Hablando de Sandino (estoy leyendo El pequeño ejército loco, de Gregorio Selser). Durante la resistencia a la ocupación yanqui, a fines de la década de 1920, en Nicaragua, fue la primera vez que la Gran Democracia del Norte usó aviones bombarderos, por lo menos después de la Primera Guerra Mundial. Por supuesto, hacían estragos entre los guerrilleros y la población civil, como de costumbre. Pero también los sandinistas solían reciclar los restos de los aviones que derribaban de vez en cuando y con eso hacían nuevas armas.
Algo parecido pasó en Vietnam, según se sabe. Una de cada mil bombas (por decir un número) caía a tierra sin explotar; entonces, los vietnamitas aprovechaban el explosivo y, con latas de gaseosas abandonadas por el ejército invasor, hacían cientos de trampas cazabobos que estallaban al ser pisadas.
Hmmm, creo que pordría decirse que producto de ese mismo ingenio --en otra escala-- fue el atentado a las torres gemelas (cosa que no justifico de ninguna manera como no puedo justificar las intromisiones sin ton ni son de los americanos en todo rincón del mundo que pueda aprovecharles en algo).
ResponderBorrarAsí de impensable era que algo como eso pudiera suceder. Y sucedió. Y fallan en preguntarse por qué han generado tanto odio y se molestan cuando intelectuales como Sontag o Chomsky abren la boca.
(Lamentablemente, Sontag ya no más).
ResponderBorrarPero lo que ella dijo no se borra, por suerte, Jimena.
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