13.4.04

Un día estaba en Ciudad Universitaria, entre una clase y otra, leyendo Concierto barroco, de Carpentier. Se acercó a saludarme un compañero y mostró sorpresa ante mi lectura. "Hay que leer de todo", le dije, como disculpándome. "Sí, menos a Rodrigo Fresán", me contestó.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario