(Está circulando esta solicitada. Se reciben adhesiones.)
Frente al conflicto provocado por un obispo argentino apelamos a lo más rescatable de la tradición liberal clásica de nuestro país: durante la primera presidencia de Roca, y por la mediación de Eduardo Wilde -el intelectual más lúcido de su ministerio-, se resolvió expulsar al obispo Mattera, nuncio del Vaticano en ese momento. Semejante medida fue fundamentada, legítimamente, por el gobierno nacional de entonces al considerar inaceptable la intromisión del nuncio en los asuntos interiores de la Argentina.
Recuperamos ese incidente en razón de las analogías que presenta con la situación planteada actualmente por otro obispo frente al gobierno nacional. Circunstancia en la que el nuncio ha terciado de manera improcedente.
El primer conflicto al que aludimos se produjo en la década de 1880; el segundo en el 2005. obvio: ha pasado más de un siglo. Pero lo que no resulta tan obvio es el sinuoso continuo, esencial, que subyace a ese par de inflexiones históricas.
Sobre todo si tenemos en cuenta, además, el apoyo explícito que un diario como La Nación le presta, hoy, a las actitudes infortunadas de esos dos eclesiásticos. No sólo a través de sus editoriales, sino mediante los sofismas de sus columnistas canónicos. Tan mustias como temerarias son las estratagemas de esos escribanos porque llegan, nada menos, que a insinuar "el malestar de las fuerzas armadas" frente a la política sostenida por el gobierno nacional en este conflicto inducido por esa pareja de clérigos.
Por todas estas razones (y por otras más en las que podríamos abundar), los abajo firmantes, personas pertenecientes a un amplio espectro ideológico, declaramos de manera puntual pero categórica que coincidimos con las razones enunciadas por el gobierno nacional ante la provocativa controversia suscitada por el obispo Baseotto.
Guillermo Korn
Américo Cristófalo
David Viñas
Horacio González
Gabriela García Cedro
Pablo Valle
Pero, ¿cómo es esto? ¿No era que los liberales clásicos eran una banda de canallas cuyas estatuas había que escupir y derribar? Por favor, sicobolches argentos, un poco de coherencia.
ResponderBorrarViñas, cada vez más fascinado por la intenra del ochenta y por sumarse a la línea de los excomulgados de tribuna de doctrina
ResponderBorrar"¡Lean, che!" (Lamborghini).
ResponderBorrarGente, sin comentarios irónicos. A veces hay dos bandos y más que exhibir mordacidad y solvencia intelectual hay que firmar y tomar partido. Pablo, va mi adhesión: Elsa Drucaroff
ResponderBorrarChan-chan. Elsa Drucaroff
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