Un par de sitios con "bushismos", muy buenos.
http://www.bushwatch.com/english.htm
http://slate.msn.com/id/76886/
(Pero ese que dice "Éste es un foro abierto, así que ustedes pueden venir y escucharme" no debería escandalizar tanto. Es lo que hace mucho "demócrata" suelto por ahí, como en esas "asambleas públicas" para discutir tarifas que ya subieron. Por no hablar de otros adalides de la tolerancia, como nuestro gran ministro del Interior, exintendente de Quilmes, para más datos.)
28.5.04
27.5.04
Dos novelas "románticas"
- Bartolomé Mitre, Soledad, una novela original
Transcurre en Bolivia, en la década de 1820. Es lavadamente romántica y quizás su valor principal está en el prólogo, teórico y programático, donde se afirma que no hay novelas en Latinoamérica y que por esto se pierde el valor “histórico” que este género aportaría a las “nuevas generaciones”, ignorantes del pasado (función edificante, historiográfica, ¿protorrealista?, de la novela).
En realidad, no pasa de ser una suerte de esbozo de novela (lo cual sirve también para revalorizar a Mármol; en Amalia, el componente narrativo, si bien sub specie folletinesca, es mucho más sólido de lo que habitualmente se piensa). Al final, son todos buenos y terminan felices, el “conflicto” dura sólo unos párrafos y no se sabe bien adónde va el narrador.
Hay una interesante discusión política sobre la independencia y sus males (en boca de los dos “malos”, que al final se vuelven “buenos”). Ojo: no minimizar esta discusión. Cierto que en la novela parece un injerto forzado (aunque tiene una justificación diegética en el hecho de que el “seductor” quiere utilizar un cambio falso en su posición política revolucionaria para quedar bien con el viejo reaccionario y, para peor, futuro cornudo). La cuestión importante es que la posición política de Mitre y su generación se ve allí: el viejo reaccionario de la alta sociedad altoperuana piensa igual que los federales rosistas, según los románticos y los unitarios, en contra de la revolución de independencia. Que esta posición esté puesta en boca del personaje malo (casi degenerado, incluso, en sentido protopositivista, porque quisiera someter a la impoluta Soledad contra su voluntad) es significativo.
- José Martí, Amistad funesta
“Noveluca”, según el diminutivo cántabro que el autor elige como figura de modestia en el prólogo. Prólogo que habría que analizar cuidadosamente, como todos los prólogos de esta época: justificaciones para un género que no existe. (Ver la nota anterior, sobre la novela de Mitre.)
Resabios más románticos que modernistas: una historia de amor fatal, enmarcado en la naturaleza salvaje de un país tropical innominado. Más Perú que Cuba, me parece, porque ha pasado la Independencia y se vive un ambiente liberal, aunque moralmente hipócrita. Hay muchas referencias a esto, también.
Algo para notar: el uso del “nosotros” inclusivo, como el de Nuestra América; aparece por doquier: “nuestros países”, “nuestros jóvenes”, etc.: construcción (si bien lateral) del lugar de enunciación martiano por excelencia.
Transcurre en Bolivia, en la década de 1820. Es lavadamente romántica y quizás su valor principal está en el prólogo, teórico y programático, donde se afirma que no hay novelas en Latinoamérica y que por esto se pierde el valor “histórico” que este género aportaría a las “nuevas generaciones”, ignorantes del pasado (función edificante, historiográfica, ¿protorrealista?, de la novela).
En realidad, no pasa de ser una suerte de esbozo de novela (lo cual sirve también para revalorizar a Mármol; en Amalia, el componente narrativo, si bien sub specie folletinesca, es mucho más sólido de lo que habitualmente se piensa). Al final, son todos buenos y terminan felices, el “conflicto” dura sólo unos párrafos y no se sabe bien adónde va el narrador.
Hay una interesante discusión política sobre la independencia y sus males (en boca de los dos “malos”, que al final se vuelven “buenos”). Ojo: no minimizar esta discusión. Cierto que en la novela parece un injerto forzado (aunque tiene una justificación diegética en el hecho de que el “seductor” quiere utilizar un cambio falso en su posición política revolucionaria para quedar bien con el viejo reaccionario y, para peor, futuro cornudo). La cuestión importante es que la posición política de Mitre y su generación se ve allí: el viejo reaccionario de la alta sociedad altoperuana piensa igual que los federales rosistas, según los románticos y los unitarios, en contra de la revolución de independencia. Que esta posición esté puesta en boca del personaje malo (casi degenerado, incluso, en sentido protopositivista, porque quisiera someter a la impoluta Soledad contra su voluntad) es significativo.
- José Martí, Amistad funesta
“Noveluca”, según el diminutivo cántabro que el autor elige como figura de modestia en el prólogo. Prólogo que habría que analizar cuidadosamente, como todos los prólogos de esta época: justificaciones para un género que no existe. (Ver la nota anterior, sobre la novela de Mitre.)
Resabios más románticos que modernistas: una historia de amor fatal, enmarcado en la naturaleza salvaje de un país tropical innominado. Más Perú que Cuba, me parece, porque ha pasado la Independencia y se vive un ambiente liberal, aunque moralmente hipócrita. Hay muchas referencias a esto, también.
Algo para notar: el uso del “nosotros” inclusivo, como el de Nuestra América; aparece por doquier: “nuestros países”, “nuestros jóvenes”, etc.: construcción (si bien lateral) del lugar de enunciación martiano por excelencia.
26.5.04
Traiciones
En “Tema del traidor y del héroe” (JLB), si bien la heroicidad de Kirkpatrick es una farsa (una ficción), “en definitiva” él es un traidor. ¿Hay una verdad (textual, por lo tanto histórica)? Margen de libertad: acción ética (¿protestantismo?). Él acepta su condición de traidor, su nuevo “papel” (finge ser lo que es, como el protagonista de Anatomía humana, de Chernov, se disfraza de mujer disfrazada de hombre), pero agrega cosas de su coleto, como para dejar "una marca", una huella (Derrida).
En El juguete rabioso, de Arlt, en cambio, la traición es un relato que rompe un orden preestablecido e inaugura una historia otra (ver lo que decía Sartre sobre la delación en la tortura: relatos que, noche a noche, podían cambiar las vidas de otros).
En el cuento de JLB, la traición se disimula y se integra a la historia, como algo normal. O bien relativo. ¿Un nuevo historiador podría restituir la mascarada? Quizás, pero sin garantías de dar con la verdad y, más importante, sin estar seguro de que eso (su acción) no estuviera previsto. (Es lo que sucede con el narrador, o con el lector.) Supongamos (el cuento autoriza las suposiciones) que se descubre que realmente Kirkpatrick era un héroe y acepta ser considerado traidor (y luego héroe) para no causar una confusa lucha intestina; después de todo, los individuos, para Borges (y para los revolucionarios, ¿no?) no significan nada.
“El porvenir es inevitable, preciso, pero puede no acontecer. Dios acecha en los intervalos” (“La creación y P. H. Gosse”, en Otras inquisiciones).
En El juguete rabioso, de Arlt, en cambio, la traición es un relato que rompe un orden preestablecido e inaugura una historia otra (ver lo que decía Sartre sobre la delación en la tortura: relatos que, noche a noche, podían cambiar las vidas de otros).
En el cuento de JLB, la traición se disimula y se integra a la historia, como algo normal. O bien relativo. ¿Un nuevo historiador podría restituir la mascarada? Quizás, pero sin garantías de dar con la verdad y, más importante, sin estar seguro de que eso (su acción) no estuviera previsto. (Es lo que sucede con el narrador, o con el lector.) Supongamos (el cuento autoriza las suposiciones) que se descubre que realmente Kirkpatrick era un héroe y acepta ser considerado traidor (y luego héroe) para no causar una confusa lucha intestina; después de todo, los individuos, para Borges (y para los revolucionarios, ¿no?) no significan nada.
“El porvenir es inevitable, preciso, pero puede no acontecer. Dios acecha en los intervalos” (“La creación y P. H. Gosse”, en Otras inquisiciones).
Juan Carlos Martini, El fantasma imperfecto, Buenos Aires, Legasa, 1986.
Muchos relatos fantásticos y de terror empiezan con una “transgresión” de las “coordenadas espacio-temporales” que somete a los protagonistas a ciertas experiencias iniciáticas, en las que sólo los “puros” —desde el principio, o quizás arrepentidos— van a sobrevivir.
En El fantasma..., sucede algo similar. Se trata de una transgresión del espacio-tiempo, pero no en un nivel seudometafísico, sino sociocultural: convertir un lugar de tránsito por antonomasia (el aeropuerto) en un lugar de permanencia.
De hecho, no se sabe bien por qué Minelli llega tan temprano; y ésta es una de las cosas que más lo convierten en sospechoso (o, por lo menos, en testigo, que es algo parecido, o igualmente importante) ante los ojos del policía.
¿Aeropuerto, metáfora del mundo? No parece. Más bien, es un no lugar (cf. Augé), un espacio de pasaje que apenas se resuelve como tal, un limbo entre culturas, entre lenguajes, entre saberes.
Muchos relatos fantásticos y de terror empiezan con una “transgresión” de las “coordenadas espacio-temporales” que somete a los protagonistas a ciertas experiencias iniciáticas, en las que sólo los “puros” —desde el principio, o quizás arrepentidos— van a sobrevivir.
En El fantasma..., sucede algo similar. Se trata de una transgresión del espacio-tiempo, pero no en un nivel seudometafísico, sino sociocultural: convertir un lugar de tránsito por antonomasia (el aeropuerto) en un lugar de permanencia.
De hecho, no se sabe bien por qué Minelli llega tan temprano; y ésta es una de las cosas que más lo convierten en sospechoso (o, por lo menos, en testigo, que es algo parecido, o igualmente importante) ante los ojos del policía.
¿Aeropuerto, metáfora del mundo? No parece. Más bien, es un no lugar (cf. Augé), un espacio de pasaje que apenas se resuelve como tal, un limbo entre culturas, entre lenguajes, entre saberes.
