

La Campaña Nacional por el Derecho al Aborto
denuncia y repudia lo sucedido en Santa Fe

que acabó con la vida de Ana María Acevedo.

Una vez más se incumple la ley en la Argentina y cuesta la vida de una mujer joven que vive en situación de extrema pobreza. Primero se le niega la ligadura tubaria, contemplada en ley nacional. Con 3 niños, los tres por cesárea y con grave peligro frente a un nuevo embarazo.
Luego al detectarle un cáncer y un embarazo de 3 meses, frente al pedido de la familia de que se le practique un aborto terapéutico, contemplado en el artículo 86, inc. 1 del Código Penal, se le vuelve a negar su derecho y se posterga el tratamiento que necesita con urgencia de quimioterapia negando el derecho a la vida y a la salud de esta joven mujer. El resultado es trágico desde todo punto de vista: luego de 24 horas murió el recién nacido y ayer falleció Ana María.

Basta de injusticia, basta de impunidad para quienes en lugar de cumplir con la misión de sanar a las personas, ponen por delante sus creencias personales y terminan haciendo abandono de personas, lo que en definitiva es atentar contra la vida. Queremos insistir que esto es un delito cometido por los que debieran haberla salvado, sin ninguna necesidad de judicializar las decisiones.

Tomaremos el caso de Ana María hasta lograr justicia y para que no mueran más mujeres impunemente.

Seguiremos luchando por la despenalizació n y legalización del aborto.

Educación sexual para decidir, anticonceptivos para no abortar y aborto legal para no morir.

Exigimos que se pongan en práctica ya los protocolos de aborto no punible en todo el país como el recientemente aprobado en la Provincia de Buenos Aires.

Exigimos a nuestros legisladores que despenalicen y legalicen el aborto por decisión de la mujer hasta las doce semanas de gestación; cuando corra peligro su vida, cuando el embarazo sea producto de violación y cuando haya riesgos de graves malformaciones superando el plazo de las 12 semanas

Las humanas tenemos derechos y tienen que ser respetados

Juicio y castigo a los culpables

17.5.07

Los docentes universitarios pararán por 72 hs. la próxima semana

Walter Díaz, secretario adjunto de ADIUNT, confirmó a lv12.com.ar que la medida de fuerza convocada por la CONADU Histórica se realizará del 22 al 24 de mayo. En tanto, el 21 se instalará una carpa docente al frente del Ministerio de Educación de la Nación y el 24 se realizará un Plenario de Secretarios Generales, para decidir los pasos a seguir. Los docentes reclaman un básico inicial de $ 1.500 para el cargo testigo, jubilación del 85% móvil, salario para los ad honorem, estabilidad laboral y carrera docente, eliminación del impuesto a las ganancias sobre los salarios, titularización para los docentes de las escuelas preuniversitarias y rechazo a los descuentos de los días de paro de los docentes preuniversitarios.

Fuente.

¿Quién de todos nosotros será el Coreano que irrumpa en cualquier momento y nos masacre?
Tengo dos o tres en vista (me incluyo).
Pero siempre me equivoco.
En todo caso; no me abandona la sensación de estar de un lado o del otro de la mira. (O, lo que es lo mismo, de que no hay otros lados.)

Nueva versión de "Literaturas postautónomas", de Josefina Ludmer.

16.5.07

Armagedón de barrio

Como otras veces, pero más, los disturbios en Constitución me provocaron ese placer perverso, ligeramente trotskista, que sentí durante los acontecimientos de diciembre del 2001. Confirmación de una profecía más bien facilonga y vaga, a la Carrió; deseo, en definitiva, de que -por fin- todo se vaya a la mierda, entendiendo por "todo" los requechos de este país que aún cree que existe.
Claro que la "solución" está ahí no más, ¿no?, quiero decir, esperar que salga algún avión de Ezeiza, siempre que no choque, e irse a la mierda misma. "Métanse el país en el culo", creo que decía un personaje de Flores robadas en los jardines de Quilmes.
Por otro lado, según parece, la mayoría de los sindicatos universitarios, después de varias huelgas salteadas, aceptaron la oferta salarial de 80 pesos a cobrar alguna vez, si hay viento a favor.
Mientras, apenas hay leche en los almacenes porque la tonelada de leche en polvo triplicó su "precio internacional". Vamos bárbaro. Si cada modelo económico tiene incorporada su futura crisis (la convertibilidad sólo podía explotar como explotó, la pregunta sólo era cuándo), podemos ir haciendo la cuenta regresiva.
¿Pongo los 80 pesos en dólares, en un plazo fijo o en acciones de Grobocopatel?

15.5.07

Notas sueltas/1

- Jacques Roumain, Gobernantes del rocío (1944), trad. de Fina Waschaver,
Buenos Aires, CEAL, 1971.


