El otro día vi Palmetto, de Volker Schlondorff, un flojo policial basado en una novela de Hadley Chase (de los autores “negros”, para mí, también el más flojo). Trillado thriller: inocente-perdedor que sale de la cárcel y vuelve a pueblo chico, donde se involucra en un secuestro inverosímil y complicado, mujer fatal mediante. (Por suerte, ésta es la extraordinaria Elisabeth Shue, lo único que vale la pena del filme.)
¿Schlondorff fue siempre así? Algunas de sus primeras películas (El joven Torless, El tambor) eran buenas, pero, claro, se basaban en impresionantes “tanques” literarios. Lo mismo que su versión de La muerte de un viajante, ya hecha en USA. Hace poco el hombre estuvo por estos rumbos y recordó que no fue uno de los firmantes del Manifiesto de Oberhausen, el de los jóvenes cineastas alemanes de los sesenta, aunque hubiera estado de acuerdo, porque en ese momento estaba afuera del país. A lo mejor éste es su problema, estar afuera.
Son extraordinarias las observaciones de Marguerite Yourcenar a la versión de Schlondorff de "Le coup de Grâce". Por supuesto, MY no entendía nada de cine, y creía que su propia obra era inmodificable pero desnuda paso a paso, creo, esta impericia de Schlondorf disimulada detrás de los grandes textos que elegía adaptar. Figuran en una carta de MY al propio director de cine, en su corespondencia -por lo demás, creo que ésta es lo mejor de su obra. Leopoldo Brizuela
ResponderBorrarMuy buen dato, Leopoldo, no lo tenía. Tampoco firmaría que El tambor es una gran película, pero la vi cuando era bastante chico y me impresionó.
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