25.5.04
Pintarse la cara
Otra de Fernández Retamar en Todo Calibán. En un artículo llamado "¿Y Ariel, ahora?”, sobre la función del intelectual latinoamericano (por lo menos, del que pretende ser revolucionario), cita in extenso un dicurso del Che en la Universidad, de 1959: "... inicié todo este ciclo en vaivenes de mi carrera como universitario, como miembro de la clase media, como médico que tenía los mismos horizontes, las mismas aspiraciones de la juventud que tendrán ustedes, y porque he cambiado en el curso de la lucha, y porque me he convencido de la necesidad imperiosa de la Revolución y de la justicia inmensa de la causa del pueblo, por eso quisiera que ustedes, hoy dueños de la Universidad, se la dieran al pueblo. No lo digo como amenaza para que mañana no se la tomen, no; lo digo simplemente porque sería un ejemplo más de los tantos bellos ejemplos que se están dando en Cuba, que los dueños de la Universidad Central de Las Villas, los estudiantes, la dieran al pueblo a través de su Gobierno Revolucionario. Y a los señores profesores, mis colegas, tengo que decirles algo parecido: hay que pintarse de negro, de mulato, de obrero y de campesino; hay que bajar al pueblo, hay que vibrar con el pueblo, es decir, las necesidades todas de Cuba entera" (las bastardillas son mías).
Con toda malicia, Emir Rodríguez Monegal ("Las metamorfosis de Calibán") critica la cita, un punto débil de RFR pero también de una cuestión que lo(s)/nos excede en mucho. (EMR la tenía clara: eligió a la CIA, sin problemas.)
"Pintarse", "bajar" son metáforas que condensan dramáticamente la posición del intelectual respecto de las clases populares. Si el Che y Martí son los ejemplos básicos (para RFR), ¿qué hacer, concretamente? Aparte de morirse, digo.
Con toda malicia, Emir Rodríguez Monegal ("Las metamorfosis de Calibán") critica la cita, un punto débil de RFR pero también de una cuestión que lo(s)/nos excede en mucho. (EMR la tenía clara: eligió a la CIA, sin problemas.)
"Pintarse", "bajar" son metáforas que condensan dramáticamente la posición del intelectual respecto de las clases populares. Si el Che y Martí son los ejemplos básicos (para RFR), ¿qué hacer, concretamente? Aparte de morirse, digo.
24.5.04
Notas sobre La guerra gaucha (1905), de Leopoldo Lugones (Buenos Aires, Centurión, 1947).
1. Relación con El payador (conferencias de 1913, libro de 1916): criollismo, nacionalismo, función de la épica (nombra romances caballerescos en “Serenata”, p. 93 y ss.); recoge las mismas coplas en ambos libros.
2. Los (abundantes) neologismos como “voluntad de estilo”: “tercerolearlo” (p. 100) en lugar de “fusilarlo” es una exhibición autorreferencial de su propia teoría al respecto, una autorización/justificación interna (muy moderno, por otra parte); las palabras se crean según las circunstancias y su necesidad, no por orden académica. “Nacionalización lingüística” (tema romántico).
3. Relación con el modernismo (tan mentada): revisando los cuentos de Darío, por ejemplo, la relación parece no centrarse tanto en el lenguaje (que en D. no es tan rebuscado, aunque también tiene neologismos y galicismos, por supuesto) como en el “género”: más estampa o tradición a lo Ricardo Palma que cuento propiamente dicho. Lo poético conspira (quizás eficazmente) contra lo narrativo; lo descriptivo no termina de integrarse (y acá el paisaje, coherentemente, es protagonista tanto como los hechos y los hombres, que son anónimos). Un dato curioso de la historia literaria es que “mucha gente” cree que se trata de una “novela” (quizás por influencia de la película, cf. infra).
4. Comparación con La guerra gaucha (1942), de Lucas Demare
Según Eduardo Romano, adapta principalmente cuatro textos: 1) “Juramento”: el oficialito realista peruano (Ángel Magaña) se pasa a los americanos por su amor hacia la viudita patriota (Amelia Bence). 2) “Carga”: los caballos con fuego en sus colas arrasan el campamento godo. 3) “Al rastro”: un hombre solo (Francisco Petrone) hace explotar la carreta-polvorín de los españoles y se bate contra ellos hasta que muere (casi de pie). 4) “Dianas”: el sacristán aparentemente realista (Enrique Muiño) avisa a los patriotas con toques de campana hasta que le tienden una trampa y lo descubren.
Pero también combina (muy hábilmente) y toma personajes y frases de otros cuentos: 5) “Alerta”: la tejedora humillada por los españoles (Dorita Ferreiro), que le rompen el telar; el niño (Carlos Campagnale) que muere por balas traicioneras y llega a la pulpería ya muerto. 6) “Sorpresa”: “Entre los oficiales de la montonera había un capitán medio literato y que sabía latín” (Sebastián Chiola). Llama “esposa” a su lanza y ejecuta a los prisioneros en combate singular. También aquí aparece un ciego que toca el himno en el violín hasta la última refriega (fusionado con el personaje de Muiño). 7) “Un lazo”: el santiagueño (René Mujica) que sabe cómo desembichar caballos pero sólo lo revela ante la premonición de su propia muerte. 8) “Güemes”: la aparición final del caudillo de los caudillos, a contrasol, como símbolo del futuro venturoso, “de derrota en derrota hasta la victoria final...”.
Muy importante: en los relatos, los héroes son anónimos; en el filme, no. Los españoles no están presentados tan cruelmente en el filme como en el original (ha pasado otra ola de hispanofilia: equivale al “recorte” del Himno; también hay que tener en cuenta el mercado español...). Hay ciertas concesiones a la fotogenia en vestuario y caracterizaciones (aunque éstas son muy buenas). El toque de western está muy bien también. (Cf. El último perro, también de Demare, que tiene más de western todavía.)
1. Relación con El payador (conferencias de 1913, libro de 1916): criollismo, nacionalismo, función de la épica (nombra romances caballerescos en “Serenata”, p. 93 y ss.); recoge las mismas coplas en ambos libros.
2. Los (abundantes) neologismos como “voluntad de estilo”: “tercerolearlo” (p. 100) en lugar de “fusilarlo” es una exhibición autorreferencial de su propia teoría al respecto, una autorización/justificación interna (muy moderno, por otra parte); las palabras se crean según las circunstancias y su necesidad, no por orden académica. “Nacionalización lingüística” (tema romántico).
3. Relación con el modernismo (tan mentada): revisando los cuentos de Darío, por ejemplo, la relación parece no centrarse tanto en el lenguaje (que en D. no es tan rebuscado, aunque también tiene neologismos y galicismos, por supuesto) como en el “género”: más estampa o tradición a lo Ricardo Palma que cuento propiamente dicho. Lo poético conspira (quizás eficazmente) contra lo narrativo; lo descriptivo no termina de integrarse (y acá el paisaje, coherentemente, es protagonista tanto como los hechos y los hombres, que son anónimos). Un dato curioso de la historia literaria es que “mucha gente” cree que se trata de una “novela” (quizás por influencia de la película, cf. infra).
4. Comparación con La guerra gaucha (1942), de Lucas Demare
Según Eduardo Romano, adapta principalmente cuatro textos: 1) “Juramento”: el oficialito realista peruano (Ángel Magaña) se pasa a los americanos por su amor hacia la viudita patriota (Amelia Bence). 2) “Carga”: los caballos con fuego en sus colas arrasan el campamento godo. 3) “Al rastro”: un hombre solo (Francisco Petrone) hace explotar la carreta-polvorín de los españoles y se bate contra ellos hasta que muere (casi de pie). 4) “Dianas”: el sacristán aparentemente realista (Enrique Muiño) avisa a los patriotas con toques de campana hasta que le tienden una trampa y lo descubren.
Pero también combina (muy hábilmente) y toma personajes y frases de otros cuentos: 5) “Alerta”: la tejedora humillada por los españoles (Dorita Ferreiro), que le rompen el telar; el niño (Carlos Campagnale) que muere por balas traicioneras y llega a la pulpería ya muerto. 6) “Sorpresa”: “Entre los oficiales de la montonera había un capitán medio literato y que sabía latín” (Sebastián Chiola). Llama “esposa” a su lanza y ejecuta a los prisioneros en combate singular. También aquí aparece un ciego que toca el himno en el violín hasta la última refriega (fusionado con el personaje de Muiño). 7) “Un lazo”: el santiagueño (René Mujica) que sabe cómo desembichar caballos pero sólo lo revela ante la premonición de su propia muerte. 8) “Güemes”: la aparición final del caudillo de los caudillos, a contrasol, como símbolo del futuro venturoso, “de derrota en derrota hasta la victoria final...”.
Muy importante: en los relatos, los héroes son anónimos; en el filme, no. Los españoles no están presentados tan cruelmente en el filme como en el original (ha pasado otra ola de hispanofilia: equivale al “recorte” del Himno; también hay que tener en cuenta el mercado español...). Hay ciertas concesiones a la fotogenia en vestuario y caracterizaciones (aunque éstas son muy buenas). El toque de western está muy bien también. (Cf. El último perro, también de Demare, que tiene más de western todavía.)
Nombres
Muchos personajes de Roberto Arlt tienen nombres de pila hispánicos combinados con apellidos centroeuropeos o sajones, como los del mismo autor: Estanislao Balder (El amor brujo), Ricardo Stephens ("Noche terrible"), Eugenio Karl ("Una tarde de domingo"), Gustavo Baer ("El traje del fantasma"), Silvio Astier (El juguete rabioso).
Pasa algo similar con el "personaje" más célebre de Borges: Juan Dahlman, de "El sur".
Pasa algo similar con el "personaje" más célebre de Borges: Juan Dahlman, de "El sur".
"I acquire with my gut and publish with my heart" (Ann Godoff, exdirectora da Random House Book Trade, despedida hace poco por razones financieras).
"La contratamos por su buen gusto, su perspicacia editorial y su trabajo brillante" (Susan Petersen Kennedy, presidente del grupo Penguin, EE. UU., al comentar la contratación de Ann Godoff).
"La contratamos por su buen gusto, su perspicacia editorial y su trabajo brillante" (Susan Petersen Kennedy, presidente del grupo Penguin, EE. UU., al comentar la contratación de Ann Godoff).
22.5.04
"Sabíamos transpor o mistério e a morte com o auxílio de algumas formas gramaticais" (Oswald de Andrade, Manifiesto antropófago).
Calibán
"... el deforme Calibán, a quien Próspero robara su isla, esclavizara y enseñara el lenguaje, lo increpa: 'Me enseñaron su lengua, y de ello obtuve / el saber maldecir. ¡La roja plaga / caiga en ustedes, por esa enseñanza!'(La tempestad, acto I, escena 2.)
(...)
Próspero invadió las islas, mató a nuestros ancestros, esclavizó a Calibán y le enseñó su idioma para entenderse con él: ¿Qué otra cosa puede hacer Calibán sino utilizar ese mismo idioma para maldecir, para desear que caiga sobre él la 'roja plaga'? No conozco otra metáfora más acertada de nuestra situación cultural, de nuestra realidad" (Roberto Fernández Retamar, Todo Calibán).
(...)
Próspero invadió las islas, mató a nuestros ancestros, esclavizó a Calibán y le enseñó su idioma para entenderse con él: ¿Qué otra cosa puede hacer Calibán sino utilizar ese mismo idioma para maldecir, para desear que caiga sobre él la 'roja plaga'? No conozco otra metáfora más acertada de nuestra situación cultural, de nuestra realidad" (Roberto Fernández Retamar, Todo Calibán).
Visón expiatorio
Sí, María Julia: todo preso es político, ¿viste?
"Las clases dominantes, decía Rodolfo Walsh, tienen una proclividad hacia el homicidio. Parafraseándolo, cabe agregar que, conforme se probó ante la Justicia de los hombres, también se inclinan al choreo" (Mario Wainfeld, en Página/12 de hoy).
"Las clases dominantes, decía Rodolfo Walsh, tienen una proclividad hacia el homicidio. Parafraseándolo, cabe agregar que, conforme se probó ante la Justicia de los hombres, también se inclinan al choreo" (Mario Wainfeld, en Página/12 de hoy).
21.5.04
20.5.04
Sobre “El escritor argentino y la tradición” (Borges). Armando Silva (Imaginarios urbanos) dice que el Tercer Mundo exhibe una sobrerrepresentación (por ejemplo, el barroco, la ropa de los cubanos en Miami, el lenguaje de los políticos...), por su condición de relegado, de periferia de un Primer Mundo que siempre es el sujeto, central, de toda enunciación y toda identidad. En el Corán tal vez no hay camellos, pero en todo caso sería porque en ese momento el islam se piensa como central, apenas debe confrontarse con otras culturas, y éstas le parecían inferiores en todo caso. La narrativa (en sentido general) del Tercer Mundo está sobrerrepresentada por esta necesidad de exhibirse, de ocupar espacios simbólicos y figurativos frente al desprecio a que la someten las narrativas centrales. No se trata de justificar el tan temido "color local", sino de ver su función táctica, es decir, política.
19.5.04
Tú no conoces las colinas
donde se derramó la sangre.
Todos huimos,
todos arrojamos
el arma y el nombre. Una mujer
nos miraba al huir.
Sólo uno de nosotros
se paró con el puño cerrado,
vio el cielo vacío,
inclinó la cabeza y murió
bajo el muro, callando.
Ahora no es más que un guiñapo de sangre
y su nombre. Una mujer
nos espera en las colinas.
Cesare Pavese
donde se derramó la sangre.
Todos huimos,
todos arrojamos
el arma y el nombre. Una mujer
nos miraba al huir.
Sólo uno de nosotros
se paró con el puño cerrado,
vio el cielo vacío,
inclinó la cabeza y murió
bajo el muro, callando.
Ahora no es más que un guiñapo de sangre
y su nombre. Una mujer
nos espera en las colinas.
Cesare Pavese
Pestes coincidentes
A mediados de septiembre de 2001, en plena "fiebre del ántrax" (¿quién se acuerda?), por una de esas "casualidades", yo estaba leyendo I promessi sposi, de Alessandro Manzoni. Más específicamente, las impresionantes escenas de la peste en Milano, con su lazaretto, los monatti, los untori... Estos últimos eran imaginarios seres perversos, casi demoníacos, a los que se atribuía la difusión de la peste, porque se decía que esparcían un polvo contaminado en los lugares donde estaba la gente... Claro, cualquier extranjero o desconocido corría el riesgo de ser considerado un untori y sumariamente lapidado.
Julio Cortázar, El examen, Buenos Aires, Sudamericana, 1986.
EScrita en 1950, no tenía lectores entonces: no podía tenerlos. (Esto lo dice el mismo Julio, pero es bastante cierto, me parece.) Sólo podía ser de publicación póstuma. Por supuesto, todo lo contrario de Rayuela. Ojo: es el mismo año de Bestiario, y habría que ver si no es una combinación (curiosa por lo prematura y por lo nunca intentada después) de la temática de los cuentos y de las novelas posteriores, siempre tan divergentes. Porque, aunque JC haya dicho que Rayuela es la filosofía que subyace en sus cuentos, no se puede minimizar tanto el elemento fantástico, que sólo aparece en sus cuentos “clásicos” (salvo “El perseguidor”), jamás en las novelas (apenas en 62). Las novelas son “realistas”, por decirlo de algún modo. (Y, por otra parte, lo fantástico moderno es más propio del cuento: ver.)
Un punto desagradable: el racismo evidente (desde hoy). “Negros”, “negritos”, “achinados”, por todas partes, además de los(las) grasas clásicos de JC. (En este caso, sobre todo, Stella, cuya relación con Andrés prefigura la de Horacio y Gekrepten.) Es como si en ese momento todavía no hubiera estado tan fijado el vocabulario “políticamente incorrecto ”. Por supuesto, esto no lo justifica, sólo permite que se transparente más.
El peronismo es visto como apocalíptico, sin duda, lo que le da cierta grandeza (involuntaria), frente la vulgaridad que habitualmente se le atribuye. Salvo que lo metafísico de todo le quita fuerza específica y concreta (por algo se nombra a don Ezequiel...). El peronismo es, en todo caso, lo argentino (cuasi ahistórico).
Escenas cortazarianas por excelencia: la batalla por el peine en el baño del Colón, el caótico preexamen en la Facultad.
Las charlas intelectuales son las mismas de hasta, por lo menos, Libro de Manuel.
(¿Clara es Aurora B.? Puede. Pincho es Manucho, sin dudas.)
¿Campo intelectual de los cincuenta? Entre Callao y el Obelisco, diría Jitrik; en realidad, hasta el Bajo.
EScrita en 1950, no tenía lectores entonces: no podía tenerlos. (Esto lo dice el mismo Julio, pero es bastante cierto, me parece.) Sólo podía ser de publicación póstuma. Por supuesto, todo lo contrario de Rayuela. Ojo: es el mismo año de Bestiario, y habría que ver si no es una combinación (curiosa por lo prematura y por lo nunca intentada después) de la temática de los cuentos y de las novelas posteriores, siempre tan divergentes. Porque, aunque JC haya dicho que Rayuela es la filosofía que subyace en sus cuentos, no se puede minimizar tanto el elemento fantástico, que sólo aparece en sus cuentos “clásicos” (salvo “El perseguidor”), jamás en las novelas (apenas en 62). Las novelas son “realistas”, por decirlo de algún modo. (Y, por otra parte, lo fantástico moderno es más propio del cuento: ver.)
Un punto desagradable: el racismo evidente (desde hoy). “Negros”, “negritos”, “achinados”, por todas partes, además de los(las) grasas clásicos de JC. (En este caso, sobre todo, Stella, cuya relación con Andrés prefigura la de Horacio y Gekrepten.) Es como si en ese momento todavía no hubiera estado tan fijado el vocabulario “políticamente incorrecto ”. Por supuesto, esto no lo justifica, sólo permite que se transparente más.
El peronismo es visto como apocalíptico, sin duda, lo que le da cierta grandeza (involuntaria), frente la vulgaridad que habitualmente se le atribuye. Salvo que lo metafísico de todo le quita fuerza específica y concreta (por algo se nombra a don Ezequiel...). El peronismo es, en todo caso, lo argentino (cuasi ahistórico).
Escenas cortazarianas por excelencia: la batalla por el peine en el baño del Colón, el caótico preexamen en la Facultad.
Las charlas intelectuales son las mismas de hasta, por lo menos, Libro de Manuel.
(¿Clara es Aurora B.? Puede. Pincho es Manucho, sin dudas.)
¿Campo intelectual de los cincuenta? Entre Callao y el Obelisco, diría Jitrik; en realidad, hasta el Bajo.
18.5.04
John Berger sobre Francis Bacon
"Puede ocurrir que el drama personal de un artista refleje, en el lapso de medio siglo, la crisis de una civilización entera. ¿Cómo? Misteriosamente. ¿No ha sido siempre despiadado el mundo? La brutalidad de hoy es tal vez más incesante, invasiva y continua. No perdona nada, ni siquiera el planeta mismo, ni a nadie vivo en sitio alguno. Siendo abstracta, porque deriva de la sola lógica de la ganancia (tan fría como un congelador), amenaza volver obsoletos todos los otros órdenes de pensamiento, junto con su tradición de enfrentar la crueldad de la vida con dignidad y algunos destellos de esperanza.
(...)
El actual período de la historia es el del Muro. Cuando cayó el de Berlín, comenzaron a desplegarse los planes expresos de construir muros por todas partes. De concreto, burocráticos, de vigilancia, de seguridad, racistas. Muros zonales. Por todos lados los muros separan a los pobres, desesperados, de aquellos que –yendo contra la esperanza– confían en mantenerse relativamente ricos. Los muros cruzan todas las esferas, de los cultivos a la atención de la salud. Existen también en las metrópolis más ricas del mundo. El Muro es la línea del frente de lo que, hace mucho, se llamaba lucha de clases."
Nota completa en Radar.
Planeta Giannettasio
Clarín de hoy:
La Plata: los estudiantes de la Facultad de Derecho se sacaron un 0,50 en un examen de cultura general
Auschwitz era un biólogo. La Argentina tiene 17 provincias y el sistema binario es un régimen de prestaciones. Eso es lo que respondieron, en general, los alumnos de la Facultad de Derecho de La Plata que respondieron un examen de cultura general. La nota promedio fue de 0,50 puntos. (...)
Entre las respuestas más llamativas se ubicó la que dijo que San Martín volvió a nuestro país porque se lo indicó su mamá, una señora llamada Eulogia Lautaro, o aquella que señaló que la caída del muro de Berlín coincidía con la caída de Adolfo Hitler. También, algunos alumnos consideraron que la Guerra Fría fue un conflicto "en el que debido a las bajas temperaturas murieron muchos soldados, como el caso de las tropas de Napoleón en Rusia". (...)
Según se indicó, sólo 8 alumnos pudieron aprobar el examen que pedía definir la Guerra Fría, decir el nombre del país de origen de Saddam Hussein, cuántas provincias tiene Argentina, qué es un analgésico, el nombre del vicepresidente de la Nación y de la vicegobernadora bonaerense, qué fue Auschwitz, quién venció en la batalla de Tucumán, nombrar cinco partes de un caballo, qué es la rosa de los vientos y decir cuántos lados tiene un dodecaedro, entre otras.
La prueba fue anónima y la mayoría de los alumnos respondió que Auschwitz fue un biólogo, que la Guerra Fría fue la Guerra de Cien Años o un "invento de Hollywood: son películas que hacía Estados Unidos para ponerse por encima del resto de las naciones".
También afirmaron que el sistema binario es un régimen de prestaciones, que la rosa de los vientos es una novela, que el país de origen de Hussein es de Afganistán, que la vicegobernadora se llama Graciela "Anastasio" y aseguraron que Argentina tiene 17 provincias o 27 provincias y "un distrito federal".
El profesor Bernardo Areco, que tomó el examen, expresó que "son jóvenes que en 10 o 15 años pueden estar manejando el país" y explicó que resolvió tomar esa prueba tras observar que la cursada no andaba bien: "Hice esas preguntas sobre conocimientos generales porque quería saber si comprendían el español".
La Plata: los estudiantes de la Facultad de Derecho se sacaron un 0,50 en un examen de cultura general
Auschwitz era un biólogo. La Argentina tiene 17 provincias y el sistema binario es un régimen de prestaciones. Eso es lo que respondieron, en general, los alumnos de la Facultad de Derecho de La Plata que respondieron un examen de cultura general. La nota promedio fue de 0,50 puntos. (...)
Entre las respuestas más llamativas se ubicó la que dijo que San Martín volvió a nuestro país porque se lo indicó su mamá, una señora llamada Eulogia Lautaro, o aquella que señaló que la caída del muro de Berlín coincidía con la caída de Adolfo Hitler. También, algunos alumnos consideraron que la Guerra Fría fue un conflicto "en el que debido a las bajas temperaturas murieron muchos soldados, como el caso de las tropas de Napoleón en Rusia". (...)
Según se indicó, sólo 8 alumnos pudieron aprobar el examen que pedía definir la Guerra Fría, decir el nombre del país de origen de Saddam Hussein, cuántas provincias tiene Argentina, qué es un analgésico, el nombre del vicepresidente de la Nación y de la vicegobernadora bonaerense, qué fue Auschwitz, quién venció en la batalla de Tucumán, nombrar cinco partes de un caballo, qué es la rosa de los vientos y decir cuántos lados tiene un dodecaedro, entre otras.
La prueba fue anónima y la mayoría de los alumnos respondió que Auschwitz fue un biólogo, que la Guerra Fría fue la Guerra de Cien Años o un "invento de Hollywood: son películas que hacía Estados Unidos para ponerse por encima del resto de las naciones".
También afirmaron que el sistema binario es un régimen de prestaciones, que la rosa de los vientos es una novela, que el país de origen de Hussein es de Afganistán, que la vicegobernadora se llama Graciela "Anastasio" y aseguraron que Argentina tiene 17 provincias o 27 provincias y "un distrito federal".
El profesor Bernardo Areco, que tomó el examen, expresó que "son jóvenes que en 10 o 15 años pueden estar manejando el país" y explicó que resolvió tomar esa prueba tras observar que la cursada no andaba bien: "Hice esas preguntas sobre conocimientos generales porque quería saber si comprendían el español".
Una obviedad
El atardecer, para Borges, es el equivalente temporal de "las orillas". Si las orillas no son ni campo ni ciudad (literalmente, una u-topía), o son ambas cosas, el atardecer no es ni día ni noche, o es ambas cosas. Desde el punto de vista perceptivo, es el momento ideal para construir una visión, entre la estridencia de la luz diurna, demasiado reveladora, difícil de negar, y el vacío perceptivo de la noche, cuando es demasiado fácil, o ya no hay nada que ver. Es decir que (viéndolo a contrapelo) niega también el mundo del trabajo. El flaneur del atardecer bien podría ser alguien que sale de su trabajo, como los personajes de Arlt, pero el yo lírico o sujeto enunciador narrativo -—"Borges"-— sale de su casa y vuelve a ella, lejos también del mundo (¿pecaminoso?) de la diversión nocturna.
("¿No es el suburbio la tarde de la ciudad?": Güiraldes, en "Una carta inédita de Ricardo Güiraldes", Síntesis, 13, junio de 1928.)
("¿No es el suburbio la tarde de la ciudad?": Güiraldes, en "Una carta inédita de Ricardo Güiraldes", Síntesis, 13, junio de 1928.)
17.5.04
Primeras novelas.
El pudor del pornógrafo, de Alan Pauls, y La ingratitud, de Matilde Sánchez, son como ejercicios de taller sobre el capítulo de las cartas en el Kafka de Deleuze-Guattari.
Del género epistolar como in-comunicación. Contactarse y, a la vez, mantener la distancia a través del discurso. (Kafka no quiere casarse, pero ¿cómo decirlo? ¿Y cómo dejar de decirlo?)
Comedias de la enunciación. (Hay tragedias de la enunciación: Glosa, de Saer.)
El pudor del pornógrafo, de Alan Pauls, y La ingratitud, de Matilde Sánchez, son como ejercicios de taller sobre el capítulo de las cartas en el Kafka de Deleuze-Guattari.
Del género epistolar como in-comunicación. Contactarse y, a la vez, mantener la distancia a través del discurso. (Kafka no quiere casarse, pero ¿cómo decirlo? ¿Y cómo dejar de decirlo?)
Comedias de la enunciación. (Hay tragedias de la enunciación: Glosa, de Saer.)
Roberto Arlt, El criador de gorilas, Buenos Aires, Futuro, 1951, 160 pp.
El problema de la unidad. ¿Los cuentos constituyen una unidad o hay que analizarlos uno por uno? De otra manera: ¿en qué hay unidad y en qué no?
Por cierto, el exotismo deliberado, la brecha cultural, la distancia geográfica y temporal (ambigua) hacen que estos relatos exhiban una narratividad más “pura” que las novelas clásicas de Arlt. Parecen no contaminados de esa referencialidad (por no decir realismo, mala palabra), aun sesgada, que lo hizo famoso. Pero se podrían rastrear algunos elementos recurrentes: “Sin honradez, en África se puede llegar a alguna parte.”
Coexistencia de lexemas provenientes del mundo “árabe” (procura ser muy detallista, abundar en color local) u oriental, con los casticismos y las cursilerías propias del estilo de Arlt, con muy poquitos lunfardismos o al menos porteñismos.
Función del narrador. Al principio, mero testigo sin nombre (podría ser el mismo observador cínico de las Aguafuertes). Después, protagonista, interviniente en las “aventuras” contadas. Hay una progresión acá, un progresivo compromiso en la acción y en el mundo que cuenta. Pero la ambigüedad persiste hasta el final: a veces es claramente occidental, otras parece árabe. Al final: el cónsul Jeffries se resiste a la dominación hipnótica del mago oriental, matándolo. (Pero está a punto de ceder, etc.)
La ciudad y el desierto. Posibilidad de referir a una barbarie que en su propio país rechaza (“odio el campo”).
Muchos relatos “incluidos”: lo exótico es un relato oral, un relato de los otros.
También en “Los hombres bestias” se registra la tentación de la barbarie, entre negros occidentales y negros caníbales. “El cuadro de civilización del puerto me causó repulsión.”
“El desierto entra a la ciudad”: constante contaminación de la barbarie y la civilización (la dicotomía no es arltiana).
El problema de la unidad. ¿Los cuentos constituyen una unidad o hay que analizarlos uno por uno? De otra manera: ¿en qué hay unidad y en qué no?
Por cierto, el exotismo deliberado, la brecha cultural, la distancia geográfica y temporal (ambigua) hacen que estos relatos exhiban una narratividad más “pura” que las novelas clásicas de Arlt. Parecen no contaminados de esa referencialidad (por no decir realismo, mala palabra), aun sesgada, que lo hizo famoso. Pero se podrían rastrear algunos elementos recurrentes: “Sin honradez, en África se puede llegar a alguna parte.”
Coexistencia de lexemas provenientes del mundo “árabe” (procura ser muy detallista, abundar en color local) u oriental, con los casticismos y las cursilerías propias del estilo de Arlt, con muy poquitos lunfardismos o al menos porteñismos.
Función del narrador. Al principio, mero testigo sin nombre (podría ser el mismo observador cínico de las Aguafuertes). Después, protagonista, interviniente en las “aventuras” contadas. Hay una progresión acá, un progresivo compromiso en la acción y en el mundo que cuenta. Pero la ambigüedad persiste hasta el final: a veces es claramente occidental, otras parece árabe. Al final: el cónsul Jeffries se resiste a la dominación hipnótica del mago oriental, matándolo. (Pero está a punto de ceder, etc.)
La ciudad y el desierto. Posibilidad de referir a una barbarie que en su propio país rechaza (“odio el campo”).
Muchos relatos “incluidos”: lo exótico es un relato oral, un relato de los otros.
También en “Los hombres bestias” se registra la tentación de la barbarie, entre negros occidentales y negros caníbales. “El cuadro de civilización del puerto me causó repulsión.”
“El desierto entra a la ciudad”: constante contaminación de la barbarie y la civilización (la dicotomía no es arltiana).
Ibáñez Menta
"... adaptación para la pantalla chica de 'La pata de mono' que me quitó el sueño durante varias noches" (Rodrigo Fresán en Página/12 de hoy).
A mí también, Rodrigo, a mí también.
A mí también, Rodrigo, a mí también.
16.5.04
Siguiendo con el tema Duhalde.
En efecto, es un personaje cinematográfico, digno de Cóppola.
Hace un tiempo, después de las elecciones generales que "ganó" Kirchner, Jorge Asís, en un reportaje televisivo, decía que Duhalde lo había sorprendido. Que sabía que era un gran ajedrecista, pero no un estratega capaz de triunfar de esa manera, como lo había hecho al imponer a su candidato y obligar a huir a su "enemigo".
Supongamos que el asombro del Turco fuera cierto.
Debió haber sospechado algo, sobre todo cuando pasó lo de Cabezas.
"Ese muerto me lo tiraron a mí", dijo E. D. apenas se enteró. Sabía perfectamente que era un mensaje mafioso de la Bonaerense, con la cual él había hecho un pacto y luego lo había roto, involuntariamente, a partir del caso AMIA. Sabía que el "caso Cabezas" era un escollo en su carrera presidencial, que Carlitos iba a aprovechar al máximo. Y dobló la apuesta.
Jamás se siguió la pista de la Bonaerense, pese a que había identikits que señalaban a notorios integrantes. Además de la evidente "zona liberada" a metros de la casa del mismo Duhalde.
Es cierto que primero se desbarrancó con la fallida maniobra de "los Pepitos". Pero después fue mucho más prolijo y audaz. Puso como culpables a "los Horneros" (pesaditos de la barra brava de Estudiantes y de la Liga Federal) e hizo que éstos imputaran a un perejil que tenía alguna relación con... Yabrán. Que era decir Menem.
