La reciente -y abrumadora- campaña de Movistar parece un trabajo práctico de aplicación del libro de Naomi Klein. Parece que se fusilaron cien palos sólo para "imponer" una "marca" (fusión de otras dos), casi sin referencia alguna a un "producto" concreto. Muy impresionante.
Querida y glamorosa Naomi: no avivemos giles tampoco. Mirá lo que le pasó a Carlitos Marx, que, empeñado en predecir un futuro, dio las recetas exactas para evitarlo.
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