"Recuerdo entonces, concerniente a la fidelidad, el extraño coitus interruptus que viví con una mujer que volvió del baño de mi casa declarando que viendo su rostro en el espejo (ya lo saqué, entiendo por qué los odia Borges), se arrepintió y recordó deberle fidelidad a un pseudonovio extranjero. Y que se ofendió cuando a la semana me preguntó cómo estaba y le dije que mal porque no me podía ni masturbar: empezaba con la mano derecha y sentía que le debía fidelidad a la izquierda..."
(del blog Heildegger)
Ja, ja, buenísimo. Cuentito corto con moraleja. Pura culpa la fidelidad, me parece. Carucha de panóptico que nos mira al espejo. La lealtad, en cambio, eso me gusta: es compromiso y responsabilidad y no tiene ojos afuera, cada cual sabe si es leal, lo sabe desde adentro. Y no siempre fidelidad y lealtad tienen algo que ver, la lealtad, en todo caso, sea a pareja, a amigos, a ideales, siempre tiene que ver con el amor, ¿no?.
ResponderBorrarPero más allá de seriedades, el cuentito está buenísimo.