19.10.09

O tempora, o mores!

“We don’t sell books”, se lee en el stand argentino. Los libros no se venden en la Feria de Frankfurt. El negocio rumbea directo hacia la compra y venta de derechos, la renovación de contratos. Ni el objeto libro ni los escritores son el centro de este gran mercado mundial, lugar de citas y punto de encuentro del otoño europeo, que algunos despiden con nostalgia. El cartel está escrito a mano para evitar que la gente, con carritos, valijas y bolsos, se lleven los libros. En el último día de la 61ª edición de la Buchmesse, los periodistas del mundo y el público en general, que sólo puede visitar el predio el fin de semana, cumplen con el sueño de “saquear” los libros o comprarlos con rebajas de hasta un 50 por ciento. Algunos arrasan con parte del stand de Anagrama: Sebald, Kureishi, Kerouac, Calasso, Nothomb. Un joven de un stand vecino “amenaza” con avisarles a las chicas de la editorial que “están robando”, tal vez para detener la sangría. Al menos lo consigue por un rato. Pero el joven sonríe como si comprendiera la adrenalina que genera “robar” libros, un delito simpático en el mundillo de los escritores, que los editores “convalidan” al dejarlos ahí, al alcance de la mano, como si los abandonaran.

La nota de Silvina Friera sigue acá.



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