Haití. Época indefinida (diría década del treinta). Fonds Rouge, un pueblito de agricultores negros (libres), agoniza en medio de la sequía provocada por la erosión del suelo que ellos mismos han provocado al talar los árboles.
Manuel, el hijo pródigo, regresa de Cuba, adonde había ido para trabajar en la zafra. Allí tuvo contactos con obreros esclarecidos (¿del PC cubano?) y aprendió sobre sus derechos. Vuelve con la intención de enseñarles a sus coterráneos que deben trabajar juntos para superar la miseria y la marginación. Y, para empezar, encontrará una veta de agua que podrá encauzarse hacia los sembradíos.
Se encuentra con que el pueblito, además de estar sumido en la pobreza y el hambre, está dividido por una vieja disputa. Un hombre fue asesinado en una riña, y su asesino murió en la prisión; pero ha quedado un resentimiento insalvable entre las dos familias.
Manuel, pragmático (materialista) e idealista al mismo tiempo, piensa que la necesidad de agua podrá unirlos. En principio, parece que tiene razón. Pero Gevilien, un “enemigo” de su familia, y enemigo también por el amor de la bella Anaísa, no se va a resignar a una cosa ni a la otra, y lo asesina cobardemente.
La muerte de Manuel une finalmente a todo el pueblo, y el embarazo de Anaísa prolonga su existencia, tal como él había predicho.

Ítems:
- Religión. Sincretismo y catolicismo. El cura es calificado de manera despectiva. Además, es amigote de Hilarión, el comisario del pueblo (que a su vez amenaza con encerrar a Manuel porque es un “negro rebelde”, y tiene intereses económicos contra los negros libres). Manuel es escéptico en religión, aunque respeta la tradición como tal; pero está en contra de la resignación predicada (“opio de los pueblos”). La historia la hacen los hombres, etc.
- Argumento. El final (y gran parte del desarrollo) son previsibles, pero esto se entiende por la estructura de fábula-tragedia-alegoría.
- Lenguaje. Difícil de juzgar en la traducción (excelente). Pero es más que interesante el narrador en nosotros inclusivo. Puede ser un caso de “neoculturación”, según Ángel Rama (ver).
- Negritud. Similar a Senghor. Hay una reivindicación de lo negro, dentro de una diferenciación que a veces espeja o hasta repite el discurso dominante (“los negros son o somos así y así”). Tener en cuenta que es de 1944.
- Caribe. Haití y Cuba. Imperialismo francés y español. Cuba, más avanzada en cuanto a organización obrera. Haití: campesinos negros libres. Dominicana como meta para huir de la miseria (igual que ahora).

Acá, una "Présentation de Gouverneurs de la Rosée", par Léon-François Hoffmann.
Sitio sobre literatura haitiana, excelente.



Roumain y Guillén.

El crimen paga (derechos de autor)

With 2007 marking the 20th anniversary of the Iran-Contra hearings, one of the proceedings most infamous players, Oliver North, has signed a multibook deal with the Christian house B&H Publishing Group. The contract calls for North to do four fiction titles plus four nonfiction titles based on his Fox News Channel show, War Stories. North will co-write the novels with Austin Boyd, a former navy pilot and published author.
B&H previously published North's fiction—his military-inspired titles include Mission Compromised, Jericho Sanction and The Assassins—and, according to the publisher, his books have sold nearly 500,000 copies.
(Fuente: PW Daily, 15/5/07)

13.5.07

Los Docentes Universitarios no pararán esta semana
El plenario de secretarios generales de la Federación Nacional de Docentes , Investigadores y Creadores Universitarios (CONADU Histórica) rechazó la oferta del gobierno nacional, pero decidió no realizar nuevos paros esta semana.
...

12.5.07

Entregaron premios de un certamen nacional

(de El Litoral.com)