Afirmar que logró el suicidio de Yabrán es demasiado, lo admito. Y también es cierto que perdió las elecciones. Pero su proyecto devaluador era prematuro y, de hecho, el malhadado interregno de De la Duda fue lo mejor que le podía pasar. Una vez que lo volteó (y después a Rodríguez Saá), tuvo el camino expedito para lograr lo que se había propuesto muchos años antes.
Ahora, y perdón por la obviedad, parece Michael Corleone en su épico y a la vez miserable final.
En efecto, es un personaje cinematográfico, digno de Cóppola.
Hace un tiempo, después de las elecciones generales que "ganó" Kirchner, Jorge Asís, en un reportaje televisivo, decía que Duhalde lo había sorprendido. Que sabía que era un gran ajedrecista, pero no un estratega capaz de triunfar de esa manera, como lo había hecho al imponer a su candidato y obligar a huir a su "enemigo".
Supongamos que el asombro del Turco fuera cierto.
Debió haber sospechado algo, sobre todo cuando pasó lo de Cabezas.
"Ese muerto me lo tiraron a mí", dijo E. D. apenas se enteró. Sabía perfectamente que era un mensaje mafioso de la Bonaerense, con la cual él había hecho un pacto y luego lo había roto, involuntariamente, a partir del caso AMIA. Sabía que el "caso Cabezas" era un escollo en su carrera presidencial, que Carlitos iba a aprovechar al máximo. Y dobló la apuesta.
Jamás se siguió la pista de la Bonaerense, pese a que había identikits que señalaban a notorios integrantes. Además de la evidente "zona liberada" a metros de la casa del mismo Duhalde.
Es cierto que primero se desbarrancó con la fallida maniobra de "los Pepitos". Pero después fue mucho más prolijo y audaz. Puso como culpables a "los Horneros" (pesaditos de la barra brava de Estudiantes y de la Liga Federal) e hizo que éstos imputaran a un perejil que tenía alguna relación con... Yabrán. Que era decir Menem.
Afirmar que logró el suicidio de Yabrán es demasiado, lo admito. Y también es cierto que perdió las elecciones. Pero su proyecto devaluador era prematuro y, de hecho, el malhadado interregno de De la Duda fue lo mejor que le podía pasar. Una vez que lo volteó (y después a Rodríguez Saá), tuvo el camino expedito para lograr lo que se había propuesto muchos años antes.
Ahora, y perdón por la obviedad, parece Michael Corleone en su épico y a la vez miserable final.
15.5.04
Esa mujer
El mejor cuento de Rodolfo Walsh y, dicen, de la literatura argentina, debe su nombre a la manera en que los demonios se refieren a la Virgen María ("illa mulher"), ya que no pueden nombrarla directamente. Y, por supuesto, hablan en latín. (Cf. Espiritualidad cristiana I. De los orígenes al siglo XII, Buenos Aires, Lumen, 2000, p. 381.)
Tarkovski
Ciclo Tarkovski en Europa-Europa. Solaris, Stalker, Andrei Rublev, etc.
Transcribo (adaptándolas) algunas notas en hojas blancas de una vieja agenda.
"Tarkovski: ¿un nuevo romanticismo?"
Un arte creado como decepción frente a las promesas (excesivas) de una revolución demasiado humana y terrenal.
Misticismo individualista: "idealismo mágico" (El sacrificio). Subjetivismo, inmolación personal. Comparar con Teorema, de PPP.
¿Nostalgia de la Edad Media (Andrei Rublev), de la infancia (La infancia de Iván)? Nostalgia, en general.
"Humanismo" de la ciencia ficción; salvación por los sueños personales (Solaris).
El artista como privilegiado, profeta, perseguido.
(Para opiniones totalmente opuestas, ver Filmología, de David Oubiña.)
Transcribo (adaptándolas) algunas notas en hojas blancas de una vieja agenda.
"Tarkovski: ¿un nuevo romanticismo?"
Un arte creado como decepción frente a las promesas (excesivas) de una revolución demasiado humana y terrenal.
Misticismo individualista: "idealismo mágico" (El sacrificio). Subjetivismo, inmolación personal. Comparar con Teorema, de PPP.
¿Nostalgia de la Edad Media (Andrei Rublev), de la infancia (La infancia de Iván)? Nostalgia, en general.
"Humanismo" de la ciencia ficción; salvación por los sueños personales (Solaris).
El artista como privilegiado, profeta, perseguido.
(Para opiniones totalmente opuestas, ver Filmología, de David Oubiña.)
14.5.04
Qué coraje
En Padre Coraje aparecieron Evita Perón, ahora Gatica. ¿Para cuándo Gina Lollobrigida en bolas?
13.5.04
Dos breves comentarios sobre Rápida y mortal, ese western de Sam Raimi con Sharon Stone como pistolera.
1. Pésima elección de título para el original The Quick and the Dead; literalmente, "Los rápidos y los muertos". Por el lugar común del Far West: "Sólo hay dos clases de hombres: los rápidos y los muertos."
2. Parece una versión (un poco lela) del filme de Hugo Santiago Ecoute voir... (aka El juego del poder), con Catherine Deneuve como detective a la Bogart. Quizás sólo por la inversión de género en un género, pero ¿no es bastante?
1. Pésima elección de título para el original The Quick and the Dead; literalmente, "Los rápidos y los muertos". Por el lugar común del Far West: "Sólo hay dos clases de hombres: los rápidos y los muertos."
2. Parece una versión (un poco lela) del filme de Hugo Santiago Ecoute voir... (aka El juego del poder), con Catherine Deneuve como detective a la Bogart. Quizás sólo por la inversión de género en un género, pero ¿no es bastante?
Pacificar la Biblioteca Nacional (?)
Sé que toda biblioteca es un enclave conservador por excelencia pero, si la Biblioteca Nacional debe ser "pacificada", según la pintoresca expresión del no menos pintoresco secretario de Cultura, debe de ser un lugar interesante. (Quizás en el sentido de la famosa maldición china, pero interesante al fin.)
12.5.04
Juicio
Dicen que, en la antigua Grecia, Córax fue el inventor de la argumentación retórica. Y que Tisias era su discípulo. El acuerdo era que, si Tisias ganaba su primer juicio, le pagaría a su maestro; si lo perdía, no.
Cuando termina sus estudios, Tisias hace su primer juicio... contra su maestro. Afirma no deberle nada. Si gana el juicio, no le paga. Si lo pierde, tampoco (por el arreglo). Córax contraataca: si Tisias gana, debe pagarle (por el arreglo). Si pierde, también debe pagarle.
Dicen que los jueces, ante el insoluble dilema, corrieron a bastonazos a los astutos contendientes.
Cuando termina sus estudios, Tisias hace su primer juicio... contra su maestro. Afirma no deberle nada. Si gana el juicio, no le paga. Si lo pierde, tampoco (por el arreglo). Córax contraataca: si Tisias gana, debe pagarle (por el arreglo). Si pierde, también debe pagarle.
Dicen que los jueces, ante el insoluble dilema, corrieron a bastonazos a los astutos contendientes.
"O único destino nobre de um escritor que se publica é não ter uma celebridade que mereça. Mas o verdadeiro destino nobre é o do escritor que não se publica. Não digo que não escreva, porque esse não é escritor. Digo do que por natureza escreve, e por condição espiritual não oferece o que escreve" (Fernando Pessoa).
Madre
Luis Kancyper ("Complejo de Edipo y complejo fraterno en la vida y la obra de Franz Kafka") afirma que dentro de la Carta al padre, de Kafka, hay otra "Carta a la madre", menos visible, por supuesto, pero mucho más angustiada y reclamante.
¿No habrá, dentro de toda carta, una carta al padre, superficial, y una carta a la madre, oculta?
Por esto, quizás, ninguna respuesta satisface.
¿No habrá, dentro de toda carta, una carta al padre, superficial, y una carta a la madre, oculta?
Por esto, quizás, ninguna respuesta satisface.
Graffiti
En algunos mingitorios de Ciudad Universitaria (pabellón III, planta baja), hay un graffiti con la cara de Carlos Saúl M. sobre un blanco de tiro y, abajo, el cuasi anagrama: MEENME.
11.5.04
10.5.04
Ediciones
Para una historia de la decadencia de la edición en Argentina.
Ver bibliografías de, por ejemplo, psicoanálisis.
Si el libro original (en inglés, francés, italiano, etc.) se publicó en la década del sesenta o principios de los setenta, la edición argentina lo sigue en uno o dos años; después, quizás haya ediciones españolas.
A partir de los ochenta, el orden se invierte. Primero, la edición española y después, con suerte, si la hay, la argentina.
Ejemplo:
WINNICOTT, D. W. (1971): Playing and Reality, Londres, Tavistock.
Versión castellana: Realidad y juego, Buenos Aires, Granica, 1972.
Versión italiana: Gioco e realtà, Roma, Armando, 1974.
Otra versión castellana: Barcelona, Gedisa, 1979.
Ver bibliografías de, por ejemplo, psicoanálisis.
Si el libro original (en inglés, francés, italiano, etc.) se publicó en la década del sesenta o principios de los setenta, la edición argentina lo sigue en uno o dos años; después, quizás haya ediciones españolas.
A partir de los ochenta, el orden se invierte. Primero, la edición española y después, con suerte, si la hay, la argentina.
Ejemplo:
WINNICOTT, D. W. (1971): Playing and Reality, Londres, Tavistock.
Versión castellana: Realidad y juego, Buenos Aires, Granica, 1972.
Versión italiana: Gioco e realtà, Roma, Armando, 1974.
Otra versión castellana: Barcelona, Gedisa, 1979.
Verdades
Es famoso este relato zen (creo que también existe en otras tradiciones, pero suena muy “zen”).
En un juicio, un contendiente afirma X, y el juez le da la razón. El otro contendiente afirma no-X, y el juez también le da la razón. Un amanuense se queja ante el juez: "Dio la razón a ambos, que afirmaban cosas contradictorias." El juez, entonces, le da la razón también a él.
¿Pueden ser verdaderos dos enunciados contradictorios? Sí, de varias maneras. Todas involucran algún desplazamiento de la noción de “verdadero”. Por ejemplo, del enunciado a la enunciación: “No importa qué se diga, sino quién lo dice.”
Al final de Haz lo correcto, la película de Spike Lee, aparecen dos largas citas que dicen cosas contradictorias, una de Martin Luther King (pacifista) y otra de Malcolm X (violenta). ¿Quién decía la “verdad”? Ambos, parece decir Spike Lee (aunque después hizo una película sobre Malcolm X y no sobre Martin Luther King.) Ambos, porque son negros. Variante del “black is beautiful”: “black is true”.
