Cuentan que Verdi iba a estrenar una ópera y el empresario lo perseguía porque uno de los protagonistas estaba enojado por no tener un aria para lucirse en uno de los actos. Ante la molesta insistencia del empresario, Verdi, a regañadientes, toma una servilleta y borronea un aria. Era "La donna é mobile".
(Muchos años después, en un país del sur del sur, una canción llamada "Sólo le pido a Dios" casi queda afuera de un disco, porque no convencía mucho a los responsables.)
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