11.6.05

De Adorno/3

Sin reflexión ni meditación histórica no existiría nada bello.
p. 91

La belleza natural, aparentemente ahistórica, tiene su núcleo histórico, lo que constituye tanto su legitimación como su relativización.
p. 91

Todo lo que la naturaleza no puede dar, aunque quisiera, lo dan las obras de arte: hacen abrir de golpe los ojos.
p. 92

hay algo terrible en el canto de los pájaros, porque no es tal canto, sino la obediencia a la maldición que los aprisiona.
p. 93
(para "Josefina la Cantora", de Kafka)

La prohibición de las imágenes en el Antiguo Testamento tiene un aspecto estético además del teológico.
p. 94

La conciencia sólo puede estar a la altura de la experiencia de la naturaleza cuando es capaz de incluir en sí misma las heridas de aquélla, como hizo la pintura impresionista.
p. 95

Naturaleza quiere decir ya Parque Nacional y coartada. La belleza natural es ideológica, lo mediato se ha apoderado de lo inmediato.
p. 95

Quien habla de la belleza natural se pone al borde de la peor poesía.
p. 98

El arte... no es imitación de la naturaleza, sino de su belleza.
p. 98

Belleza natural quiere decir historia detenida, devenir inmóvil.
p. 99

El tránsito de la belleza natural a la artística es dialéctico, es el tránsito de una dominación.
p. 106

El arte querría, usando medios humanos, dar realidad al lenguaje de lo no humano.
p. 107

en la obra de Beckett, por ejemplo, su afinidad con el silencio procede del hecho de que el lenguaje alejado de los significados no es un lenguaje que diga algo.
p. 110

Si en la realidad todo se ha convertido en fungible, el arte opone a este todo-para-otro las figuras de lo que sería exclusivamente ello mismo, de lo emancipado de cualquier identificación.
p. 115

Cualquier teoría del arte tiene... que ser también su crítica.
p. 116

Las obras de arte son imágenes en cuanto aparición, en cuanto manifestación, no en cuanto representación.
p. 116

El lenguaje de las obras de arte está constituido, como cualquier otro, por una corriente subterránea colectiva.
p. 119

Sólo en cuanto espíritu es el arte la contradicción de la realidad empírica y se mueve en la dirección de una negación determinada de la actual configuración del mundo.
p. 123
(tema crucial: determinar qué es este espíritu para un marxista o, al menos, un todavía-materialista; tiene que ver con el espíritu de Hegel, pero también hace su crítica)

la salvación del arte es una cuestión política, pero incierta en sí misma, puesto que se halla amenazada por la marcha real del mundo.
p. 129

el arte radical, al negarse a los desiderata del realismo, se pone en tensión hacia el símbolo.
p. 131

Consciente o inconscientemente, el arte moderno ha agujereado el dogma de la evidencia sensible.
p. 132

La obra de arte es a la vez proceso e instante.
p. 136

En el siglo XIX, la apariencia estética se convirtió en fantasmagoría y las obras de arte borraron las huellas de su propio proceso de producción.
p. 139

Ninguna obra de arte posee completa unidad; tiene que fingirla y entra así en colisión consigo misma.
p. 142

existe un sentido en la negación del sentido.
p. 143

Las obras de arte dicen sin palabras que el irredimible sujeto gramatical existe en el papel, pero que en realidad no existe
p. 143

no hay obra de arte alguna que haya que describir o que explicar en categorías de comunicación.
p. 147

La identidad entre esencia y manifestación es tan poco alcanzable como en el conocimiento de lo real.
p. 147

La verdad de la armonía es la disonancia.
p. 148

El verdadero lenguaje del arte no tiene palabras
p. 151

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