En un debate televisivo, estaban Graciela Fernández Meijide, Silvia Suller y María Elena Oddone (pionera feminista argentina). Suller habló a favor de la prostitución femenina (lo digo así para simplificar); Fernández Meijide, en contra. Oddone les dio la razón a ambas. Ambas tenían razón, por ser mujeres.
Hipótesis: trasladar la noción de verdad del enunciado a la enunciación es, por lo menos, destacar su naturaleza estratégica, es decir, política.
En un juicio, un contendiente afirma X, y el juez le da la razón. El otro contendiente afirma no-X, y el juez también le da la razón. Un amanuense se queja ante el juez: "Dio la razón a ambos, que afirmaban cosas contradictorias." El juez, entonces, le da la razón también a él.
¿Pueden ser verdaderos dos enunciados contradictorios? Sí, de varias maneras. Todas involucran algún desplazamiento de la noción de “verdadero”. Por ejemplo, del enunciado a la enunciación: “No importa qué se diga, sino quién lo dice.”
Al final de Haz lo correcto, la película de Spike Lee, aparecen dos largas citas que dicen cosas contradictorias, una de Martin Luther King (pacifista) y otra de Malcolm X (violenta). ¿Quién decía la “verdad”? Ambos, parece decir Spike Lee (aunque después hizo una película sobre Malcolm X y no sobre Martin Luther King.) Ambos, porque son negros. Variante del “black is beautiful”: “black is true”.
En un debate televisivo, estaban Graciela Fernández Meijide, Silvia Suller y María Elena Oddone (pionera feminista argentina). Suller habló a favor de la prostitución femenina (lo digo así para simplificar); Fernández Meijide, en contra. Oddone les dio la razón a ambas. Ambas tenían razón, por ser mujeres.
Hipótesis: trasladar la noción de verdad del enunciado a la enunciación es, por lo menos, destacar su naturaleza estratégica, es decir, política.
8.5.04
--¿Crees que los cineastas gays son mejores directores?
--No mejores... Más conscientes, si acaso. Conscientes de las relaciones en un sistema de clases, de las relaciones de poder a cualquier nivel.
(Rainer Werner Fassbinder, entrevistado por Boze Hadleigh, en Conversaciones secretas, Barcelona, Ultramar, 1987.)
--No mejores... Más conscientes, si acaso. Conscientes de las relaciones en un sistema de clases, de las relaciones de poder a cualquier nivel.
(Rainer Werner Fassbinder, entrevistado por Boze Hadleigh, en Conversaciones secretas, Barcelona, Ultramar, 1987.)
El exsubcomisario Patti, en un reportaje televisivo, dijo que a él los "chorros" lo respetaban porque, cuando caían presos, no les inventaba causas ni se metía con sus familias.
"No hay que ser Umberto Eco" (decía Gian María Volonté, como director de un diario sensacionalista en una vieja película de Bellocchio, Violación en primera página) para inferir que ésa debe de ser una práctica habitual en otros policías.
Gracias, Patti.
"No hay que ser Umberto Eco" (decía Gian María Volonté, como director de un diario sensacionalista en una vieja película de Bellocchio, Violación en primera página) para inferir que ésa debe de ser una práctica habitual en otros policías.
Gracias, Patti.
Destino: parodia
Los géneros clásicos (western, policial, terror), ya hipercodificados, parecen destinados a la parodia permanente, a la continua autorreferencia que, si en los mejores ejemplos invita al espectador a "participar" en el rellenado de los huecos narrativos (cf. El amigo americano, de Wenders), en los peores produce una sensación permanente y a veces frustrante de déjà-vu.
Una conversación seria
--Se tiende a considerar discípulos suyos a algunos directores de cine americanos: Robert Aldrich, Nicholas Ray...
No he visto nada de Aldrich. De Nicholas Ray, sí: no me interesa. Me fui de la sala después de cuatro bobinas de Rebelde sin causa. Me pongo furioso sólo de pensar en este film.
--¿Qué opina de Vincente Minnelli?
Por favor, esta es una conversación seria. Hemos dicho que íbamos a hablar sólo de cineastas.
(Orson Welles, entrevistado por André Bazin y otros)
No he visto nada de Aldrich. De Nicholas Ray, sí: no me interesa. Me fui de la sala después de cuatro bobinas de Rebelde sin causa. Me pongo furioso sólo de pensar en este film.
--¿Qué opina de Vincente Minnelli?
Por favor, esta es una conversación seria. Hemos dicho que íbamos a hablar sólo de cineastas.
(Orson Welles, entrevistado por André Bazin y otros)
Docentes UBA
Está planteado un plan de lucha (votado por CONADU Histórica y por AGD-UBA) para los días 11, 12, 20 y 21 de mayo.
Este plan de lucha, votado el 24 de abril, tiene como eje los siguientes reclamos:
a) triplicación del presupuesto universitario;
b) incremento salarial de emergencia de $250, recomposición del nomenclador docente y recomposición de un 40% del salario;
c) renta para todos los docentes ad honorem, y
d) democratización de la universidad.
EN ESTE MOMENTO HAY PLATA. PERO LOS DOCENTES UNIVERSITARIOS SEGUIMOS COBRANDO EL MISMO SUELDO DESDE HACE 12 AÑOS. El superávit fiscal primario del primer trimestre es de $3.400 millones. Esta suma, que hoy disputan el Fondo Monetario Internacional, las privatizadas y los bancos, podría ser destinada a salud y educación.
El colmo de la discriminación hacia la Universidad y sus trabajadores se hizo visible cuando no fuimos incluidos entre los estatales que recibirán el magro incremento salarial de $150 que el gobierno anunció el 3 de mayo pasado. ES INAUDITO: FUIMOS ESTATALES PARA EL RECORTE DEL 13%, NO LO SOMOS PARA ESTE INCREMENTO. ESTO CONSTITUYE UN ATAQUE A LA UNIVERSIDAD PÚBLICA.
Este plan de lucha, votado el 24 de abril, tiene como eje los siguientes reclamos:
a) triplicación del presupuesto universitario;
b) incremento salarial de emergencia de $250, recomposición del nomenclador docente y recomposición de un 40% del salario;
c) renta para todos los docentes ad honorem, y
d) democratización de la universidad.
EN ESTE MOMENTO HAY PLATA. PERO LOS DOCENTES UNIVERSITARIOS SEGUIMOS COBRANDO EL MISMO SUELDO DESDE HACE 12 AÑOS. El superávit fiscal primario del primer trimestre es de $3.400 millones. Esta suma, que hoy disputan el Fondo Monetario Internacional, las privatizadas y los bancos, podría ser destinada a salud y educación.
El colmo de la discriminación hacia la Universidad y sus trabajadores se hizo visible cuando no fuimos incluidos entre los estatales que recibirán el magro incremento salarial de $150 que el gobierno anunció el 3 de mayo pasado. ES INAUDITO: FUIMOS ESTATALES PARA EL RECORTE DEL 13%, NO LO SOMOS PARA ESTE INCREMENTO. ESTO CONSTITUYE UN ATAQUE A LA UNIVERSIDAD PÚBLICA.
7.5.04
Manuel Puig, The Buenos Aires Affair, Buenos Aires, Sudamericana, 1973.
Era la novela de Puig que menos recordaba. Estuvo muy bien releerla a 30 años de su primera edición.
¿Novela policial (como dice el célebre paratexto de la portadilla)? Por supuesto, no. Menos aún que La pesquisa, de Saer, o Los hombres duros no bailan, de Mailer: ejemplos extremos de la operación de forzar un género (retorcida, brillantemente) a entrar en el sistema narrativo y estético de un autor “fuerte”.
Obsesión sexual en Puig: más que en La traición... y Boquitas, diría yo.
Fascinante el uso de las notas al pie en el capítulo en que Gladys se masturba (cuentan precisamente eso). Comparar con el funcionamiento del mismo recurso en El beso...
La realidad sociopolítica se “filtra” permanentemente, en un (aparente) segundo plano que sólo en los últimos tiempos puede apreciarse bien, creo: en realidad, hay referencias constantes a la guerrilla, los Montoneros, Perón.
Sobre la ausencia de narrador en Puig, tan remanida, un punto de vista distinto (del propio Puig): él decía que no ponía narrador en sus novelas porque lo aburría su propia voz.
Era la novela de Puig que menos recordaba. Estuvo muy bien releerla a 30 años de su primera edición.
¿Novela policial (como dice el célebre paratexto de la portadilla)? Por supuesto, no. Menos aún que La pesquisa, de Saer, o Los hombres duros no bailan, de Mailer: ejemplos extremos de la operación de forzar un género (retorcida, brillantemente) a entrar en el sistema narrativo y estético de un autor “fuerte”.
Obsesión sexual en Puig: más que en La traición... y Boquitas, diría yo.
Fascinante el uso de las notas al pie en el capítulo en que Gladys se masturba (cuentan precisamente eso). Comparar con el funcionamiento del mismo recurso en El beso...
La realidad sociopolítica se “filtra” permanentemente, en un (aparente) segundo plano que sólo en los últimos tiempos puede apreciarse bien, creo: en realidad, hay referencias constantes a la guerrilla, los Montoneros, Perón.
Sobre la ausencia de narrador en Puig, tan remanida, un punto de vista distinto (del propio Puig): él decía que no ponía narrador en sus novelas porque lo aburría su propia voz.
Tasas de mortalidad infantil según las Naciones Unidas.
Algunos ejemplos.
Australia 6
Austria 5
Argentina 20
Bélgica 4
Brasil 38
Chile 12
Cuba 7
EE.UU. 7
Israel 6
Turquía 40
Completas aquí.
Algunos ejemplos.
Australia 6
Austria 5
Argentina 20
Bélgica 4
Brasil 38
Chile 12
Cuba 7
EE.UU. 7
Israel 6
Turquía 40
Completas aquí.
Democracia(s)
No es ninguna novedad: los Estados Unidos tienen el "democraciómetro", aparato que establece qué régimen es democrático y qué país puede calificarse como tal. Últimamente, el dispositivo ha sido muy generoso; son democracias, por ejemplo, Suiza, Nicaragua, Turquía, posiblemente Arabia Saudita (monarquía tan pluralista como España o Inglaterra, parece), el Perú de Fujimori (que cerró el Congreso), el México del PRI como partido único y el México de Fox (pero no ese donde casi gana Cárdenas), la Argentina de Menem-De la Rúa-Rodríguez Sáa-Duhalde, etc., la Rusia desde Yeltsin (éste es el mejor chiste de todos), Paquistán (acá la aguja vacila un poco, pero amigos son los amigos), el futuro Iraq y casi todos los demás países del mundo.
