18.6.05

Vamos Ñ todavía

Reconciliación pública con Ñ; al menos, por la edición de hoy, que contiene, entre otras cosas:

1. Un muy buen dossier sobre Carlos Gardel, que incluye una excelente nota de Leopoldo Brizuela, "Los tres misterios de Gardel". El tercer "misterio", la posible homosexualidad del Mudo, está tratado con gran claridad y, a la vez, profundidad.
"Es obvio, por ejemplo, que Gardel "actuaba la masculinidad" tal como Greta Garbo, según Luis Saslavsky, "actuaba la feminidad" desde su lesbianismo. Muchas veces —y ya en vida del cantor, como testimonia Carmencita Calderón— se ha postulado su homosexualidad, basándose, es cierto, ante todo en la ausencia de pruebas para postular que Gardel era heterosexual. Muchos gays actuales creen reconocer indicios claros en esa generosidad casi excesiva de Gardel —propia de quien siente que tiene que pagar para ser aceptado entre varones—, en esa constancia para evitar el tema del amor, en esa melancolía feroz que sólo dejaba ver, en un descuido, a los más íntimos. Como sea, este señalamiento puede llevar mucho más allá de lo anecdótico. Aunque la hipótesis indigne comprensiblemente a quienes forjaron su masculinidad imitando la imagen del ídolo, y alegre también lamentablemente a quienes ven en la homosexualidad un valor per se, es verdad que abre un amplio campo de reflexión y estudio sobre nuestro pasado. ¿En qué medida Gardel pudo haber usado en la creación de su máscara, las tácticas con que millones de hombres intentaban salvarse de la persecución y de la injuria? ¿En qué medida, para proyectarse ante el mundo, empleó tácticas de una "subcultura" gay y secreta? ¿Y cómo esa máscara consiguió sugerir, pese a todo, el tema más prohibido?"
(Algo de esto me recuerda el documental The Celluloid Closet, sobre el cual escribí una breve reseña en la añorada revista La vereda de enfrente.)

2. "La abrumadora profundidad de Steiner", de Joseph Epstein, una crítica despiadada (a veces injusta, pero otras muy certera) del último libro de George Steiner, Lecciones de los maestros.

3. Un reportaje a Saer, resumen de un programa de canal a.

4. Un poema de Ferlinghetti dedicado a la muerte de Allen Ginsberg.

5. Una extraodinaria (me quedo sin adjetivos, sería mejor que no usara más) nota de John Berger: "Diez apuntes sobre el lugar." (Como no está en la web, me reservo transcribir algún pasaje con más tiempo.)

6 comentarios:

  1. Anónimo10:10 a.m.

    Gracias Pablo!!! Yo estoy muy contento de escribir en Ñ, que llega a cien mil personas: eso hace entrar en el cuarto de un escritor un aire de realidad muy necesario después de la claustrofóbica experiencia de leer discusiones de colegas. Lo cierto es que también me gustó mucho el dossier sobre Gardel, las miradas absolutamente diferentes sobre el fenómeno popular, que me hicieron pensar el lugar común -tan cuestionado- de que veintidós años de democracia, aun con todas las limitaciones que conocemos, no pasaron al cuete.

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  2. Anónimo10:14 a.m.

    Recordá los discursos sobre el tango que existían en nuestra niñez y adolescencia: de una pobreza, un esquematismo y un conservadurismo en fin, insoportable. De todas maneras, me llama mucho la atención que, en un artículo tan largo, "el" tema del que todo el mundo habla sea la hipótesis de la homosexualidad, que yo ni siquiera asevero. Hay mucho para pensar a partir de eso eso. Y sobre todo, por qué el tema vuelve y una y otra vez, más allá de las rabietas de los fachos, y nunca se presentó en casos como el de Atahualpa Yupanqui, Libertad Lamarque, Mercedes Sosa, el Indio Solari; hay algo muy fuertemente gay en la estética gardeliana, y nadie puede obviarlo ni desmentirlo de una vez por todas.
    L

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  3. Seguro. Lo que pasa es que es un tema sabú, como dice Dolina. Y se equivocaba Barthes cuando decía que el tabú sexual estaba empezando a caer, mientras que el del lenguaje se mantenía. Parece más interesante investigar la homosexualidad del Mudo, que entender por qué nasalizaba las erres, ¿no?

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  4. Y, además, qué interesante cuando le preguntaban por ese tema a "las mujeres de Gardel". ¡Qué responsabilidad para ellas ser las custodias del Mito! Argentino, francés, incluso uruguayo, pero "lo otro", no, por favor.

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  5. ¿No se puede comparar un poco con el caso de Rodolfo Valentino? (Recuerdo de la película de Ken Russell, con Nureyev.)

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  6. Anónimo4:26 p.m.

    Más que descubrir la homosexualidad de Gardel, lo que es interesante es la obstinación en negarla, la furia con que se trata al que la pone como tema de análisis, no de relato meramente biográfico. Bueno, no voy a repetir lo que dije en el artículo, pero desde Oscar Wilde para acá es ridículo negar la implicancia política de la "visibilización" una sexualidad distinta, más aún cuando ese "hacer visible" se opera con métodos estéticos. Wilde antes, Miguel de Molina poco después, Chavela Vargas, etc. sabían a qué se exponían y lo hacían también por otros; Gardel sabía, por lo menos, qué estaba ocultando, y ese ocultamiento es en sí mismo signo, como la ausencia de marcas de destinatarios femeninos en la poesía erótica de María Elena Walsh. Tretas del débil.

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