Mi blog está entrando en su quinto año. Bastante, para alguien tan indisciplinado e inconstante como yo. Algo me debe de dar, aparte de los 10 dólares que ya recaudé virtualmente con los avisos de Google (pagan a los 100, así que me falta un poco: 50 años, ¿no? No: 45).
En algún momento, he pensado que esta heterogeneidad no se justifica, y que se podría bifurcar en varios blogs: uno literario, otro sobre edición, otro confesional. Pero me da fiaca, me parece que ya es demasiado tarde. Como siempre digo (con JC), espero que la acumulación de fragmentos resulte de pronto en una realidad total. Algún sentido, bah.
También me resisto a usar el sistema de etiquetas, porque (TOC al fin) debería categorizar hacia atrás los 2.000 posts; si no, no vale.
Bueno, de todas maneras, empecemos a festejar.
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