Ah, también Estados Unidos, donde su actual presidente llegó al poder mediante estratagemas dignas del Tercer Mundo (cf. Michael Moore).
Pero algo hay seguro, aunque misterioso: Cuba no es una democracia.
Más misteriosamente aún, los intelectuales y demás biempensantes del mundo están de acuerdo con todo esto.
Bueno, estas almas delicadas tendrán lo que se merecen (aunque la cuenta siempre la termina pagando otro).
Ah, también Estados Unidos, donde su actual presidente llegó al poder mediante estratagemas dignas del Tercer Mundo (cf. Michael Moore).
Pero algo hay seguro, aunque misterioso: Cuba no es una democracia.
Más misteriosamente aún, los intelectuales y demás biempensantes del mundo están de acuerdo con todo esto.
Bueno, estas almas delicadas tendrán lo que se merecen (aunque la cuenta siempre la termina pagando otro).
5.5.04
Dale que va
"En la Argentina hay más de 8.600 chicos menores de 18 años que están privados de la libertad por motivos penales o asistenciales, según un estudio del Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS)... durante 2002 se recibieron 1500 denuncias de torturas a menores en dependencias policiales."
Nota completa en Clarín de hoy.
Nota completa en Clarín de hoy.
4.5.04
Ceguera
Me atrevería a conjeturar que la ceguera borgesiana es equivalente al astigmatismo del Greco, como "proyecto" en sentido sartreano. (Para Sartre, no era que El Greco pintara las figuras "alargadas" porque era astigmático, sino que era astigmático para pintar así.)
Borges siempre ve "lo que quiere ver": "Al recorrer las pruebas de este libro, advierto con algún desagrado que la ceguera ocupa un lugar plañidero que no ocupa en mi vida. La ceguera es una clausura, pero también es una liberación, una soledad propicia a las invenciones, una llave y un álgebra" ("Prólogo" a La rosa profunda).
Lezama Lima dice algo parecido respecto del Aleijadinho, el escultor sin manos: "Con su gran lepra, que está también en la raíz proliferante de su arte, riza y multiplica, bate y acrece lo hispánico con lo negro."
Borges siempre ve "lo que quiere ver": "Al recorrer las pruebas de este libro, advierto con algún desagrado que la ceguera ocupa un lugar plañidero que no ocupa en mi vida. La ceguera es una clausura, pero también es una liberación, una soledad propicia a las invenciones, una llave y un álgebra" ("Prólogo" a La rosa profunda).
Lezama Lima dice algo parecido respecto del Aleijadinho, el escultor sin manos: "Con su gran lepra, que está también en la raíz proliferante de su arte, riza y multiplica, bate y acrece lo hispánico con lo negro."
El guionista de Citizen Kane
(Extraído de Pauline Kael en El libro de El Ciudadano, Buenos Aires, Ediciones de la Flor, 1976.)
En su autobiografía, Ben Hecht cuenta que estaba en Nueva York y no tenía un centavo --era probablemente el invierno de 1926-- y que recibió un telegrama de Herman Mankiewicz, desde Hollywood:
¿ACEPTAS TRESCIENTOS DÓLARES POR SEMANA PARA TRABAJAR EN PARAMOUNT PICTURES? TODOS GASTOS PAGOS. LOS TRESCIENTOS NO SON NADA. HAY MILLONES PARA AGARRAR AQUÍ Y TU ÚNICA COMPETENCIA SON LOS IDIOTAS. NO SE LO CUENTES A NADIE.
***
Orson Welles no estaba cerca cuando Citizen Kane se escribió, a principios del año 1940. Mankiewicz, dando saltos con una pierna rota y enyesada, fue enviado --para alejarlo de la tentación-- al Guest Ranch de Mrs. Campbell, en Victorville, California, a sesenta y cinco millas (más de cien kilómetros) de Los Ángeles, para escribir el guión. Lo vigilaban una enfermera y una secretaria, y John Houseman se encargaba de hacerlo trabajar; todos vivieron allí unos tres meses; era una combinación de rancho de lujo y casa de reposo, con bebidas alcohólicas prohibidas e inconseguibles, hasta terminar la primera versión de Citizen Kane, que llevó el título tan sencillo como imponente de American.
***
La actitud de Mankiewicz hacia sí mismo y su trabajo queda resumida en un cuento de verdad, tan breve como famoso: un amigo que no lo veía hacía tiempo le preguntó --¿Cómo está Sara?
--¿Quién? --Mankiewicz estaba perplejo.
--Sara, tu esposa, Sara.
--Ah, quieres decir La Pobre Sara.
***
Hay muchas clases diferentes de sentido del humor, y el que a veces asoma a través de las anécdotas de Mankiewicz es el alma perversa del mismo Kane. Tenemos, por ejemplo, lo que cuenta Ezra Goodman en su libro The Fifty Year Decline and Fall of Hollywood. Hollywood no era a menudo elegante ni correcta, pero el productor Arthur Hornblow, Jr., era famoso por lo finas y distinguidas que eran sus reuniones sociales. En una comida que ofreció a varios notables de Hollywood, Herman Mankiewicz bebió demasiado y vomitó sobre la mesa. “Un silencio mortal descendió sobre los invitados... Mankiewicz lo quebró diciendo: ‘Está bien, Arthur, el vino blanco salió junto con el pescado’.”
***
Un hombre que en tales circunstancias podía triunfar sobre su anfitrión era un compañero apropiado para Welles. Los dos comían mucho, hablaban mucho, gastaban mucho y tenían mucho talento; no eran hombres a los que generalmente se llama “de buena conducta y buen carácter”. Querían ganarle a Hearst pero también querían ganarse uno al otro. La única frase religiosa que jamás le haya sido atribuida a Mankiewicz se pronunció, supuestamente, durante la filmación de Citizen Kane: Welles pasaba cerca y Mankiewicz murmuró: “Ahí, por la gracia de Dios, va Dios.”
***
En 1947, Ferdinand Lundberg demandó a Orson Welles, Herman J. Mankiewicz y la R.K.O. Radio Pictures, Inc., por 250.000 dólares, por violación de derechos registrados y propiedad intelectual, alegando que Citizen Kane era un plagio de su libro Imperial Hearst. (...) Mankiewicz, en un gesto final de desprecio por la acusación, trajo consigo un inventario de su biblioteca y se lo arrojó a los abogados de la R.K.O., para demostrarles la amplitud y profundidad de su cultura. Era un inventario preparado por Sara unos años antes, cuando habían alquilado su casa de Tower Road por necesidad económica; nadie se había molestado en examinar el inventario, ni siquiera los abogados de la R.K.O. antes de ese momento. Pero los abogados de Lundberg sí lo hicieron; fueron a la letra “L” y allí, bien ubicados bajo el rubro “Lundberg”, figuraban tres ejemplares de Imperial Hearst.
En su autobiografía, Ben Hecht cuenta que estaba en Nueva York y no tenía un centavo --era probablemente el invierno de 1926-- y que recibió un telegrama de Herman Mankiewicz, desde Hollywood:
¿ACEPTAS TRESCIENTOS DÓLARES POR SEMANA PARA TRABAJAR EN PARAMOUNT PICTURES? TODOS GASTOS PAGOS. LOS TRESCIENTOS NO SON NADA. HAY MILLONES PARA AGARRAR AQUÍ Y TU ÚNICA COMPETENCIA SON LOS IDIOTAS. NO SE LO CUENTES A NADIE.
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Orson Welles no estaba cerca cuando Citizen Kane se escribió, a principios del año 1940. Mankiewicz, dando saltos con una pierna rota y enyesada, fue enviado --para alejarlo de la tentación-- al Guest Ranch de Mrs. Campbell, en Victorville, California, a sesenta y cinco millas (más de cien kilómetros) de Los Ángeles, para escribir el guión. Lo vigilaban una enfermera y una secretaria, y John Houseman se encargaba de hacerlo trabajar; todos vivieron allí unos tres meses; era una combinación de rancho de lujo y casa de reposo, con bebidas alcohólicas prohibidas e inconseguibles, hasta terminar la primera versión de Citizen Kane, que llevó el título tan sencillo como imponente de American.
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La actitud de Mankiewicz hacia sí mismo y su trabajo queda resumida en un cuento de verdad, tan breve como famoso: un amigo que no lo veía hacía tiempo le preguntó --¿Cómo está Sara?
--¿Quién? --Mankiewicz estaba perplejo.
--Sara, tu esposa, Sara.
--Ah, quieres decir La Pobre Sara.
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Hay muchas clases diferentes de sentido del humor, y el que a veces asoma a través de las anécdotas de Mankiewicz es el alma perversa del mismo Kane. Tenemos, por ejemplo, lo que cuenta Ezra Goodman en su libro The Fifty Year Decline and Fall of Hollywood. Hollywood no era a menudo elegante ni correcta, pero el productor Arthur Hornblow, Jr., era famoso por lo finas y distinguidas que eran sus reuniones sociales. En una comida que ofreció a varios notables de Hollywood, Herman Mankiewicz bebió demasiado y vomitó sobre la mesa. “Un silencio mortal descendió sobre los invitados... Mankiewicz lo quebró diciendo: ‘Está bien, Arthur, el vino blanco salió junto con el pescado’.”
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Un hombre que en tales circunstancias podía triunfar sobre su anfitrión era un compañero apropiado para Welles. Los dos comían mucho, hablaban mucho, gastaban mucho y tenían mucho talento; no eran hombres a los que generalmente se llama “de buena conducta y buen carácter”. Querían ganarle a Hearst pero también querían ganarse uno al otro. La única frase religiosa que jamás le haya sido atribuida a Mankiewicz se pronunció, supuestamente, durante la filmación de Citizen Kane: Welles pasaba cerca y Mankiewicz murmuró: “Ahí, por la gracia de Dios, va Dios.”
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En 1947, Ferdinand Lundberg demandó a Orson Welles, Herman J. Mankiewicz y la R.K.O. Radio Pictures, Inc., por 250.000 dólares, por violación de derechos registrados y propiedad intelectual, alegando que Citizen Kane era un plagio de su libro Imperial Hearst. (...) Mankiewicz, en un gesto final de desprecio por la acusación, trajo consigo un inventario de su biblioteca y se lo arrojó a los abogados de la R.K.O., para demostrarles la amplitud y profundidad de su cultura. Era un inventario preparado por Sara unos años antes, cuando habían alquilado su casa de Tower Road por necesidad económica; nadie se había molestado en examinar el inventario, ni siquiera los abogados de la R.K.O. antes de ese momento. Pero los abogados de Lundberg sí lo hicieron; fueron a la letra “L” y allí, bien ubicados bajo el rubro “Lundberg”, figuraban tres ejemplares de Imperial Hearst.