En el marco de la Feria del Libro, y ante una Sala Sarmiento completa, el pasado sábado se entregaron los premios del Concurso de Novela Biblioteca Nacional 2006. El acto contó con la presencia del director del organismo, Horacio González; la subdirectora, Elsa Barber; autoridades, escritores, periodistas y los finalistas del concurso que aguardaban el fallo. Estuvieron presentes además, Adriana Hidalgo, titular de la editorial homónima que coparticipó del certamen; Fabián Lebenglik, editor de la misma, y el coordinador de la convocatoria por la Biblioteca Nacional, Carlos Bernatek, que luego de referirse a la convocatoria, anunció los resultados.
Este primer certamen organizado por la institución contó con 224 participantes de todo el país y de algunos argentinos residentes circunstancialmente en el exterior.
El jurado estuvo integrado por David Viñas, Luis Gusman y Martín Kohan -como destacara Horacio González: "tres generaciones de autores"- que eligieron ganadora por unanimidad a la novela "Madrugada negra" de Cristian Rodríguez, que nació en Buenos Aires en 1965. Cursó estudios en el Nacional Buenos Aires, y ejerce la profesión de psicoanalista.
El escritor premiado, que agradeció emocionado la distinción, permanecía hasta ahora inédito en el campo de la literatura. El premio obtenido, además de los $ 10.000 que otorga la Biblioteca Nacional y no constituye un anticipo de los derechos de autor, implica la publicación de la obra por Adriana Hidalgo Ediciones merced al convenio suscripto entre el organismo y la editorial.
"Madrugada negra" ofrece un peculiar abordaje sobre los años de la dictadura, con un meticuloso trabajo de lenguaje lindante con una prosa poética oscura y descarnada. Los personajes transitan zonas cercanas a la deshumanización, a la desintegración de sujetos que ya no esperan redenciones. Capítulos breves narran un peregrinaje como cartografía de Buenos Aires. La delicadeza estética del texto convive con la dureza de las escenas descritas.
Luego de la entrega de premios, se anunció que la Biblioteca Nacional volverá a convocar al certamen este año, a sugerencia de David Viñas, bajo el nombre de Concurso Eugenio Cambaceres.

CANTO DEL DESTINO DE HIPERIÓN

de Friedrich Holderlin


Vagáis arriba en la luz,
en blando suelo, ¡genios felices!
brisas de Dios, radiantes,
suaves os rozan
como los dedos de la artista
las cuerdas santas.

Sin sino, como infantes
que duermen, respiran los dioses;
resplandecen
en casto capullo guardados
sus espíritus
eternamente.
Y en sus ojos beatos
brilla tranquilo
fulgor perpetuo.
Mas no nos es dado
en sitio alguno posar.

Vacilan y caen
los hombres sufrientes,
ciegos, de una
hora en la otra,
como aguas de roca
en roca lanzados, eternamente, hacia lo incierto.

(versión de Otto de Greiff)

Cines de barrio

Cines de barrio

(escrito para la revista La vereda de enfrente, 1997)

En el barrio de mi infancia y adolescencia, San Martín (reino del glorioso y sufrido Chacarita Juniors), había tres cines. Sus destinos son un símbolo, un mapa del desastre. Uno de ellos, el Moreno, cercano a la estación, fue demolido sin contemplaciones; no hay nada en su lugar. Otro, el Ateneo, cercano a la Comisaría, fue copado por los evangelistas. Finalmente, el Gran Plaza (cercano, precisamente, a la Plaza San Martín) fue reciclado como “centro cultural”, caballito de batalla de un populismo que no se atreve a decir su nombre (“roban pero dejan algún cine…”).
¿Tiene algún sentido, a estas alturas de la posmodernidad fashion, ponerse nostálgico y deplorar el nuevo estilo de cines, donde la gente mastica pochoclo (o pop-corn) y comenta a los gritos la película, como en el living de su casa? Evidentemente, no.
Los cines de mi barrio eran conocidos con el aparentemente peyorativo pero en el fondo cariñoso mote genérico de “piojeras”. Tenían boleteros y acomodadores permisivos que de vez en cuando te dejaban pasar a ver una “prohibida”. ¿De vez en cuando? En realidad, vivían de eso, de dejar pasar a menores cuyas hormonas sublevadas impregnaban el aire de olores más persistentes aun que la humedad y los ácaros. La doble moral de la dictadura permitía esos deslices; en el barrio, era fácil ver las películas de Olmedo y Porcel (las de Isabel Sarli son anteriores a “mi época”), pero muy difícil que llegara algo potable. Sonata otoñal es el mejor de mis recuerdos, dentro de esas excepciones: la modalidad del “continuado” me permitió verla dos veces en el mismo día y, si no hubieran dado alguna porquería en el medio, la habría visto tres o cuatro.
Pero entonces era muy cierto lo que cantaba Charly García: “¿Qué se puede hacer, salvo ver películas?” A veces, todavía hoy, uno se siente tentado a repetirlo.

Pasan veinte años, vuelve él
y al verse exclaman él y ella:
-¡Dios mío, y ésta es aquélla!
-¡Santo Dios, y éste es aquél

(Campoamor)

10.5.07

Fernando Vallejo, autor de La Virgen de los sicarios, renunció a su nacionalidad colombiana.
Nota en O Globo.

6.5.07

La historia de los mujaidines iraníes y su tortuosa relación con la CIA (nota de Juan Gelman).

5.5.07

La mentira y la negación, también presentes en la Feria
Nota en el blog de Clarín sobre la Feria.
(El puesto del Instituto de Publicaciones Navales del Centro Naval y el contenido de los libros que allí se exhiben.)


La torre de Hoelderlin, en Tubinga.


