Crepúsculo en el campo de Gualeguay
de Juan L. Ortiz
Nada más que un sueño amarillo que se va entre talas
detrás de un vuelo bajo y encendido de verdes.
La luz es una nostalgia que alarga sus suspiros hasta las lejanías.
Los cardales secos, aéreos, de qué color?
Este paisaje es mi alma y será siempre mi alma.
Un espejo infinito para el cielo.
Sabéis, amigos, ahora, la causa de mi tristeza?
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