3.5.04
Gustos
Una vez, le preguntaron a Orson Welles cuáles eran los directores de cine que admiraba. Él respondió, imprevisiblemente, “De Sica”. Y agregó, como regodeándose: “Ya sé que les estoy decepcionando.” Claro, Vittorio De Sica es el tipo de cineasta más opuesto posible a Welles, por razones que no tengo tiempo de detallar. Pero lo que importa es que un genio sólo admite competencia del que menos se le parece.
La misma lógica empleó una vez el Beto Alonso. Cuando estaba cerca del retiro, le preguntaron qué jugador de River le gustaba, a cuál consideraba un posible sucesor. (Esperaban que dijera “Gorosito”.) Él contestó, imprevisiblemente, “Troglio”.
La misma lógica empleó una vez el Beto Alonso. Cuando estaba cerca del retiro, le preguntaron qué jugador de River le gustaba, a cuál consideraba un posible sucesor. (Esperaban que dijera “Gorosito”.) Él contestó, imprevisiblemente, “Troglio”.
Lulú
"Nunca llegué a imaginarme que el público pudiera pensar que la vida privada de una actriz era la que se reflejaba en la pantalla, hasta que en 1964 recibí la visita de un muchacho francés. Cuando me explicaba por qué a los jóvenes parisinos les gustaba tanto Die Büchse der Pandora, hizo un comentario que me dejó pensativa.
--Hablas como si yo fuera de verdad lesbiana --le dije.
--¡Pues claro que sí! --respondió, con tal convicción que me eché a reír al darme cuenta de que había estado viviendo en 'perversión cinematográfica' durante treinta y cinco años" (Louise Brooks, Lulú en Hollywood, Barcelona, Ultramar, 1984).
--Hablas como si yo fuera de verdad lesbiana --le dije.
--¡Pues claro que sí! --respondió, con tal convicción que me eché a reír al darme cuenta de que había estado viviendo en 'perversión cinematográfica' durante treinta y cinco años" (Louise Brooks, Lulú en Hollywood, Barcelona, Ultramar, 1984).
“La producción de filmes está a punto de sucumbir por escasez de asuntos... ¿Estará, pues, agotada la creación artística en el cine?” (Horacio Quiroga, 1919).
“Antes la muerte del arte que el realismo socialista” (Theodor W. Adorno). “Antes la muerte del cine que el doblaje con actores argentinos” (un amigo).
Las FM y el tiempo
En El perjurio de la nieve (adaptado por Torre Nilsson y su padre en memorable filme, El crimen de Oribe), Bioy Casares imagina la siguiente historia. Un padre viudo, que vive con sus hijas, ha ideado la fórmula para detener el tiempo: se trata de repetir, día tras día, todo acto, cada mínimo gesto de la cotidianidad, sin ninguna variación perceptible. (La irrupción de un extraño, Oribe, precipita el desastre, reconvocando al tiempo artificialmente detenido.)
Algo así deben haber planeado ciertas FM. Día tras día, suenan las mismas horribles canciones, a la misma hora, como inútiles conjuros contra el paso del tiempo. Inútiles, casi patéticos, porque el tiempo, bajo la áspera forma de la moda y el ránking, tarde o temprano, arrasa con todo espejismo.
Algo así deben haber planeado ciertas FM. Día tras día, suenan las mismas horribles canciones, a la misma hora, como inútiles conjuros contra el paso del tiempo. Inútiles, casi patéticos, porque el tiempo, bajo la áspera forma de la moda y el ránking, tarde o temprano, arrasa con todo espejismo.
1.5.04
Gran noticia
Parece que los soldados norteamericanos torturan a los prisioneros iraquíes.
Nota en Clarín.
En otro orden de cosas, parece que hay arena en el desierto y hace bastante calor, pero a la noche refresca.
Nota en Clarín.
En otro orden de cosas, parece que hay arena en el desierto y hace bastante calor, pero a la noche refresca.
Yo era
Esta anécdota está contada en los dos libros reseñados anteriormente (con variantes y desde distintos puntos de vista).
Reunión de intelectuales con el Che.
Uno de ellos le dice que está muy angustiado porque no sabe cómo servir mejor a la Revolución.
El Che le pregunta: "¿Y usted a qué se dedica?"
"Soy escritor", le responde el otro.
"Ah --dice el Che--. Yo era médico."
Reunión de intelectuales con el Che.
Uno de ellos le dice que está muy angustiado porque no sabe cómo servir mejor a la Revolución.
El Che le pregunta: "¿Y usted a qué se dedica?"
"Soy escritor", le responde el otro.
"Ah --dice el Che--. Yo era médico."
Francisco Urondo, Los pasos previos, Buenos Aires, Adriana Hidalgo, 2000.
La única novela escrita por Paco Urondo, de 1971, es un complemento ideal para Entre la pluma y el fusil. “Situación de los intelectuales en la década del sesenta, frente a la disyuntiva que les plantea una época aparentemente prerrevolucionaria, tironeados entre sus vocaciones y la tiranía de la política.” Etcétera.
Si hasta hay un congreso en Cuba, el mismo que Claudia Gilman cuenta analiza en su libro.
Claro que acá, desde la ficción, se “ven” muchas otras cosas. ¿“Subjetividades representadas”, se dice ahora?
Algo hay de novela en clave, también. Un grupo de teatro que se vuelca al cine, como el de Stivel (¿Schneider?).
Y el relato ficcional está puntuado por documentos que cuentan la historia de Felipe Vallese primero y de Raimundo Ongaro y la CGT de los Argentinos después.
Los cuatro personajes centrales se llaman como los cuatro apóstoles: Juan, Mateo, Marcos y Lucas. (Yo pensé que Lucas era Cortázar, pero ahora no lo creo. El más parecido a Urondo es Mateo. A Marcos lo persigue la CIA, en paralelo con la historia de Roque Dalton, que fue imputado como traidor por sus propios compañeros.) Son todos futuros guerrilleros, que se van formando en las etapas previas de la lucha, hasta desembocar en el episodio de los supermercados Minimax, durante la visita de Rockefeller. Todo lo cual remite, por supuesto, a que Cristo sería el Che.
La única novela escrita por Paco Urondo, de 1971, es un complemento ideal para Entre la pluma y el fusil. “Situación de los intelectuales en la década del sesenta, frente a la disyuntiva que les plantea una época aparentemente prerrevolucionaria, tironeados entre sus vocaciones y la tiranía de la política.” Etcétera.
Si hasta hay un congreso en Cuba, el mismo que Claudia Gilman cuenta analiza en su libro.
Claro que acá, desde la ficción, se “ven” muchas otras cosas. ¿“Subjetividades representadas”, se dice ahora?
Algo hay de novela en clave, también. Un grupo de teatro que se vuelca al cine, como el de Stivel (¿Schneider?).
Y el relato ficcional está puntuado por documentos que cuentan la historia de Felipe Vallese primero y de Raimundo Ongaro y la CGT de los Argentinos después.
Los cuatro personajes centrales se llaman como los cuatro apóstoles: Juan, Mateo, Marcos y Lucas. (Yo pensé que Lucas era Cortázar, pero ahora no lo creo. El más parecido a Urondo es Mateo. A Marcos lo persigue la CIA, en paralelo con la historia de Roque Dalton, que fue imputado como traidor por sus propios compañeros.) Son todos futuros guerrilleros, que se van formando en las etapas previas de la lucha, hasta desembocar en el episodio de los supermercados Minimax, durante la visita de Rockefeller. Todo lo cual remite, por supuesto, a que Cristo sería el Che.
Claudia Gilman, Entre la pluma y el fusil. Debates y dilemas del escritor revolucionario en América latina, Buenos Aires, Siglo Veintiuno, 2003.
Gran investigación de Claudia Gilman (n. 1961), sobre todo basándose en las revistas culturales y literarias latinoamericanas de las décadas del sesenta y el setenta. Y en las reuniones de intelectuales en Cuba (la Revolución Cubana es el centro de todo; y, más precisamente, el punto de inflexión es el sórdido “caso Padilla”).
Se trata, por supuesto, de un trabajo de tesis, académico, pero bastante bien “transformado” en libro, aunque a veces es reiterativo. Se nota que hay partes usadas antes, y las 370 páginas (sin contar las notas) se podrían haber reducido un poco. Es decir que el editing fue un tanto apresurado. Intentaron, sin éxito, disimular el tono académico-doctoral y se pasaron un poco de astutos, sobre todo con el título que, en realidad, es un lugar común; y el subtítulo no es preciso, porque, más que al escritor revolucionario, se refiere al intelectual en general, lo otro es un enigma.
Parte de la reseña de Oscar Terán en Punto de Vista.
Reseña de Daniel Mundo.
Reseña de Andrea Giunta en Clarín.
Gran investigación de Claudia Gilman (n. 1961), sobre todo basándose en las revistas culturales y literarias latinoamericanas de las décadas del sesenta y el setenta. Y en las reuniones de intelectuales en Cuba (la Revolución Cubana es el centro de todo; y, más precisamente, el punto de inflexión es el sórdido “caso Padilla”).
Se trata, por supuesto, de un trabajo de tesis, académico, pero bastante bien “transformado” en libro, aunque a veces es reiterativo. Se nota que hay partes usadas antes, y las 370 páginas (sin contar las notas) se podrían haber reducido un poco. Es decir que el editing fue un tanto apresurado. Intentaron, sin éxito, disimular el tono académico-doctoral y se pasaron un poco de astutos, sobre todo con el título que, en realidad, es un lugar común; y el subtítulo no es preciso, porque, más que al escritor revolucionario, se refiere al intelectual en general, lo otro es un enigma.
Parte de la reseña de Oscar Terán en Punto de Vista.
Reseña de Daniel Mundo.
Reseña de Andrea Giunta en Clarín.
De Adorno
Cuenta Horacio González que, durante una aburrida clase de Theodor W. Adorno en una universidad yanqui, en plena época hippie, una alumna se desnudó como forma de protesta ante lo que estaba escuchando. La vitalidad del cuerpo frente a la aridez de la teoría: algo así. Como una paráfrasis actuada de la célebre frase del Fausto de Goethe: "Es gris toda teoría, pero verde el árbol de la vida." (Aunque recordemos que esta frase la dice Mefistófeles y es parte de su tentación.)
Desde que conocí esta anécdota, trato de que mis clases de Semiología sean más y más aburridas. Con éxito, por supuesto, pero sin el resultado esperado.
Desde que conocí esta anécdota, trato de que mis clases de Semiología sean más y más aburridas. Con éxito, por supuesto, pero sin el resultado esperado.
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