Borgeano o borgesiano

En la Ñ de hoy, en una nota sobre Borges y el fascismo (o, mejor, sobre los trabajos de Annick Louis al respecto), Ezequiel Sánchez dice que la sustitución del término borgeano por borgesiano es "inédita para el público argentino". Está bien: será cierto que lo que no llega a "los medios" no existe, pero la verdad es que desde hace muchos años existen entidades, más o menos estables, como el Foro Borgesiano o la Asociación Borgesiana (de la que fue presidente Alejandro Vaccaro, biógrafo de JLB).
Por otro lado, en la numerosa bibliografía sobre Borges, se puede contar un volumen, Ensayos borgesianos, publicado en 2000 de resultas de un premio del Credit Suisse (en el que tengo publicado un ensayo sobre Borges y Martínez Estrada).
Ya sé, no es muy importante el tema, pero de hecho borgesiano sería más "correcto", morfológicamente hablando, que borgeano o borgiano.

"Fanny y Los Chicos del Pueblo",
de Sandra Russo

3.5.07

Los docentes universitarios llevan adelante un nuevo paro por 48 horas

Docentes universitarios de todo el país, realizan nuevamente un paro por 48 horas a partir de hoy en reclamo ante la falta de respuestas de las autoridades educativas que posibiliten el normal desarrollo de clases en las 39 universidades nacionales.

Nota.

EDUCACION : DATOS OFICIALES DE LA UNIVERSIDAD

En la UBA, más de la mitad de los profesores trabaja gratis

Representan el 52,5% de un plantel de 38.000. Es una realidad inédita en la historia de la universidad más grande del país. Dicen que es porque la matrícula creció a un ritmo mayor que el presupuesto.

(Clarín, hoy.)

1.5.07

Las mujeres del porvenir

Cuando a serios estudios, consagradas
penetren de la ciencia en los arcanos
y rompan esos lazos inhumanos
con que el hombre las tiene esclavizadas.

Cuando en otros principios educadas
conquisten sus derechos soberanos
y el porvenir se labren con sus manos,
con sus manos callosas pero honradas.

Cuando dejen de ser las voluptuosas
bestias de amor, para el placer vendidas.
Cuando más ilustradas y afanosas

no puedan en la lucha ser vencidas,
¡para los ricos faltarán queridas,
para los pobres sobrarán esposas!

Carlos Gagini (Costa Rica, 1865-1925)

GH/3

1. ¿Es “como la vida”? Pareciera que no, por la situación de encierro forzado y las cámaras. Pero yo estoy involucrado en, por lo menos, 3 grupos “humanos” que se manejan de manera muy similar a GH. Varía sólo la forma de “nominación” y “expulsión” (es decir, pueden pasar cosas peores).

2. De hecho, no hay que ser demasiado lacaniano para entender que todos estamos permanentemente bajo la mirada de un Big Brother. Preguntarse si esta omnipresencia es “interna” o “externa” es no entender nada de la dialéctica de la mirada, donde esa distinción carece de sentido.

3. Sigo prefiriendo estos productos (basura, pero basura bien hecha, diría D. Link), antes que cosas como Mujeres asesinas, que trata de encubrir su propia operación de márketing (i. e. morbo liso y llano) con una estética de qualité (?) y una ideología más que confusa. (Una de sus autoras, Liliana Escliar, hace poco publicó un libro en joda que se llama Cómo deshacerse del marido, o algo así. Por otro lado, no sé cuál opinólogo de TV dijo hace poco: “Sí, se matan, pero primero fifan a lo loco.” ¿Alguien duda de que eso es uno de los ganchos del programa? Si quiero ver minas en bolas, no necesito que me cuenten un cuentito, bastante debilucho, aunque sea con cámara móvil y poca luz. Quizás haya hombres que sí lo necesiten, y de paso lo ven con su esposa, que logrará otro tipo de satisfacción compensatoria.)

4. ¿GH, guionado? De la manera tradicional, never, creo que lo dije antes. Los “chicos” no podrían decir líneas escritas, ya lo han demostrado. Sin duda, los manipulan, pero como en una performance de teatro con pautas previas. Pienso en Vivi Tellas. O en improvisaciones tipo Oski Guzmán, ya que hablamos de TV.

5. En el fondo, no dejaría de ser el paraíso para algunos directores de cine que intentaron sistemáticamente la improvisación, como Cassavettes o Truffaut (perdón, téngase en cuenta mi edad, no se me ocurre ningún coreano). ¿Qué las relaciones humanas en GH son banales? Sí, puede ser. En esto influye mucho la interdicción sexual, que genera una histeria ad hoc. ¿Pero “afuera” somos todos brasileños o suecos? Mmmm, voto a Marcuse (para que “se quede”).

6. Sigo otro día.