Manuel Puig, The Buenos Aires Affair, Buenos Aires, Sudamericana, 1973.
Era la novela de Puig que menos recordaba. Estuvo muy bien releerla a 30 años de su primera edición.
¿Novela policial (como dice el célebre paratexto de la portadilla)? Por supuesto, no. Menos aún que La pesquisa, de Saer, o Los hombres duros no bailan, de Mailer: ejemplos extremos de la operación de forzar un género (retorcida, brillantemente) a entrar en el sistema narrativo y estético de un autor “fuerte”.
Obsesión sexual en Puig: más que en La traición... y Boquitas, diría yo.
Fascinante el uso de las notas al pie en el capítulo en que Gladys se masturba (cuentan precisamente eso). Comparar con el funcionamiento del mismo recurso en El beso...
La realidad sociopolítica se “filtra” permanentemente, en un (aparente) segundo plano que sólo en los últimos tiempos puede apreciarse bien, creo: en realidad, hay referencias constantes a la guerrilla, los Montoneros, Perón.
Sobre la ausencia de narrador en Puig, tan remanida, un punto de vista distinto (del propio Puig): él decía que no ponía narrador en sus novelas porque lo aburría su propia voz.
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