Quisiera ser un vampiro:
morder en el cuello a bellas mujeres,
vivir para siempre, lamentándome,
ser cínico y sentimental,
y morir entre gemidos
un amanecer
a los pies de mi amada.
Pero
sólo soy un corrector
que pone comas y acentos
insignificantes,
y duerme de noche, agitado,
entre sueños que jamás recuerda.
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